La próxima semana saldrá a la venta el primer juego de mesa que cuenta la realidad de Marchena con el Monopoly como excusa. El juego se llama Marchepoly y se venderá a 25 euros en distintos medios de la localidad a beneficio de la Asociación de Alzheimer. Los alrededor de 3000 euros de coste de producir el juego han sido aportados por 25 empresas de la localidad que se anuncian en el tablero de juego. Por el momento tienen bastantes pedidos y demanda y actualmente se está imprimiendo el juego en los talleres de Grafimarch.
«Peligro. Agua no apta para el consumo humano. Tan solo quedan tres paquetes de agua en el supermercado, solo el jugador más generoso se los llevará. Lanzad todos los dados y el que sale mayor puntuación se lleva el agua», dice una tarjeta de comunidad de este juego, que además es un retrato de la Marchena de 2020: sus costumbres, sus empresas y sus hábitos cotidianos.
Julio Berdugo Rodríguez, Jesús Rueda Rodríguez, Manuel Jesús Jiménez Navarro, Javier Rodríguez López, María Reyes Jiménez Martín, sus creadores, cinco jóvenes de Marchena vuelcan en dicho juego toda clase de anécotas y vivencias de nuestro pueblo, que denotan una fina ironía, no exenta de una visión certera de la realidad local, sin demasiadas esperanzas de futuro que no sea marcharse de la localidad.
Les ha llevado cinco meses de trabajo diseñas todos los elementos del juego, personalizados y adaptados a la realidad social de Marchena. Las fichas para mover sobre el tablero, impresas en 3D, dan pistas bastante elocuentes. Un nazareno, un tractor, un Arco de la Rosa, un pavo de Procavi y una Fuente del Niño, a elegir. Los billetes de cien llevan la imagen de Pepe Marchena, los de 500 Santa María, San Juan los de 50 y el Arco de la Rosa los de diez. La calle más cara es San Sebastián y la más barata Ciudad Jardín.
Lejos del dicho de «todo el mundo quiere vivir en la Calle Las Torres» porque hace décadas agrupaba a las principales fortunas de la localidad, pero ya no es así. Es más, ellos ni siquiera conocían este dicho, del cual han tenido conocimiento al presentarle a los anunciantes el proyecto.
Una iniciativa que nació de la pura diversión de un grupo de amigos. «Lo hemos hecho porque nos parece una buena idea. Uno de los autores Julio Berdugo estudió ingeniería y diseño industrial, y acaba de irse a México a trabajar, por un año, como diseñador de muebles» explica Javier Rodríguez, ingeniero mecánico que ideó imprimir las fichas en una impresora 3D gracias a una resina sintética.
Además incluye 76 cartas de suerte y 44 de comunidad en las que se van contando anécdotas que le suceden a los marcheneros de forma cotidiana. La casilla de Procavi hace las veces de Párking, y el jugador que cae en ella se lleva todo el dinero del centro del tablero.
Las tarjetas de Comunidad funcionan como una crónica social. Los retrasos de Renfe, la elección anual de Reyes Magos, y hasta el episodio de contaminación por benceno ya aparecen recogidos en el juego. «Ha salido el nuevo Iphone y cuesta 1200 euros, cómpraselo a tu hijo para que mantenga su alto estatus social», dice otra de las tarjetas de Comunidad. De esta forma van haciendo un retrato social de un lugar, Marchena y una generación, que ha confundido ser con tener. También aparecen en las tarjetas los clubes sociales y el rifi-rafe político de la localidad. También aparecen referencias a los nuevos cepos que inmovilizarán los vehículos mal aparcados, las obras del puente peatonal o la nueva estación de autobuses.