En Andalucía se repite el topónimo Marchena y su diminutivo Marchenilla, no solo por campiñas y tierras andaluzas: también hay otros lugares homónimos en Jaén, Almería. Granada, Murcia y hasta en el Pacífico.
Sevilla: la madre de todos los Marchena
Marchena, situada en la comarca de La Campiña sevillana está rodeado de trigales ondulados y olivares, pero su historia hunde sus raíces en la antigüedad. Según el portal Andalucía.com, la ciudad fue fundada en 169 a.C., cuando se llamaba Martia. Los romanos explotaron sus tierras y más tarde los almohades levantaron un recinto urbano amurallado en los siglos XI y XII. Tras la conquista cristiana de Fernando III, Marchena pasó a manos de la Corona hasta que Fernando IV la concedió en señorío a la familia Ponce de León.
Ese linaje, duques de Arcos y señores de Marchena, moldeó la localidad. Todavía se conserva el palacio ducal, levantado sobre la antigua alcazaba islámica y reformado en época renacentista. El trazado medieval se percibe en puertas como la Puerta de Morón o el Arco de la Rosa, restos de las murallas de defensa. Estas huellas nos recuerdan que Marchena fue cabeza de un señorío cuyos dominios se extendieron por Sierra de Cádiz y que, como veremos, darían nombre a otros asentamientos.
Marchena en otros rincones de Andalucía
Santa Cruz de Marchena (Almería)
En la Alpujarra almeriense a los pies de la sierra encuentro Santa Cruz de Marchena, pequeño municipio con huertas de naranjos. Su historia se remonta al periodo andalusí: se llamaba Haratalgima (“barrio de la mezquita”). Tras la conquista castellana, una disputa territorial con la vecina Marchena hizo que el topónimo evolucionase a Santa Cruz de Marchena. La población quedó despoblada tras la rebelión morisca de 1568 y fue repoblada en 1573 con colonos de Andalucía occidental, Extremadura y Levante. Hoy los principales cultivos siguen siendo las frutas y cítricos.
Marchena (pedanía de Dúrcal, Granada)
En el valle de Lecrín, junto a Dúrcal, existe un barrio o núcleo llamado Marchena cuyo ayuntamiento lo conforman “los núcleos durqueños Dúrcal —capital del Valle de Lecrín— y Marchena” que es un barrio integrado en la estructura municipal; muchas de sus tierras se encuentran dentro del Parque Nacional de Sierra Nevada.
Marchena (Jaén)
En el municipio jiennense de Santiago‑Pontones se encuentra la aldea de Marchena, colgada a 1.260 m de altitud. Está a 27 km de Santiago de la Espada y dentro del parque natural de Cazorla, Segura y las Villas.
Su economía se basa en la ganadería de montaña, la agricultura, la caza y trabajos forestales. Cerca, a lo largo del arroyo de Marchena, se dispersan las cortijadas de Marchenilla, diminutivo del topónimo que revela la presencia de un barranco con ese nombre.
Marchena (pedanía de Lorca, Región de Murcia)
Fuera de Andalucía, pero muy vinculada, está la diputación lorquina de Marchena, al sur de la ciudad de Lorca sus fértiles huertas a orillas del Guadalentín estuvieron ocupadas desde tiempos argáricos y romanos. Diversas alquerías musulmanas se instalaron en la Edad Media, pero la zona quedó despoblada tras la conquista cristiana por la inseguridad de la frontera. Hoy el núcleo se integra en el cinturón de huerta de Lorca y sigue dedicado a cultivos de regadío. Este Marchena murciano conserva tradiciones festivas como las cuadrillas y una gastronomía basada en verduras; destacan platos como el arroz con habichuelas y las migas.
Marchenilla: castillo, bosque y topónimo
El diminutivo Marchenilla aparece ligado a distintas realidades.
Castillo de Marchenilla (Alcalá de Guadaíra, Sevilla)
Cerca de Marchena, en el término de Alcalá de Guadaíra, se levanta el castillo de Marchenilla. La Wikipedia relata que fue construido a finales del siglo XIII como un pequeño recinto amurallado para frenar las incursiones benimerines. Más tarde se integró en el señorío de Gandul y Marchenilla y pasó a la familia Velasco, que lo amplió. El conjunto conserva torre del homenaje, torreones en las esquinas y una capilla añadida en el siglo XVII.
El Bosque y el “Palacio de Marchenilla” (Cádiz)
Atravesando la Sierra de Grazalema llego al pueblo de El Bosque, en Cádiz. Un artículo de la web Caminos del León explica que los Reyes Católicos entregaron en 1485 a Rodrigo Ponce de León el Señorío de las Siete Villas, entre ellas el Palacio de Marchenilla. La localidad actual surgió hacia 1520 dentro de una política de repoblación: sirvientes del palacio edificaron sus casas e iglesia bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe. Por aquella época, el lugar se conocía como Marchenilla y contaba con vecinos venidos de Marchena y otros municipios del Estado de Arcos. En 1815 recibió carta de villazgo y adoptó el nombre de El Bosque, pero la antigua denominación pervive en la memoria.
Este episodio evidencia cómo los duques de Arcos trasladaron gentes de Marchena para repoblar sus cotos de caza en la Sierra de Cádiz.
Marchena más allá de España
Isla Marchena en las Galápagos
En mi búsqueda encontré que el topónimo viajó muy lejos. Una isla del archipiélago de Galápagos, en Ecuador, lleva el nombre de Marchena. Según la web Animal Corner, el islote de 130 km² fue llamado así por Fray Antonio de Marchena, un fraile español. La isla, también conocida por su antiguo nombre inglés Bindloe, está deshabitada y presenta una caldera volcánica rellena de lavas jóvenes.
El sitio Galapagos.to, que recopila el origen de los nombres de las islas, confirma que Marchena fue nombrada en honor al fraile Antonio de Marchena. ¿Quién era ese fraile? La entrada sobre los Lugares colombinos en Wikipedia describe a Fray Antonio de Marchena como custodio del monasterio de La Rábida, astrólogo y consejero en la corte de los Reyes Católicos; junto con Fray Juan Pérez apoyó a Cristóbal Colón y facilitó la tripulación para su viaje. Su apoyo a la aventura colombina le valió este homenaje toponímico en el Pacífico.
La relación con la Marchena sevillana es puramente nominal. Fray Antonio era franciscano y, según algunas fuentes, llevaba ese apellido porque procedía de la villa de Marchena, aunque otras lo vinculan a Medina de Trigueros. En cualquier caso, la isla no fue bautizada por relación con la ciudad, sino en honor a su persona.
¿Por qué tantos Marchena?
En época bajomedieval, la poderosa casa de los Ponce de León, duques de Arcos y señores de Marchena, repobló sus dominios en Cádiz y en la vega del Guadalentín con colonos procedentes de Marchena. De ahí nacen topónimos como Marchenilla (El Bosque) o la disputa que acabó bautizando a Santa Cruz de Marchena en Almería.

