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Los manchoneros de «Los Chanclas» llevan su orgullo rural a Paradas el 12 de Julio con un concierto gratuito

CONCIERTO DE NO ME PISE QUE LLEVO CHANLCAS CON ENTRADA GRATUITA. Viernes 12 de julio con motivo de las Fiestas Patronales de San Eutropio a las 23:30 h. en la Caseta Municipal.
Durante de la actuación habrá animación infantil y al finalizar, una Fiesta de Animación con Sergio DJ.

Próximamente, esta emblemática banda actuará gratuitamente en las paradas, trayendo consigo no solo su música, sino una reivindicación cultural que sigue siendo relevante. Así que no te pienses que solo llevo chanclas, llevo también una historia de orgullo rural y una herencia cultural que merece ser celebrada.

La banda «No me pises que Llevo Chancla» no solo marcó una tendencia con su particular estilo, sino que en los años 80, caló hondo en el público gracias a una reivindicación del orgullo rural que hacía falta. No se trataba solo de música; era una forma de entender el mundo que, hasta entonces, no había sido contada. Este grupo logró elevar la cultura rural andaluza, que a menudo ha sido subestimada en los medios de comunicación, a un nuevo nivel de reconocimiento y respeto.

Lo que los Chanclas bautizaron como «agropop» era en realidad el habla manchonera de Los Palacios, una expresión auténtica de la identidad rural.  Históricamente, los manchones eran pequeñas parcelas de tierra que surgieron tras la caída del sistema feudal y la repartición de las tierras entre los campesinos. Con el desmantelamiento de las grandes propiedades feudales, estas tierras se fragmentaron y fueron ocupadas por los agricultores locales. Este proceso de parcelación permitió el auge de una cultura tradicional fuerte y bien definida, que ha perdurado hasta nuestros días.

Los Palacios

El nombre «Los Palacios» se origina de un castillo medieval conocido como la Atalayuela, que pertenecía a la poderosa familia de los Ponce de León. Este castillo era una fortaleza estratégica, ubicada en el camino entre Sevilla y Cádiz, un corredor vital para el comercio y la comunicación.

Villafranca

Para contrarrestar el poder de los nobles, como los Ponce de León, el rey y la ciudad de Sevilla promovieron la creación de una villa alrededor del castillo. Esta villa fue denominada Villafranca, lo que refleja su estatus como «villa libre» de ciertas obligaciones feudales. Villafranca fue concebida para debilitar la influencia de los nobles y consolidar el control real sobre la región.

La creación de Villafranca alrededor del castillo de Los Palacios fue una estrategia deliberada del rey y la ciudad de Sevilla para limitar el poder de los nobles. Esta pugna reflejaba las tensiones entre la autoridad real y las familias nobiliarias que controlaban grandes extensiones de tierra y recursos. La posición estratégica de Los Palacios en la ruta entre Sevilla y Cádiz hacía de esta región un punto crucial en la lucha por el control territorial.

La Fusión

En 1836, Los Palacios y Villafranca se fusionaron, dando lugar a la actual localidad conocida como Los Palacios y Villafranca. Esta unificación reflejaba no solo la proximidad física de los dos asentamientos, sino también una integración de sus historias y culturas.

Con la desaparición del sistema feudal señorial la tierra se repartió tanto que los manchones se convirtieron en el núcleo de la vida rural, donde se desarrollaron costumbres, tradiciones y una forma de vida que era profundamente respetuosa con la tierra y su legado histórico. Esta vida rural se reflejaba en el habla manchonera, una variante del español con su propio sabor local, que los Chanclas adoptaron y popularizaron en su música.

Manchoneros de Los Palacios y Villafranca

La Sociedad Cooperativa Andaluza San Isidro es la principal cooperativa agrícola de Los Palacios y Villafranca, con una historia rica en tradición y compromiso con la producción agrícola de alta calidad. Fundada en 1960, la cooperativa ha evolucionado y se ha modernizado a lo largo de los años, convirtiéndose en un referente en la producción y comercialización de frutas, verduras y hortalizas. Producen tomatesm uvas sandias, melones y espárragos. 

Mayetes de Marchena y Rota

Por otro lado, los «mayetes» de Marchena y los mayetos de Rota son también agricultores que trabajan en fincas o huertos, a menudo de tamaño modesto, pero el término «mayeto» de Rota se asocia más comúnmente con horticultores y pequeños agricultores de la región.

Ambos grupos de agricultores, manchoneros y mayetes, representan la cultura rural andaluza y han desarrollado formas de vida basadas en la agricultura. Sin embargo, hay diferencias notables en sus prácticas y contextos históricos. Los manchoneros de Los Palacios y Villafranca se centran en la producción agrícola de productos como el tomate, mientras que los mayetes de Marchena y Rota están más vinculados a la horticultura y la agricultura en fincas cercanas a sus comunidades.

Influencia Cultural

Ambos grupos han influido significativamente en la cultura local. Los Chanclas, por ejemplo, popularizaron el habla manchonera de Los Palacios en su música agropop, destacando la importancia de la identidad rural. En Marchena y Rota, las tradiciones agrícolas y festivas han perpetuado una herencia cultural que se remonta a tiempos antiguos, desde los fenicios hasta la actualidad.

En resumen, mientras que los manchoneros de Los Palacios y Villafranca y los mayetes de Marchena y Rota comparten un fuerte vínculo con la tierra y la agricultura, sus diferencias reflejan la diversidad y riqueza de la cultura rural andaluza.

CUANDO LA CULTURA AGROPOP LLEGÓ A LA UNIVERSIDAD

Históricamente, en Andalucía, ha existido una separación marcada entre la cultura académica y la cultura popular del campo. Las universidades eran vistas como la cumbre del conocimiento, mientras que la rica herencia cultural de los agricultores y los pueblos rurales se veía con menospreciación. Antonio Gala, el gran escritor andaluz, señalaba que cualquier diferencia entre un agricultor andaluz y un académico solo podía ser atribuida a un malentendido cultural. Los agricultores, como los manchoneros de los palacios o los malletes de Marchena y Rota, han heredado una cultura milenaria que se remonta a los tiempos de los fenicios. Esta herencia es tan valiosa como la de cualquier académico de la universidad.

En las décadas de los ochenta y noventa, la universidad era vista como una institución prestigiosa. Sin embargo, hoy en día, su reputación se ha erosionado y se cuestiona su efectividad para garantizar un futuro laboral. Cada vez más, se considera que la formación profesional, la experiencia práctica y, en algunos casos, los contactos personales, son más efectivos para encontrar empleo. Esto refleja un retorno a los métodos tradicionales superando por lo tanto esa tradicional división en el imaginario popular entre cultural popular y cultura universitaria que en buena parte se construyó como contrapòsición a lo popular, y los hijos de quienes huyendo del campo llenaban las aulas de la Fábrica de Tabacos desprestigiando a su propia cultura madre andaluza. 

La cultura popular de Los Palacios llegó a la alta cultura a través del diccionario «agropop» de la banda «No Me Pises Que Llevo Chanclas» con motivo de sus «25 Años de Agropop» y del estreno del documental «Por Humor a la Música» en 2017 en el Hard Rock Café de Sevilla, coincidiendo con el estreno del documental en el Festival de Málaga​.