JOSE A. SUAREZ. Editor. Revista Saber Mas. Grado en Comunicación.
Hace pocos meses me cuestionaba a mí mismo si merecía la pena contarme entra las filas del periodismo y quizá porqué no, considerarme divulgador cultural. Esta duda me la provocó el hartazgo de la crisis cotidiana de una prensa nacional desde hace mucho moribunda, amordazada y sin apenas pulso ni rumbo, sin creatividad ni espacio para el alma y el corazón humanos: la cultura, que es lo mío.
Pero hoy es la sociedad entera la que está amordaza, moribunda y en crisis y
no una crisis cualquiera sino la crisis del Covid 19, algo así como un tsunami que a los que nos gusta contar historias nos trae la gran historia de nuestras vidas. La que se recordará en el futuro.
Ahora creo que nuestra profesión es más necesaria que nunca y que toda mi formación y experiencia me conduce a este momento, en que estoy aquí para contar historias que merezcan la pena ser contadas y como decía el Maestro Gabo, la vida está hecha para contarla y especialmente en tiempos tan cruciales para la historia de la humanidad como éstos.
Y cuando se da el caso, como ahora, informamos de la actualidad más cruda. Hoy. el periodismo y la vida están más abiertos que nunca a todo el mundo y una epidemia que viene de China llega a Europa en un mes lo mismo que llegan las modas de Nueva York y hay que estar abiertos al mundo. La cultura es lo único que te enseña a estar preparados para esto.
El periodista no necesita aislarse en su pequeña parcela de tierra en el mundo,
sino que requiere abrirse al mundo, entender los idiomas, las culturas y los países del mundo, aunque vea el mundo a través de su prisma local.
Mi vocación hacia el periodismo ha sido siempre abrir mentes cerradas al mundo a través de la cultura y abrir la cultura a todo el mundo. El periodista hoy será clave si con el corazón y el alma, sabe explicar lo que pasa lejos a la gente que está más cerca.
Como ejemplo la historia de Kenneth de Marchena, descendiente de judíos nacido muy lejos, en la isla de Curazao que viviendo en Holanda descubre que su raíces están en Marchena, Sevilla, España y todos los meses de agosto vuelve a la tierra de sus ancestros para celebrar ese reencuentro.
El hartazgo del periodismo sin rumbo ni pulso, ni alma ni corazón me llevó a imaginar algo distinto que llamé Revista Saber Más. Una revista que prefiere contar la historia de Kenneth de Marchena.
Pero no somos esa clase de revistas que lo cuenta: nosotros lo hacemos posible. Investigamos una historia jamás antes contada, encontramos documentos perdidos sobre judíos en los archivos históricos. Contactamos con los descendientes de aquellos judíos. Los traemos a nuestra tierra, los acompañamos y hacemos posibles que se celebren eventos culturales.
Y así traemos la historia al presente. Revivimos nuestra cultura y nuestra identidad. Y así nace un evento como los primeros encuentros de cultura sefardita en la campiña sevillana que se celebra hace varios años.
Saber Más es un puente entre pasado y futuro a través de la cultura, la memoria y la identidad. Un puente de Andalucía hacia el mundo árabe, los judíos sefarditas y América.
Para empezar a tender esos puentes empezamos a buscar la raíz de nuestra
tierra. “De lo local a lo universal” como Federico García Lorca. Revista Saber Mas es la voz de la tierra. Una voz distinta, única, con carácter, una voz humana y cercana en medio de una era de mecanicismos y gente sin alma que pierde la calma por la prisa, el dinero y el poder.
Mientras más se desarrolla internet y los medios de comunicación online más se valora esa voz distinta, en medio de ésta epidemia de miedo que pretende distorsionar e igualarnos a todos.
Encontrar nuestra voz es lo que nos hace humanos y nos cumple como personas en este mundo y como periodistas. Y contar con esa voz única historias únicas que merezcan la pena ser contadas, es lo que hace que merezca la pena este proyecto ilusionante.
Esta pasión o profesión -a la que tanto debemos todos-, en ocasiones ha estado a punto de costarme la vida y en ocasiones me ha salvado la vida. Solo por eso volvería a hacerlo igual si volviera a nacer y volvería a ser periodista para contar con voz propia y con los pies en la tierra: mi tierra.