Hoy 22 de septiembre se publica el último libro de del docente Manuel Sánchez Montero, titulado «En clase sí se juega», profesor de Primaria en el CEIP Maestra Ángeles Cuesta de Marchena, además de ser formador en distintos centros del profesorado y colaborar con varias universidades españolas.
El propósito de este libro es presentar las distintas metodologías y recursos que el juego puede aportar a cualquier educador en su labor docente para ser capaces de abordar los cambios sociales y educativos que nos plantea el presente y el futuro.
El autor de «Las aventuras de Tueli» y director de colección en Ediciones Alfar y ganador de premios nacionales e internacionales ha escrito libros que se distribuyen por Europa y Latinoamérica y ha inventado varios juegos de mesa.
Defiende que «Jugar es lo que más feliz hace al niño en sus años de escolarización, pues cuando disfruta del juego crea conexiones mentales tan intensas que décadas posteriores seguimos acordándonos de esta actividad. Jugar no solo es divertido, sino que nos hace más inteligentes, más fuertes, más rápidos, más extrovertidos y más activos».
«El juego es una de las principales actividades que realiza el niño durante toda su etapa escolar y es un claro elemento del que debe valerse la pedagogía para usarlo en beneficio de la formación del niño y, por tanto, el juego debe ser aprovechado y desarrollado en la escuela» explica Manuel Sánchez Montero en la introducción a su libro.
Ha sido premiado con el «El juego en la escuela» por el Observatorio Infantil del Juego, la Fundación Crecer Jugando y la Asociación de jugueteros españoles y galardonado con el premio Eduardo Nevado por la asociación de creadores de juegos de mesa LUDO.
Manu Sánchez explica que «jugar nos ayuda a explorar el mundo a nuestro alrededor, resolver problemas, hacernos entender, probar nuevas ideas, conocer a los demás y a nosotros mismos porque el juego es el lenguaje universal del aprendizaje. Desde hace varias generaciones los adultos piensan que los niños juegan demasiado y muchas veces sin control, como algo impulsivo y adictivo. Piensan que el juego les quita tiempo para las cosas importantes y de lo que verdaderamente no se dan cuenta es que el juego es lo más importante para nuestra forma de entender la vida».
Manuel Sánchez Montero ha constatado que introducir el juego en el aula es una valiosa herramienta capaz de transformar de manera radical el proceso de enseñanza y aprendizaje. No en vano, el juego es emoción pura y sin ella no existiría nunca aprendizaje. Jugar no es más que resolver problemas con una actitud lúdica, es por eso que los alumnos se involucran y se entusiasman transformando el aprendizaje en algo memorable.