«Melvin», un dibujo creado por el artista español Joaquín Blázquez Garcés podría haber sido la chispa creativa detrás de uno de los personajes extraterrestres más icónicos del cine: E.T., de Steven Spielberg según ha difundido hoy Cuarto Milenio con testimonios de expertos en el mundo del comic.
En octubre de 1975, Blázquez creó un personaje llamado Melvin para la editorial estadounidense Warren, que apareció en la historieta «Then one foggy Christmas Eve» en el número 49 de la revista «Vampirella».
Siete años después, en 1982, la película «E.T. el Extraterrestre» de Spielberg, con un personaje diseñado por Carlo Rambaldi, se convirtió en un fenómeno global y un icono cultural. Las notables similitudes físicas entre Melvin y E.T. llevaron a Blázquez a obsesionarse con la idea de un plagio y a intentar llevar a Spielberg a juicio. Este caso capturó la atención de los medios de comunicación en los años 80 y fue ampliamente discutido en revistas de cómics.
La pelicula «E.T. the Extra-Terrestrial» fue creado por Steven Spielberg con guion de Melissa Mathison. Spielberg concibió la idea de la película, que luego fue desarrollada y escrita por Mathison. La película fue lanzada en 1982 y rápidamente se convirtió en un clásico del cine y en una de las películas más queridas de todos los tiempos.
Oficialmente el diseño de E.T., el extraterrestre, fue creado por el artista de efectos especiales Carlo Rambaldi. Rambaldi fue un maestro en el campo de los efectos especiales y es conocido por su trabajo en otras películas icónicas además de «E.T. the Extra-Terrestrial», incluyendo «Alien» y «King Kong» de 1976. Su diseño de E.T. es recordado cariñosamente por su apariencia única y su capacidad para transmitir emociones a pesar de ser un personaje no humano. Rambaldi ganó un Óscar por Mejores Efectos Visuales por su trabajo en la película «E.T. the Extra-Terrestrial».
Joaquín Blázquez Garcés fue un historietista español nacido el 6 de octubre de 1946 en Barcelona y fallecido en 1986. Aunque su trabajo abarcó diversos géneros, es especialmente recordado por su contribución al género de horror a través de sus historietas para Warren Publishing.
Una de sus creaciones más notables fue el personaje «Melvin», que apareció en la revista «Vampirella» en 1975. Esta obra capturó la atención no solo por su contenido sino también por el posterior litigio que mantuvo Blázquez con Steven Spielberg, reclamando que hubo similitudes entre su personaje Melvin y el E.T. de Spielberg en la película «E.T. el Extraterrestre».
La vida y obra de Blázquez y su intento de reclamar derechos de autor sobre estas similitudes fueron narradas en el documental «Melvin contra E.T.» lanzado en 2009. Este documental se sumerge en la trágica historia de este supuesto plagio, proporcionando una perspectiva sobre la vida del artista y su impacto en la cultura popular.
Blázquez comenzó su carrera profesional en el arte a una edad temprana, creando su primer trabajo para la agencia Bardon Art a los trece años y su primera serie, «Buffalo Bill», para Ediciones Galaor a los dieciocho. A lo largo de su carrera, su habilidad para ilustrar historias de horror se destacó entre sus contemporáneos, dejando un legado en el mundo del cómic que persiste a través de su influencia y las controversias que rodearon su trabajo.
La revista Cimoc, en su edición de julio de 1984, dedicó su portada y un extenso artículo a este curioso conflicto, incluyendo una entrevista con Blázquez y una recreación de la historieta de Melvin realizada por él mismo. El caso planteó preguntas interesantes sobre la originalidad, la influencia creativa y la propiedad intelectual en el ámbito de la cultura popular. Aunque la disputa de Blázquez con Spielberg nunca se resolvió de manera definitiva, sigue siendo un tema de debate y fascinación entre los aficionados al cómic y el cine.
El artículo en Cimoc destacaba la lucha de Blázquez por reconocimiento y justicia, detallando su obsesión por demostrar que su creación había sido la inspiración no acreditada para E.T. Además de la cobertura periodística, la revista ofreció una entrevista con el propio Blázquez y una recreación especial de la historieta de Melvin, subrayando la importancia de este caso en el mundo del arte y la propiedad intelectual.
La publicación de estas páginas en Cimoc no sólo proporcionó evidencia visual de las similitudes entre ambos personajes sino que también abrió un diálogo más amplio sobre la influencia cruzada entre los medios y las complejas relaciones entre artistas de diferentes disciplinas. La historia de Blázquez y su Melvin se convirtió en un caso de estudio sobre el impacto cultural y la lucha de los creadores por el reconocimiento de su trabajo en la escena global.
Los expertos están cautivados por la similitud entre «Melvin» y E.T., y aunque no hay pruebas concretas de que Spielberg haya visto directamente el dibujo, no descartan que pudiera haber influencias indirectas que viajaron a través de la cultura popular de la época.