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Marchena vive un Sábado Santo histórico arropando a la Soledad Coronada bajo un cielo radiante

La Semana Santa de Marchena 2025 quedará grabada en la memoria colectiva por el esplendor vivido este Sábado Santo, con la Hermandad del Santo Entierro llenando las calles de fervor y emoción. La procesión, que partió de la iglesia de Santa María con el Triunfo de la Santa Cruz, el Santo Entierro de Cristo y Nuestra Señora y Madre de la Soledad Coronada, atrajo a numeroso público, tanto local como foráneo, gracias a la previsión de un tiempo favorable tras días de incertidumbre.

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Desde primeras horas de la tarde, los alrededores de Santa María se vieron colmados de devotos expectantes. El paso de la Santa Cruz, el impecable trabajo de los costaleros en maniobras complicadas como el estrecho tiro de Santa María, y la solemnidad de las representaciones de las hermandades marcheneras, imprimieron un carácter único a la jornada.

La salida de la Soledad Coronada fue uno de los momentos más emotivos. Marchena revivió el esplendor de su coronación canónica, celebrada en septiembre de 2024, viendo a su Virgen lucir la corona enriquecida, en su primera estación de penitencia como Reina Coronada. La Banda de Música de la Cruz Roja de Sevilla acompañó con marchas solemnes, que pusieron música a momentos de profundo recogimiento, como el paso por la antigua cárcel o la revirá ante la Capilla de la Veracruz.

La salida procesional de Nuestra Señora y Madre de la Soledad Coronada en este Sábado Santo de 2025 ha tenido un sabor especial. Era la primera Semana Santa tras su histórica coronación canónica, celebrada el pasado 28 de septiembre de 2024, y la devoción marchenera se ha volcado aún más si cabe en torno a su Madre y Señora.

La Virgen presentó detalles que evocaban aquel día inolvidable: la corona enriquecida, símbolo de su realeza y del amor de su pueblo, brilló majestuosa bajo la luz del atardecer. En su pecho, el cordón del Consejo de Hermandades y los escudos de todas las hermandades de Marchena recordaban la unión de un pueblo entero bajo su manto.

En su saya, un pequeño broche en forma de estrella –añadido este año por los vestidores Óscar Torres y Juan Manuel Jurado– simbolizaba su título de Estrella de la Mañana, reafirmando su papel como guía espiritual para los marcheneros.

Destacó la participación de 1130 nazarenos, la gran cantidad de niños pequeños en los tramos de la cofradía y la importancia de seguir transmitiendo la fe y las tradiciones a las nuevas generaciones. La Hermandad, reforzada en número y en espíritu tras la coronación, dejó constancia del cariño y la devoción que le profesan sus hermanos y todo el pueblo.

Las bandas engrandecen el Sábado Santo de Marchena con un repertorio de altura

La música cofrade fue una de las grandes protagonistas del Sábado Santo marchenero, en una jornada en la que el Triunfo de la Santa Cruz, el Santo Entierro de Cristo y Nuestra Señora y Madre de la Soledad Coronada recorrieron las calles acompañados de algunas de las mejores formaciones musicales de la provincia.

La Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora de la Merced, procedente de El Viso del Alcor, abrió la tarde acompañando al paso del Triunfo de la Santa Cruz. Su actuación, marcada por un sonido compacto y elegante, fue especialmente aplaudida durante momentos clave como la bajada de la escalinata interior de Santa María y el difícil paso por el tiro.

Por su parte, el Santo Entierro de Cristo contó con el acompañamiento de la Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús Nazareno de Arahal, que dejó una profunda huella entre el público asistente. Su potencia sonora y el buen gusto en la interpretación de marchas como «Requiem», dedicada en la Capilla de la Veracruz al recordado capataz León Sala, emocionaron a los presentes. No pasó desapercibido el detalle de que numerosos marcheneros forman parte de esta agrupación, reforzando los lazos entre banda y hermandad.

La Banda del Nazareno de Arahal: sobriedad, potencia y elegancia al servicio del Santo Entierro

Definida por un estilo clásico, sobrio y elegante, la banda de Arahal destacó por su sonido limpio, grave y profundamente emotivo. Con un repertorio medido y tradicional, los músicos supieron conjugar la potencia de las cornetas con la finura en los solos, logrando en cada chicotá un diálogo respetuoso con el caminar del paso.

La actuación de la Banda de Cornetas y Tambores del Nazareno de Arahal en el Sábado Santo de Marchena no fue solo un acompañamiento musical: fue la consumación de una relación forjada a lo largo de los años entre la banda y el pueblo.

Más de una decena de sus componentes son marcheneros, y desde hace tiempo existía un deseo compartido: que esta formación acompañara al Santo Entierro de Cristo en su recorrido procesional. Un «amor platónico» que finalmente se hizo realidad en 2025, para emoción de músicos, costaleros y devotos.

Entre las marchas interpretadas, brilló con especial intensidad «Requiem», dedicada ante la Capilla de la Santa Veracruz en homenaje al recordado capataz marchenero Joaquin León Salas. El respeto al carácter fúnebre de la hermandad marcó toda su actuación, en la que sobresalieron compases serios, bien estructurados y cargados de sentimiento.

La apuesta de la Banda del Nazareno de Arahal por mantener una línea de fidelidad a la tradición y su capacidad para transmitir emociones a través de la música reafirmaron su merecido prestigio. Su participación en el Santo Entierro de Cristo de Marchena supuso, sin duda, uno de los momentos más destacados de la Semana Santa 2025.

