La Semana Santa de Marchena volvió a vivir este Viernes Santo una jornada de gran emotividad con la salida procesional de la Archicofradía del Santísimo Sacramento, del Santísimo Cristo de San Pedro, María Santísima de las Angustias, Nuestra Señora del Rosario y San Juan Evangelista, desde la iglesia de Santo Domingo.
Durante la tarde el tiempo acompañó de forma excepcional, regalando un cielo despejado que permitió lucir con todo su esplendor a los pasos, y reunió a centenares de personas tanto en la plaza del Ayuntamiento como a lo largo del recorrido. La hermandad comenzó su estación de penitencia a las 8:30 de la tarde, destacando momentos emotivos como el difícil descenso de los pasos por las escalinatas del templo y las reverencias efectuadas frente a la capilla de la Santa Veracruz y el convento de San Andrés.
Aunque inicialmente el tiempo acompañó con un cielo despejado permitiendo lucir en todo su esplendor a los pasos y reunir a centenares de personas tanto en la plaza del Ayuntamiento como a lo largo del recorrido, la situación cambió repentinamente. Un inesperado aguacero sorprendió a la hermandad, obligando a adelantar el regreso al templo en torno a las once de la noche.
La salida de los pasos de la Archicofradía del Santísimo Cristo de San Pedro y María Santísima de las Angustias desde la iglesia de Santo Domingo en Marchena es especialmente complicada. El principal desafío reside en las grandes dimensiones de la cruz del Cristo de San Pedro y en la altura y peso del palio de la Virgen de las Angustias.
En primer lugar, la puerta del templo es estrecha y de poca altura, por lo que los costaleros deben realizar maniobras muy precisas para evitar que los pasos golpeen contra el cancel superior o los laterales. Por ello, el Cristo se presenta parcialmente «enterrado» en su canastilla, es decir, en posición más baja que la habitual, y se eleva lentamente una vez que ha superado la puerta.
Por otro lado, la iglesia cuenta con una escalinata de once peldaños que dificulta enormemente la maniobra, obligando a los costaleros a trabajar en perfecta sincronización y equilibrio, especialmente en el descenso, donde el peso del paso tiende a inclinarse peligrosamente hacia adelante.
La Virgen de las Angustias procesionó especialmente enjoyada, destacando una imponente corona de plata grandes pendientes con incrustaciones brillantes, así como broches y collares que adornaron delicadamente su pecho, enfatizando aún más la belleza y solemnidad de esta venerada imagen.
Este año, entre los estrenos destacó una nueva insignia dedicada al Papa Pío V, impulsor de la devoción al Rosario, así como la restauración del manto de María Santísima de las Angustias y la figura de San Juan Evangelista, obra de Enrique Gutiérrez Carrasquilla.
El acompañamiento musical corrió a cargo de la banda Villa de Marchena, que interpretó piezas clásicas como «Cristo de la Sangre», «Amarguras» y «Quinta Angustias», reforzando el carácter solemne y recogido del desfile.
La Hermandad del Cristo de San Pedro destaca especialmente por su acusada historia y su carácter propio dentro del cortejo penitencial. Su silueta, recortada contra la emblemática puerta de Morón, con el peculiar dosel del Cristo, símbolo inequívoco de majestuosidad, es ya una imagen icónica del Viernes Santo marchenero. Otras costumbres propias de esta hermandad, como llamar «régimen» a la vara del hermano mayor, que los capataces luzcan túnica en vez del habitual traje de chaqueta, o que los antiguos nazarenos procesionen abriendo el cortejo, tradición recientemente rescatada, otorgan a esta cofradía una identidad única. También destaca por conservar cruces de plata, alejándose de las cruces arbóreas, y por su palio de plata, presentes aún en tres hermandades de la localidad, reflejando una clara resistencia frente a los palios de tela bordada.
El origen del Santísimo Cristo de San Pedro de Marchena ha sido objeto de estudio y debate entre historiadores y expertos en arte sacro. Según investigaciones recientes, esta imagen podría haber sido realizada en un taller de Puebla de los Ángeles, México, durante el siglo XVI. Esta teoría se basa en similitudes estilísticas con otras obras procedentes de América y en la documentación de la época que refleja los vínculos entre Marchena y el Nuevo Mundo .Marchena Secreta
La conexión con el arte mexicano se refuerza al considerar la influencia de Fray Pedro de Gante, un franciscano que fundó en 1523 el Colegio de San José de los Naturales en Texcoco, México. Este colegio fue pionero en la enseñanza de artes y oficios a los indígenas, produciendo numerosas obras de arte sacro que posteriormente fueron enviadas a España .Marchena Secreta
Investigar a fondo esta posible conexión entre el Cristo de San Pedro y el arte mexicano permitiría desvelar aspectos poco conocidos de nuestro pasado, como las rutas de intercambio cultural y artístico entre España y América durante la época colonial. Además, contribuiría a valorar y preservar el patrimonio histórico y artístico de Marchena, destacando su papel en la difusión del arte sacro y en las relaciones transatlánticas del siglo XVI.



















































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