La primer avacuna del Covid 19 desarrollada en EEUU, logró que 45 voluntarios inoculados en marzo desarrollen anticuerpos neutralizantes en el torrente sanguíneo en niveles comparables a los hallados en personas que sobrevivieron al COVID-19, según publica el equipo de investigación en la revista New England Journal of Medicine.
Alrededor de una veintena de posibles vacunas contra el COVID-19 se encuentran en distintas etapas de prueba en todo el mundo. Candidatas desarrolladas en China y en la Universidad de Oxford, en Gran Bretaña, también están por ingresar a las etapas finales.
La vacuna de EEUU ha sido desarrollada por el Instituto Nacional de la Salud y por Moderna Inc., y el 27 de julio la probará en 30.000 personas para probar su efectividad.
El estudio con 30.000 personas será el más grande del mundo hasta la fecha en la búsqueda de una posible vacuna contra el COVID-19. Y la vacuna desarrollada por los NIH no es la única que se dispone a realizar pruebas de tal magnitud en Estados Unidos, pruebas que son fundamentales para detectar efectos secundarios inusuales. El gobierno planea estudios de tamaño similar para la vacuna de Oxford y una de Johnson & Johnson. Pfizer Inc planea su propio estudio por separado.
Gobiernos de todo el mundo ya están invirtiendo para adquirir cientos de millones de dosis de los distintos candidatos, con la esperanza de acelerar el proceso de inoculación en caso de que se demuestre su efectividad.
“Este es un componente básico necesario para avanzar con los ensayos que podrían determinar si la vacuna protege contra la infección”, afimra a AP la doctora Lisa Jackson del Instituto de Investigación Kaiser Permanente Washington, en Seattle, y quien estuvo a cargo del estudio. El gobierno de EEUU espera tener resultados para finales del año, lo que sería una velocidad récord para desarrollar una vacuna.
La vacuna requiere dos dosis, con un mes de diferencia.
No hubo efectos secundarios graves. Pero más de la mitad de los participantes en el estudio reportaron reacciones parecidas a las provocadas por otras vacunas, como fatiga, dolor de cabeza, escalofríos, fiebre y dolor en el sitio de la inyección. En tres participantes que recibieron la dosis más alta, esas reacciones fueron más graves, por lo que no se busca proporcionar esa dosis.
Algunas reacciones son parecidas a los síntomas del coronavirus, pero son temporales, durando aproximadamente un día y ocurren justo después de la inyección, señalaron los investigadores.
Los resultados conocidos este martes únicamente incluyeron a adultos jóvenes. La etapa inicial de pruebas se expandió posteriormente para incluir a decenas de adultos mayores, el grupo de mayor riesgo a los efectos del COVID-19.
Esos resultados aún no se han dado a conocer, pero ya están siendo evaluados por los reguladores, y las pruebas finales incluirán a adultos mayores y a personas con padecimientos crónicos que los vuelven más vulnerables a los efectos del virus, así como poblaciones de personas de raza negra e hispanas, que también han resultado sumamente afectadas.