Hoy 11 de agosto, el Convento de La Purísima Concepción de Marchena ha celebrado el Día de Santa Clara, último día de la novena con la participación de las hermandades franciscanas de la Humildad y la Veracruz conmemorando así el cuarto centenario de la fundación del convento.
El padre Daniel Mariño, se centró en la vida de Santa Clara, quien dedicó su vida a la oración, la pobreza y la defensa de la Regla que ella misma había elaborado, basada en los principios franciscanos.
Las hermandades de la Vera Cruz y de la Humildad, aportaron elementos simbólicos para la ocasión. La Vera Cruz contribuyó con su talla de San Francisco, ubicada en el altar mayor mientras que la Humildad prestó un estandarte adornado con el cordón franciscano, utilizado por la última clarisa del convento de Santa Clara, un símbolo de la conexión histórica y espiritual de la comunidad con la tradición franciscana.
La misa contó con la presencia del hermano Pablo Noguera, mano derecha del fallecido Cardenal Amigo Vallejo y un querido franciscano conocido por su entrega y devoción. En sus palabras, el hermano Pablo compartió un mensaje centrado en mantener la vocación y en el mensaje de Santa Clara.
Durante la ceremonia, se recordó el episodio en el que Santa Clara, débil y enferma, se enfrentó a los musulmanes que intentaban asaltar el monasterio de San Damián, con nada más que el Santísimo Sacramento en sus manos, lo que según la tradición milagrosamente ahuyentó a los invasores, fue presentado como un ejemplo.
El padre Mariño también destacó la relación de Santa Clara con San Francisco de Asís, subrayando cómo ambos santos, a través de sus respectivos caminos, renovaron la Iglesia y dejaron un legado imborrable de amor a Dios y servicio a los demás. La homilía concluyó con una llamada a seguir el ejemplo de Santa Clara.
Al finalizar la misa, las monjas clarisas, invitaron a todos los asistentes a un refrigerio en el claustro del convento. Se sirvieron dulces tradicionales elaborados por las hermanas, y se entregaron obsequios especiales a los niños, quienes participaron activamente en la celebración.
La comunidad, agradecida por la gran participación, invitó a todos a seguir siendo parte de esta tradición centenaria, que continúa siendo una fuente de inspiración y renovación espiritual para todos los que se acercan al Convento.
Santa Clara de Asís (1193/1194 – 1253) fue una figura clave en la historia del cristianismo y fundadora de la Orden de las Damas Pobres, conocidas como las Clarisas. Nacida en una familia aristocrática en Asís, desde pequeña fue influenciada por la profunda fe de su madre, Ortolana. Inspirada por San Francisco de Asís, Clara decidió seguir el camino de la pobreza y la humildad. En 1212, escapó de su hogar y se consagró a Dios en la Porciúncula, donde Francisco cortó su cabello en un gesto de renuncia a la vida mundana.
Clara fundó la Orden de las Damas Pobres en el convento de San Damián, bajo la guía espiritual de San Francisco. En 1216, obtuvo del Papa Inocencio III el «Privilegio de la Pobreza», que permitió a su comunidad vivir sin posesiones, dependiendo únicamente de la caridad. Su vida fue un ejemplo de entrega total a Dios, caracterizada por la pobreza radical y la oración.