Marchena celebra con solemnidad los 400 años del convento de las Clarisas con una misa presidida por el arzobispo de Sevilla
José Antonio Suárez López
Ayer, la iglesia de Santa María de la Mota en Marchena se convirtió en el epicentro de una emotiva celebración religiosa: la misa de clausura del 400 aniversario del convento de la Purísima Concepción de las Franciscanas Clarisas.La ceremonia fue presidida por el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, y congregó a numerosos fieles y autoridades locales que se unieron para rendir homenaje a cuatro siglos de vida contemplativa y servicio espiritual en la localidad .
«Cuatrocientos años de fidelidad silenciosa, de alabanza continua, de oblación escondida, de intercesión incesante, de presencia luminosa. Cuatrocientos años de vida consagrada según el carisma de san Francisco y santa Clara, siguiendo las huellas de nuestro Señor Jesucristo pobre y crucificado» expresó el prelado en su8s redes sociales.
En 1624 por los Duques de Arcos, ha sido un pilar fundamental en la historia religiosa y cultural de Marchena.Durante el último año, la comunidad ha conmemorado este hito con diversas actividades, siendo la misa de clausura el acto central de estas celebraciones.Bajo el lema «Creed siempre en el amor de Dios y en la caridad recíproca», inspirado en una cita de Santa Clara de Asís, las hermanas clarisas han reafirmado su compromiso con los valores franciscanos que han guiado su labor durante cuatro siglos.
En este sentido destacó los “cuatrocientos años de historia entretejida con Marchena. Habéis sido parte del alma de este pueblo, acompañando sus gozos y sus penas, sus luces y sus sombras. Habéis rezado por sus familias, habéis sostenido a los sacerdotes, habéis ofrecido la Eucaristía por los que sufren. Cuatro siglos también de fidelidad concreta, diaria, a veces en medio de dificultades, de escasez, de incertidumbre, incluso de falta de vocaciones”.
Por tanto, “esta celebración no es solo una mirada al pasado. Es también una llamada al futuro. A seguir caminando con esperanza, con la certeza de que Dios no abandona a los que confían en Él. Aunque los tiempos cambien, aunque las estructuras se transformen, aunque las cifras preocupen, la vida consagrada tiene un porvenir, porque es obra del Espíritu”.
El arzobispo de Sevilla exhortó a la comunidad religiosa a “seguid siendo madres espirituales. Seguid siendo antorchas encendidas. Seguid enseñándonos a vivir con el corazón fijo en lo esencial. No temáis. La Iglesia os necesita. La humanidad os necesita. A todos los aquí presentes, os pido que sostengáis con vuestra cercanía, vuestra estima, vuestra ayuda concreta, la vida de este convento. Que no falte el aceite de la caridad para que la lámpara de la contemplación siga brillando en Marchena”.
La eucaristía estuvo marcada por momentos de profunda espiritualidad y recogimiento.El arzobispo Saiz Meneses destacó en su homilía la importancia de la vida contemplativa y el papel esencial que desempeñan las comunidades religiosas en la transmisión de la fe y la preservación de la tradición espiritual.Asimismo, expresó su gratitud hacia las hermanas clarisas por su dedicación y servicio a la comunidad de Marchena.