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Melchor Jiménez: «Aquí jugábamos al fúbol, y aquí aprendí yo a tocar la guitarra»

Melchor Jiménez, guitarrista flamenco contemplaba ayer con nostalgia, la demolición de los pisos municipales de la Avenida Santos Ruano.

Con la mirada sigue la evolución de las máquinas, pero por su memoria pasan todos los momentos, buenos y malos que vivió en estos pisos, desde los años 70 en que llegó siendo un niño hasta que se casó hace diez años con 34 años.

Desde ayer hasta el viernes el Ayuntamiento procede a demoler estos pisos, afectados por aluminosis y en estado de ruina.    «Aqui hemos vivido de todo. Desde navidades, hasta fallecimientos, mucha convivencia. Hace cuarenta años no teníamos de nada» explica Melchor.

Aquí vivió Juan Reyes, actual presidente de la Peña Flamenca, la familia Melchor, que luego se mudó a la calle Espíritu Santo, la familia Heredia, Juan El Caeno y aquí se vivían las fiestas flamencas que se hacían por navidad que este año se pretenden recordar gracias a al grupo de la Zambomba «Vivencias de la Avenida» que actuará en varias ocasiones en Marchena las próximas navidades.

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Mientras habla, las máquinas están destrozando la que fue su casa durante treinta años- A finales de los sesenta el Ayuntamiento de Marchena reubicó en viviendas municipales de la Avenida a un nutrido grupo de gitanos procedentes de la Plaza Ducal, que a día de hoy sigue siendo el núcleo gitano más importante de Marchena y en el que están asentados desde hace siglos. Desde el siglo XVI hay constancia escrita de que hay gitanos en Marchena, que era contratados por el Ayuntamiento como grupos de danzas en el Corpus, y también bailaban y cantaban a la Soledad y al Santo Entierro y un grabado, de Hoeffnagel, muestra gitanos herreros trabajando.

La Avenida, como se conoce entre ellos se convirtió en un «territorio gitano» en Marchena. «Una vez que salíamos del colegio nos veníamos aquí». Se refiere a la explanada trasera de los pisos donde ahora trabaja la máquina de derribos. «Aquí jugábamos al fúbol, aquí aprendí yo a tocar la guitarra, me he tirado yo muchas horas aquí. Estábamos todo el tiempo, jugábamos al esconder, a piola, al pillar, a la lima, mientras que hoy mis hijos por ejemplo se quieren quedar en la casa, no quieren salir a jugar en la calle porque están siempre con las maquinitas».