La salida de Nuestra Señora y Madre de la Soledad Coronada fue acompañada por la magistral interpretación de la Banda de Música de la Cruz Roja de Sevilla. Esta formación volvió a demostrar su compenetración con la hermandad, ofreciendo un repertorio sobrio y emotivo en el que destacaron marchas clásicas como «Amarguras», interpretada al paso de la Virgen por el tiro de Santa María, y «La Madrugá», que envolvió de solemnidad la revirá hacia la calle San Francisco. Durante la procesión también sonó «Virgen del Valle», que subrayó el carácter dulce y majestuoso de la titular coronada.

El fenómeno musical fue tal que, en varios momentos de la tarde, las bandas acapararon la atención del público, con cientos de móviles grabando sus interpretaciones, una muestra de la fuerza que las formaciones cofrades han adquirido en la era de las redes sociales.

La elegancia de los pasos en el Sábado Santo de Marchena

El Sábado Santo de Marchena dejó una imagen imborrable: la suavidad en el andar de los pasos, especialmente el de Nuestra Señora y Madre de la Soledad Coronada, que avanzó como suspendida en el aire, regalando momentos de auténtica serenidad y belleza.

El caminar de los pasos fue una muestra de dominio, elegancia y sensibilidad. Cada chicotá se llevó con un compás suave, sin estridencias ni brusquedades, como si las cuadrillas hubiesen bordado en silencio el manto invisible de la solemnidad marchenera.


La bajada por el tiro de Santa María, los giros ajustados en Doctor Diego Sánchez y las revirás lentas hacia los cantillos fueron auténticas obras de arte, donde la destreza de los costaleros y la batuta firme pero templada de los capataces brillaron con luz propia.

En especial, la Virgen de la Soledad Coronada caminó con una majestad serena y contenida, transmitiendo una belleza que iba más allá de lo estético: un mensaje de fe, esperanza y amor a todo el pueblo. Su paso, acompasado por los sones delicados de la Banda de Música de la Cruz Roja, parecía mecerse al ritmo de un suspiro colectivo, haciendo vibrar el corazón de los fieles y dejando en cada esquina un destello de emoción.

Los capataces del Sábado Santo: el arte de llevar a Marchena sobre sus hombros

El Sábado Santo de Marchena volvió a poner en valor el papel fundamental de los capataces, verdaderos directores de orquesta que, con temple y sabiduría, condujeron a sus cuadrillas en una jornada memorable de serenidad y belleza.

Sergio Borquez fue el encargado de comandar el paso del Triunfo de la Santa Cruz, realizando maniobras tan delicadas como el descenso por el tiro de Santa María, donde el trabajo de su equipo brilló por la precisión y el cuidado en cada metro recorrido.

Al frente del Santo Entierro de Cristo estuvo Ramón Carmona, quien dejó momentos para el recuerdo, como la emotiva llamada dedicada a su padre desde las trabajaderas. Con su voz templada y su experiencia, guió a los costaleros por las estrechas calles marcheneras, logrando que el imponente paso del Señor se moviera con un compás firme y sobrecogedor.

En el paso de Nuestra Señora y Madre de la Soledad Coronada, el capataz Alberto López Carmona fue el encargado de transmitir, junto a su cuadrilla, esa imagen de dulzura, elegancia y recogimiento que marcó la noche. Cada revirá y cada chicotá de la Virgen fue una auténtica lección de cómo se puede caminar al son del corazón de un pueblo.

La interpretación de «Al verte marchar» por la Banda de Cornetas y Tambores del Nazareno de Arahal fue uno de los momentos más emotivos del Sábado Santo en Marchena.
Esta marcha, compuesta específicamente en honor al Santo Entierro de Cristo de Marchena, resonó en el recorrido como un lamento solemne, envolviendo de recogimiento y emoción cada rincón por donde pasaba el paso del Cristo Yacente.

La Vera Cruz se arrodilla ante el Santo Entierro: un gesto de fe y respeto en Marchena

Uno de los momentos más sobrecogedores del Sábado Santo marchenero se vivió a las puertas de la capilla de la Santa Vera Cruz, cuando el paso del Santo Entierro de Cristo llegó hasta su altura. Allí, los miembros de la junta de gobierno de la Vera Cruz y varios hermanos se arrodillaron al paso del Señor Yacente, en un gesto cargado de simbología y emoción.

La Misa de Resurrección: el corazón de la Pascua en Marchena

Mientras el Santo Entierro de Cristo recorría las calles de Marchena, en las parroquias se preparaba uno de los actos litúrgicos más significativos del año: la Misa de la Resurrección, celebrada a las doce de la noche en la tradicional Vigilia Pascual.

Esta celebración marca el paso de la muerte a la vida, de la oscuridad a la luz, simbolizando la Resurrección de Jesucristo, fundamento de la fe cristiana. La iglesia, inicialmente en penumbra, va llenándose de luz tras un rito cargado de profundo significado.

La quema de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior representa el final de un ciclo litúrgico y la preparación de las cenizas que serán usadas en el Miércoles de Ceniza del próximo año, recordando así la fragilidad humana y el comienzo de una nueva vida en Cristo.

Tras esta quema simbólica, se procede al encendido del Cirio Pascual, una gran vela que simboliza a Cristo resucitado, «Luz del mundo».

Con el fuego nuevo, bendecido en la misma noche, se enciende el cirio en la entrada del templo, y su llama se va transmitiendo de mano en mano entre los fieles, iluminando la oscuridad de la iglesia.
Es el signo de que la luz de Cristo vence a las tinieblas del pecado y de la muerte, y de que su resurrección es compartida por todos los bautizados.

La Misa de Resurrección culmina así una Semana Santa de emociones y recoge el alma de los fieles en una celebración de alegría, esperanza y vida nueva.