Monumentos, historia y mantecados, en el programa Estepa ciudad de la Navidad
José Antonio Suárez López
El Ayuntamiento de Estepa pone en marcha un programa de actividades especiales llamados ciudad de la Navidad que tendrá lugar durante los meses de Noviembre y Diciembre.
El sábado 19 de noviembre desde las 10 de la mañana habrá visitas al convento musealizado e iglesia de Santa Clara y a las 12 horas del será la presentación del cartel de la Navidad en la Casa de la Cultura.
A las doce horas tendrá lugar la actividad saboreando Estepa una actividad gastronómica al desde las 12 de la mañana y hasta las 4:30 de la tarde su vida a la Alcazaba a la torre del homenaje y al Centro de Interpretación tartésico. También desde las doce y hasta las 16:30 se será la visita al museo a la torre de la victoria y a la casa cueva.
El domingo veinte de noviembre desde las diez de la mañana habrá visitas al convento de Santa Clara donde se puede visitar el convento musealizado y la iglesia del mismo nombre a las 12 de la mañana habrá una visita teatralizada al cerro de San Cristóbal a las 12 actividades de Saboreando Estepa y y luego visitas a los museos de la Torre de la victoria casa cueva Alcazaba, Torre del Homenaje y centro de interpretación.
Además para este fin de semana se puede visitar la exposición de Playmobil de la Flor de Estepa y el Rocio de Chocolate de La Estepeña. Más información en la Oficina Municipal de Turismo información y reserva 669952276.
Los mantecados y dulces de Estepa aparecen por vez primera en las referencias históricas del documento de venta de Estepa que la Orden de Santiago firmó a favor de un banquero genovés de la familia Centurión en 1559. En dicha venta aparece como testigo Tristán Gómez, de oficio repostero. No tiene nada de extraño que así fuera porque eran ya conocidas y apreciadas dos golosinas de nuestra localidad: su miel y su mermelada.
En el siglo XVI se tiene constancia de que algunos predicadores que iban a oficiar misas al municipio pedían que se les pagase “en género”, recibiendo tras la función religiosa tarros de miel, procedentes de los panales que se extendían por toda la localidad. En los antiguos recetarios de repostería estepeña se aludía también a los alajúes, los precedentes de los actuales turrones que fabricaban los árabes a base de miel y almendras, apareciendo los turroneros en algunos documentos como el Archivo de Protocolos Notariales del siglo XVIII. También aparecen en los inventarios del siglo XVII numerosas referencias a las chocolateras.
Pero todo comentario sobre el origen de los dulces de Estepa debe hacer referencia al convento de Santa Clara fundado en 1559, en donde se vienen elaborando dulces desde hace 400 años. Una visita a los archivos documentales del convento revela que llegaron a tener a confiteros contratados para atender la demanda que les llegaba desde Sevilla o Madrid, adonde dirigían sus productos elaborados con cacao traído desde Caracas. En este convento se conservan además algunas referencias a la elaboración de mantecados con recetas antiguas.
Olvido imperdonable en este tema sería el de Micaela Ruiz Téllez, sin cuya aportación hoy día los mantecados y polvorones estepeños seguirían siendo sólo venerables recetas y no el sustento de un próspero negocio. El marido de Micaela se dedicó a dar a conocer los mantecados fuera de Estepa. La Colchona, que así se apodaba nuestra protagonista es considerada la iniciadora de los esfuerzos por comercializar estos productos tradicionales. Micaela era la encargada de hacer las matanzas de los cerdos de las grandes familias de Estepa y les hacía los mantecados llegadas las fechas oportunas.
Un “cosario” del pueblo, su esposo, que se encargaba de los transportes con la ciudad de Córdoba decidió llevarse los mantecados para venderlos por el camino, iniciando sin saberlo la comercialización de los productos. Poco a poco se fue haciendo con una nutrida clientela repartida por varias provincias andaluzas, abriendo un obrador de confitería, en el que estuvo trabajando hasta su muerte. Las demás confiterías de la localidad se habían lanzado ya por entonces a dar a conocer su producción fuera del pueblo. En esa época era frecuente la elaboración casera de los mantecados en todas las casas de la localidad, anunciándose en la prensa local de la época las ofertas de las materias primas para la elaboración de estos productos.