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Porqué la Inmaculada es la devoción Mariana más importante y antigua de Marchena

FIESTAS DE LA INMACULADA EN SANTA MARIA DE LA MOTA
La primera referencia a las fiestas de la Inmaculada de Marchena  está en 1429. Ese año se hicieron fiestas a la Inmaculada y se hace coincidir con la entrega del título de conde de Medellín a Pedro Ponce de León según su testamento.
Don Rodrigo Ponce de León, era especialmente devoto de la Inmaculada, según los cronistas ducales debido a que él mismo nació el día de la Inmaculada y que según estos cronistas la Virgen se le apareció según  la “Historia de los hechos del marqués de Cádiz”.
Su propio escudo llevaba una imagen de la Inmaculada y en el lienzo del copatrón San Miguel que se conserva en el Ayuntamiento de Marchena aparece con un escudo que también representa una Inmaculada..
«Desde tiempo Inmemorial» según Diego de Becerril Vicario de la villa de Marchena en 1525 » había costumbre de decir una misa votiva todos los miércoles de cada semana a la Limpia Concepción de Nuestra Señora en la Iglesia de Santa María de la Mota».
El contador Mayor del Estado de Arcos Domingo de Herdocía deja escrito que desde 1673 el V Duque de Arcos mandó en su testamento labrar una capilla en Santa María «para la imagen de Nuestra Señora de la Concepción» dejando 500 reales.
Francisco Ponce de León mando fundar una obra pía en la iglesia de Santa María de la Mota de Marchena pagando además misa cantada en la fiesta de la Concepción y dejando además dinero para labrar un altar a la Virgen de la Mota y para que se vistiesen 25 sacerdotes y 25 viudas pobres de la villa.

Documentos del Fondo Osuna. Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional
Digitalización de microfilm de 35 mm. 

