Nueva comisión para restaurar y recuperar la ermita de Santa Eulalia
José Antonio Suárez López
Desde hoy se puede retirar en la Oficina De Turismo De Marchena y de forma gratuita el folleto editado por el grupo de trabajo sobre el Convento de Santa Eulalia, de Lunes a Viernes de 9,30h. a 14,30h. / Sábados, Domingos y festivos de 10h. a 14h.
Manuel Guisado Torres, abogado de Marchena inició hace un año un movimiento para concienciar sobre la necesidad de conservar los restos del convento de Santa Eulalia. Un año y una pandemia después ha logrado publicar un folleto informativo, que es además la primera publicación monográfica sobre el convento más antiguo de Marchena, del que ahora se cumplen 600 años de su fundación en 1420.
Este folleto, del que se han editado mil ejemplares, ha sido escrito por el propio Manuel Guisado que ha realizado una recopilación de los principales textos históricos que se refieren a este monumento y ha sido diseñado por Rafael Pérez Becerra, y editado con el apoyo económico de varias empresas de Marchena.
OBJETIVO SALVAR SANTA EULALIA, CUANDO SE CUMPLEN 600 AÑOS
Además anuncia que se creará en breve una comisión formada por un grupo de marcheneros con el objetivo de trabajar con el objetivo de restaurar y recuperar, los restos del convento fundamentalmente en función de su relevancia histórica.
«El objetivo es intentar restaurar aquello y ponerlo en valor y que la gente pueda visitarlo y disfrutar de aquello y que no se venga abajo. Es un objetivo en el que se necesita implicar a un grupo de personas, parea crear una comisión de trabajo. Creo que ya hay un respaldo, que la gente de Marchena está por la labor», explica Manuel Guisado. Contactarán los los agentes sociales, instituciones, asociaciones culturales de Marchena para establecer unas sinergias y trabajar en el tema. Además tratan de implicar a arqueólogos y arquitectos para lograr su objetivo.
Se trata de limpiar el solar, realizar un estudio arqueológico, redactar un proyecto, buscar fondos. «Trabajando se puede conseguir al final» explica Manuel Guisado. Entre los proyectos previstos está la divulgación, investigación y puesta en valor del enclave histórico, incluyendo rutas históricas y de senderismo entre otras ideas. Se trata de una iniciativa ciudadana totalmente independiente.
Este 2020 el convento franciscano de Santa Eulalia de Marchena cumplirá 600 años. El edificio y el suelo pertenece a la familia Vanderwilde, y en su subsuelo, según las fuentes consultadas puede hallarse el cementerio de los frailes que allí estuvieron viviendo. Pese a ello no tiene vallado, está en ruinas y cualquiera puede acceder al recinto.
La Asociación Hispania Nostra incluyó desde ayer 27 de septiembre el ex convento franciscano de Santa Eulalia de Marchena fundado en 1420, en su lista roja de patrimonio en riesgo de desaparecer, debido al «abandono del edificio» y advierte de que «si no se actúa pronto, corre el riesgo de desaparecer».
Santa Eulalia cumple 600 años, recién incluido en la lista roja del patrimonio en peligro
Primer convento franciscano y cristiano de Marchena, una de las mayores fuentes de espiritualidad primitiva franciscana en Andalucía que además está relacionado con personajes que desde aquí fueron a evangelizar a las Islas Canarias y América.
Unas fuentes dicen que fue fundado en 1420 y otros en en 1366 por Don Juan Ponce de León, Señor de Marchena. En el edificio se daba culto a una imagen (actualmente en la capilla de la Vera Cruz), el Santo Cristo del Pan de la devoción del pueblo, donde según un escrito del año 1500, “se veneraba en tiempos de carestía y faltas de agua”.
Tuvo una biblioteca de más de 4.000 libros (fue la mayor biblioteca de los franciscanos andaluces) y de aquí que partieron a evangelizar misioneros tan influyentes como Antonio de Marchena, (otros dicen que Fray Antonio de Marchena no estuvo nunca en Marchena) Juan de Santorcaz (pionero en la cristianización de las islas Canarias) y Fray Luis de Bolaños (uno de los iniciadores del sistema de las reducciones en Paraguay y Argentina).
En 1814 el inmueble fue convertido en fortaleza y rodeado de muros a causa de la invasión francesa, pero tras la derrota de los franceses fue habitado de nuevo por frailes durante algunas décadas más. Cuando se desalojó el convento en 1867, víctima de las desamortizaciones, algunas de sus imágenes y retablos pasaron a otros templos de la localidad.
Está practicante en ruinas y cubierto por abundante vegetación. La mayoría de sus bienes fueron repartidos entre las otras parroquias de la localidad. Como dato curioso, cabe destacar que en un rincón de las ruinas encontramos una lápida romana del siglo I, con la inscripción “A Postumia Annula, hija de Lucio, de su liberto Acanto” (según el experto Enrique García Vargas, el esclavo liberto Acanto pagaría la inscripción en honor a su dueña). No hay yacimientos romanos en la zona, por lo que esa lápida parece ser una pieza reutilizada para la construcción del convento, procedente de otro lugar.