La sede de la Fundación ha acogido esta semana la capilla ardiente de Antonio Gala, por la que han pasado miles de personas para dar su último adiós al escritor tras su fallecimiento el domingo 28 de mayo en Córdoba. Patronos, autoridades de todas las Administraciones, decenas de residentes de la Fundación, amigos, familiares y ciudadanos han pasado por el salón de actos de la Fundación Antonio Gala para rendirle un último homenaje.
El presidente de la Fundación, Francisco Moreno, dirigió ante las personas que abarrotaban el salón de actos a las cinco de la tarde unas últimas palabras a Antonio Gala, en las que reafirmó el compromiso de continuidad de la Fundación «a través de la que él sigue vivo en nosotros». Los familiares de Antonio Gala cumplirán su voluntad de que sus cenizas reposen para siempre en el jardín de la Fundación, junto a un puñado de tierra de los jardines de La Baltasara (actual Casa Museo Antonio Gala) traída desde Alhaurín el Grande.