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Netflix estrena la serie «Misterios de la Fe», sobre las mayores reliquias del cristianismo

La serie «Misterios de la Fe», lanzada en Netflix en 2023, lleva a los espectadores en un viaje exploratorio por los tesoros más sagrados y misteriosos del cristianismo, revelando secretos detrás de estas preciadas reliquias​1​ Uno de los episodios de la serie aborda la historia de la Corona de Espinas, una reliquia que, según la tradición, fue colocada en la cabeza de Jesucristo durante su crucifixión.

La Corona de Espinas se salvó del devastador incendio que afectó a la Catedral de Notre Dame en París el 15 de abril de 2019, gracias a la valentía de un capellán y bombero que se convirtió en el héroe del día, rescatando esta reliquia junto con el Santísimo Sacramento en medio de las llamas​.

La historia de cómo la Corona de Espinas llegó a ser propiedad de Francia es igualmente fascinante. Según los registros históricos, en 1239, el último emperador de Constantinopla, agobiado por las deudas, vendió esta reliquia al rey Luis IX de Francia, quien construyó la Sainte-Chapelle en París para albergarla dignamente​. El precio que pago fue tan alto que el reino quedó empeñadopor muchos años. 

La veneración de los instrumentos de la Pasión de Cristo, incluyendo la corona de espinas, se remonta al siglo IV, según relatos de peregrinos que visitaron Jerusalén. Más tarde, entre los siglos VI y VII, estas reliquias fueron trasladadas a Constantinopla para protegerlas de saqueos. En el año 1238, debido a dificultades financieras, el último emperador latino de Constantinopla, Balduino II de Courtenay, ofreció la corona de espinas al rey de Francia Luis IX, quien aceptó la oferta y luego la trasladó a París. Durante la Revolución Francesa, la corona fue resguardada en la Biblioteca Nacional y en 1806, tras el Concordato de 1801 entre Napoleón y el Vaticano, fue entregada al Arzobispo de París, quien la colocó en Notre Dame​.

La reliquia consiste en un atado de ramas o juncos entrelazados, formando una circunferencia de 21 centímetros de diámetro, donde según la tradición, se fijaron las espinas. Esta corona se conserva en un tubo circular de vidrio y se mostraba a los fieles el primer viernes de cada mes antes del incendio ocurrido en la Catedral de Notre Dame el 15 de abril de 2019.