En Marchena se está distribuyendo el primer lote comercial de tres mil botellas de La Rosa, así llamada por el Arco de la Rosa, nueva marca de cerveza artesanal creada por Nano Sanz, un apasionado cervecero que ha optado por el modelo de cervecero nómada para iniciar su nuevo proyecto. Actualmente, Cervezas La Rosa está vendiendo una producción de 3.000 botellines, equivalente a 1.000 litros de cerveza, con gran éxito en el mercado local. El diseño del logotipo está realizado por el pintor local Quique Sanz y recuerda el monumental Arco de la Rosa pero con un toque moderno.
Nano Sanz, el creador de Cervezas La Rosa, nos cuenta: «Para hacer cerveza tienes que tener tu propia fábrica, sellos de sanidad, la autorización y papeles, tiene mucha historia. Cuando se está empezando, lo que se suele hacer es ser cerveceros nómadas, es decir, vas a fábricas de cervezas artesanas con tus recetas y tus ingredientes, elaboras tu cerveza allí y le sacas el producto ya elaborado». Este enfoque permite a los emprendedores evitar la inversión inicial en una fábrica propia y centrarse en la calidad y creatividad de sus productos.
La primera tirada comercial de Cervezas La Rosa se elaboró en una fábrica en Valencina de la Concepción, Sevilla. «Ellos tienen su propia cerveza y aparte tú puedes ir a elaborar la tuya. Quiero esta malta, quiero este lúpulo, quiero esta levadura, esta es mi receta, y se elabora tal como tú lo haces», explica Sanz.
Cervezas La Rosa ofrece actualmente una cerveza rubia Ale, que Nano explica que «No es la rubia Pilsen que estamos acostumbrados a las marcas comerciales, es una rubia dentro del estilo Ale, que tiene un poquito más de color, otro sabor y otros aromas. Esta cerveza es más suave en cuanto a amargor, pero no por eso menos robusta, proporcionando una experiencia diferente y más agradable para aquellos que buscan algo distinto de las opciones industriales» expresa Sanz.
Nano Sanz enfatiza la importancia de la comunidad local en su proyecto: «Al principio lo que quiero es que se dé a conocer aquí en Marchena. Mi idea es darla a conocer localmente y después empezar a venderla a quien quiera, abriéndolo un poco más».
Además, Sanz menciona la tradición cervecera de la zona: «En Marchena no hay una tradición cervecera, pero yo soy muy cervecero y hablas con mucha gente. Hay quien adora la Cruzcampo y hay quien no puede con ella. Esta es una cerveza que es más suave en cuanto amargor, más fácil de beber, pero no por eso es más floja». La historia de la cerveza en España se remonta al siglo XV, cuando los cerveceros flamencos trajeron sus conocimientos desde Flandes y Alemania donde la elaboraban los frailes para usarla como pan bebido, en los días en por precepto religioso que se prohibía comer carne y otros alimentos, siendo la Paulaner una de las primeras cervezas de convento.
La historia de Cervezas La Rosa es un ejemplo perfecto de cómo la pasión y el ingenio pueden llevar a crear productos auténticos y de alta calidad, incluso sin las grandes infraestructuras que poseen las marcas comerciales. Los cerveceros nómadas, como Nano Sanz, están abriendo nuevas posibilidades en el mercado de la cerveza artesanal, demostrando que con creatividad y determinación, es posible ofrecer productos únicos que enriquecen la cultura local y deleitan a los consumidores.