Del 2 al 10 de Agosto el convento de Santa María de clarisas de Marchena celebraron la novena a Santa Clara. Para mostrar su alegría, sencillez y espíritu franciscano grabaron un vídeo con un baile en honor a Santa Clara que llamó la atención en Internet.
Hoy presentarán su baile e himno en el programa de Televisión Andalucía Directo. Ésta es solo una de las propuestas musicales. Aquí han hecho un arreglo musical, pero tienen otro que han compuesto ellas totalmente y que representan a modo de procesión, por el convento portando velas.
De hecho, en sus redes sociales y en su canal de YouTube publican muchas cosas e iniciativas que se llevan a cabo tras los muros del convento. Es el caso del vídeo en honor a santa Clara, ideado por la madre superiora. Pero entre todas opinan, dan ideas y se crea definitivamente el baile. Todo es consensuado.
La Comunidad de Hermanas Pobres de Santa Clara se mantiene gracias a la venta de dulces y de la hospedería que ayuda al sustento de esta comunidad religiosa y al mismo tiempo contribuye a aumentar la oferta de plazas de alojamiento en Marchena.
Hace 451 años que, de una u otra forma, la localidad sevillana de Marchena tiene relación con las monjas franciscanas clarisas, uno de esos conventos de los que muy poco se sabe de sus muros para adentro, aunque muy pocos vecinos no han probado alguna vez los dulces que salen de su cocina.
La comunidad de clarisas de Marchena son muy activas también en Internet a través de su página web que permite comprar los dulces tradicionales que también venden en su tradicional torno.
El Historiador del Arte Juan Luis Ravé llama la atención sobre el mal estado del panel de azulejos de Hernando de Valladares, escuela trianera de 1623, ubicado a la entrada del convento de Santa María de Marchena que es único por dibujar el puerto de Sevilla de su época y estar inspirado en una pintura de Pacheco, el suegro de Velázquez.
Se trata de una joya de la azulejería sevillana que se encuentra en mal estado de conservación, debido a los sucesivos traslados agravado por permanente exposición a la intemperie y a la luz solar, que «está reclamando a voces una urgente restauración dado el valor artístico, histórico y cultural que tiene» indica Ravé en el número de Diciembre de la revista de la Asociación de Amigos de la Cerámica Niculoso Pisano y que además es un nexo de unión entre Triana, Marchena y Rota.
Según Rave, se trata de «un excepcional documento histórico del debate inmaculista sevillano y una expresiva imagen de la vinculación entre el régimen señorial, la mentalidad y la religiosidad barroca» al tiempo que refuerza la declaración de voluntad ducal de defensa del dogma de la Inmaculada, que se juró en Marchena en 1616 y dio pie a celebrar la Magna Mariana en 2016 y la relación de la Casa Ducal con la orden franciscana cuyo escudo aparece en la pieza.
Rodrígo Ponce de León, duque de Arcos, autorizó a las monjas Franciscanas Descalzas en el documento fundacional de septiembre de 1624 a ocupar temporalmente el edificio de San Lorenzo mientras no concluyesen las obras del convento de Santa María.
Lucas Jordán del convento de Santa Maria de Marchena.
Las colecciones artísticas ducales conservadas en el Convento de Santa María darían para llenar un museo de gran calidad, como el San Agustín, posiblemente de Ribera, que se guarda en el templo del mismo nombre. También hay obras de Francisco Pacheco o El Divino Morales.
La cultura y el dinero de Doña Guadalupe le llevó a apoyar expediciones descubridoras o evangelizadoras en Armenia, California o Japón y esto se reflejó en su correspondencia y en sus donaciones a Marchena. En los grabados del convento hay escritos de una japonesa que se convirtió al cristianismo.
Más joyas. Piezas de marfil procedentes de Japón traídas por jesuítas y conservadas en Santa Isabel. En este templo también hay pinturas flamencas, la exaltación de la Eucaristía y el niño Jesús coronando santos y un espejo coetáneo y similar al de la Meninas, donado por los Duques. Entre la colección artística de Joaquín Ponce de León, el hijo de Guadalupe, estaba Las Meninas de Orset, un estudio previo de pequeño formato hecho por Velázquez.