La Hermandad del Cristo de San Pedro entregó ayer al Ayuntamiento la escultura del perro de San Roque que estaba un altar del templo de San Pedro Mártir a los pies de la imagen de Santo Domingo de Guzmán.
La imagen forma parte del conjunto artístico de San Roque que pertenecía capilla del Cementerio Municipal y que ha sido atribuído a Jerónimo Hernández. Ahora la talla del perro al igual que la de San Roque será restaurada por el Instituto de Patrimonio Histórico Andaluz.
Según la leyenda, un perro alimentó con pan a San Roque, llevándole una hogaza cada día al santo mientras se curaba de la peste en una cueva. Finalmente se curó y siguió curando enfermos por eso se le venera como protector ante las epidemias. Perros de Dios, o domini canes, es el nombre que recibían los frailes dominicos, como protectores dela fé católica. Por esta razón la imagen de Santo Domingo siempre se representa junto a un perro que porta una antorcha, símbolo de la luz de la fe y el conocimiento.
La primera biografía de Santo Domingo narra una visión que su madre, la Beata Juana de Aza, tuvo antes de que Santo Domingo naciera. Soñó que un perrito salía de su vientre con una antorcha encendida en su boca.
Incapaz de comprender el significado de su sueño, decidió buscar la intercesión de Santo Domingo de Silos, fundador de un famoso monasterio Benedictino de las cercanías. Hizo una peregrinación al monasterio para pedir al Santo que le explicara el sueño. Allí comprendió que su hijo iba a encender el fuego de Jesucristo en el mundo por medio de la predicación. En agradecimiento, puso a su hijo por nombre Domingo