Los conventos de Marchena participan en la muestra de conventos del Alcázar que se abre mañana
José Antonio Suárez López
Los Reales Alcázares de Sevilla acogen del 3 al 6 de diciembre la muestra anual, con exposición y venta de dulces de conventos de clausura de la Archidiócesis hispalense. Con esta edición se cumplen 38 años mostrando a sevillanos y turistas un tesoro escondido durante siglos entre el silencio y la oración de los cenobios sevillanos. Bollitos de Santa Inés, yemas de San Leandro, mermeladas de Santa Paula, trufas de Santa Ana… Son dulces que asociamos con referentes señeros del santoral, y que son el resultado de una elaboración esmerada por parte de religiosas que cuentan con su venta como uno de los recursos para mantener sus comunidades.
La primera edición de esta muestra se celebró durante el puente de la Inmaculada de 1985 en el Instituto Francés. Las siguientes exposiciones se albergaron en el salón santo Tomás del Arzobispado y el atrio de la Catedral. A partir de 2001, el Salón Gótico del Alcázar y las dependencias anexas han acogido esta cita ya tradicional de la agenda religiosa y cultural del Adviento en Sevilla, que solo se ha interrumpido en 2020 con motivo de la pandemia.
19 conventos en esta edición
La Archidiócesis de Sevilla cuenta con 34 conventos de clausura, en los que viven 435 religiosas. De ellos, 19 han confirmado su participación en la muestra de este año, y la oferta repostera se concretará en 250 variedades o, lo que es lo mismo, 7.000 kilos de dulces.
De la ciudad de Sevilla habrá siete comunidades representadas: San Leandro (agustinas), Santa Paula (jerónimas), Santa Inés (clarisas), San Clemente (cistercienses), Madre de Dios (dominicas), Santa Ana (carmelitas) y Santa María de Jesús (clarisas). Del resto de la provincia habrá doce stands, los procedentes de las jerónimas de Constantina y Morón, las clarisas de Alcalá, Estepa, Marchena, Morón y Carmona, las dominicas de Bormujos, mercedarias descalzas de Marchena y Osuna, las concepcionistas franciscanas de Osuna y las carmelitas de Utrera.
Sello de calidad ‘Ora et labora’
Desde la organización de la muestra se reitera la importancia no ya solo de esta exposición, sino de la venta que, en general y durante todo el año, se lleva a cabo en los tornos de los conventos, y que “supone un ingreso imprescindible para su sustento”.
Además, se subraya la importancia de “mantener las tradiciones, comprando productos de calidad, artesanales y completamente naturales”. En las últimas ediciones se instauró el sello de calidad ‘Ora et labora’, como marchamo de calidad de unos productos que cumplen varios requisitos: se hacen en los obradores de los conventos, están elaborados de forma absolutamente artesanal, se venden con una sencilla y cuidada presentación y tienen una producción limitada. “La actividad principal de las monjas de clausura es la oración contemplativa, y es por lo que tan solo elaboran dulces y otros productos artesanos para su subsistencia”, se destaca desde la organización de la muestra.
Además, estos dulces ya forman parte del patrimonio gastronómico de Sevilla, y son “parte importante de la historia de la ciudad, mezcla de influencias de todas las culturas que han pasado por Sevilla, productos llenos de historia y con una rica tradición”.
La muestra permanecerá abierta en horario ininterrumpido, de diez de la mañana a siete de la tarde, salvo que, como ha sucedido en la mayoría de las ediciones anteriores, se tenga que dar por concluida con antelación al agotarse todas las existencias antes de lo previsto.