Muerto don Manuel Ponce de León  en 1693 aún no se había labrado la capilla hasta que Joaquín Ponce de León «informado de la disposición testamentaria del Duque Francisco su tío» mandó labrar la capilla colocar en ella cómo de facto lo está una una imagen de Nuestra Señora de la Concepción digna del mayor culto `por lo formidable de la escultura».
La crónica jesuita del año 1635 dice que «La fiesta de la Concepción de Nª Sª es fiesta propia de la Casa de Arcos» desde tiempos muy antiguos. «Los Señores de Arcos fueron los primeros, o de los primeros que la defendieron, y celebraron en todas las Ciudades, Villas y lugares de sus vastos estados» fiesta que ya se hacia en 1448.
LA DEFENSA DEL DOGMA EN LA TOMA DE POSESIÓN DE ALCALDE
El ritual de toma de posesión y Juramento del Asistente o Alcalde de Marchena incluía una defensa del dogma de la Inmaculada que desde tiempo del Duque de Cádiz era una de las devociones principales de Marchena acrecentada por los jesuítas de Marchena y llevada a América.
Dos regidores salían del edificio del Cabildo y cruzaban la plaza Ducal hasta llegar al extremo puesto donde estaba el Palacio del Duque. Allí recogían al Asistente y lo llevaban al Cabildo. En el Cabildo se realizaba la toma de posesión del cargo en un juramento que incluía la defensa del dogma de la Inmaculada Concepción.  A continuación el Asistente saliente le entregaba la vara de justicia y le dejaba su asiento.
1616: EL JURAMENTO DEL DOGMA.
El 19 de junio de 1616 se hizo en Sevilla el juramento de sangre y el 30 de junio de ese mismo año los sacerdotes de la Hermandad de San Pedro Ad Vincula de Marchena hicieron el voto de la Concepción. En septiembre de 1616 se juró el mismo voto en San Juan de Marchena con asistencia del Duque y los caballeros de Marchena que fue recordado con la Magna Mariana de Marchena.
Las fiestas de toros y cañas acompañaron a la fiesta del juramento del dogma de la Inmaculada el 4 de Septiembre de 1616 en la iglesia de San Juan de Marchena según carta publicada en 1865 en las Relaciones de solemnidades y fiestas públicas de España, de Genaro Alenda.
«Tomaron la iniciativa los sacerdotes afervorados con la noticia de la fiesta que al mismo asunto había hecho la Cofradía de San Pedro Advincula en Sevilla y aunque en un principio determinaron que fuese puramente eclesiástica, a los caballeros del Palacio del Señor Duque de Arcos, gente principal de la villa pareció está ocasión muy buena para tener parte en la fiesta. Y así ofrecieron hacer también sus juramentos y tomaron a su cargo regocijar la plaza con fiestas de toros y cañas».
1623.-AZULEJO DE LA INMACULADA EN LA PUERTA DEL CONVENTO DE SANTA MARIA
En 1623 se colocó sobre la puerta de entrada del convento de Santa Maria un azulejo de Hernando de Valladares, de 1623, que muestra la torr4er del oro y el puerto de Sevilla inspirado en una pintura de Pacheco, el suegro de Velázquez.
El panel de azulejos es una transcripción casi exacta del lienzo de Pacheco que se conserva en el Palacio Arzobispal de Sevilla, fechada por diversos autores entre 1617 y 1620 realizado por el ceramista Hernando de Valladares, trianero que tuvo una relación prolongada con los Ponce de León dibujando los paneles de azulejos de Santo Domingo de Marchena, San Agustín de Sevilla, claustro del santuario de Regla en  Chipiona, y probablemente los azulejos del Palacio Ducal de Marchena.
1635: CONTRATO DE LA INMACULADA DE ZURBARÁN PARA SAN JUAN
En 1635 se firma el contrato entre la Parroquia de San Juan y el taller de Zurbarán para pintar los nueves lienzos de la Sacristía de San Juan, el mejor de ellos es el de la Inmaculada. La Inmaculada se presenta con una luna con las puntas hacia abajo, como recomendó Francisco Pacheco en su Tratado de la Pintura, vestida con una túnica roja, cubierta por un manto azul.
1688; PEDRO DE MENA TALLA LA INMACULADA PARA SANTA MARÍA
Pedro de Mena talló una Inmaculada para Santa María de Marchena por encargo del Duque de Arcos se considera su última obra, hoy está en la iglesia de San Juan.
En torno diciembre de 1688 se conservan  dos cartas autógrafas del escultor Pedro de Mena y Medrano a Antonio de Fuentes explicando que el estado de su salud le impidió trabajar en la imagen de la Concepción encargada para Marchena y dice que el duque querría verla en Madrid pues por su arte será mucho mejor que la que hizo para la Iglesia de Córdoba; habla también de su situación y cuestión de fondos.
1808. SE CREA LA CONGREGACION DE LAS HIJAS DE LA INMACULADA
La Inmaculada del convento de Santa Clara es una imagen del XVII que sale en procesión en el Corpus era titular de la congregación de las hijas de la Inmaculada Concepción creada el 2 de noviembre de 1808 y extinguida poco después resurgió con fuerza en 1878 cuando se proclama oficialmente el dogma de la Inmaculada.
1880: DERRIBO DEL ARCO DE LA INMACULADA
La Inmaculada de Puerta Osuna se traslada del arco al interior de la torre en 1880. Ese año Juan Ortiz y otros vecinos de la calle piden autorización al Ayuntamiento para colocar el lienzo que estaba sobre el arco de la desaparecida Puerta de Osuna, calle Carreras, dentro de la torre.
El oratorio público de la Inmaculada fue autorizado en 1640 por D. Gaspar de Borja y Velasco según el Estudio de los Oratorios domésticos y Capillas privadas en los siglos XVII y XVIII del Arzobispado de Sevilla,  de Rosalía María Vinuesa Herrera.
En 1880 se confirma el derribo de la Puerta de Osuna, o Puerta de la Concepción pero el Gobernador Civil protesta por la demolición de los arcos de espaldas a la Comisión Provincial de Monumentos.
DEFENSA DE LA INMACULADA POR LA HERMANDAD DEL NAZARENO
La Hermandad de Jesús Nazareno como filial de la Hermandad del Silencio de Sevilla tiene por escrito en sus reglas la defensa del dogma de la Inmaculada Concepción, que la hermandad de San Antonio Abad simboliza con un cirio y una espada, que indica que están dispuestos a defender con su sangre este dogma.
Cada siete de Diciembre víspera de la Inmaculada en San Miguel se presentan la Virgen de las Lágrimas presidiendo el altar mayor vestida con los colores de la Inmaculada, celeste y blanco y los hermanos de Jesús Nazareno leen en voz alta, tras la misa del triduo de la Inmaculada, los pasajes de las letrillas de Miguel del Cid, siglo XVII, en defensa del dogma de la Inmaculada Concepción, que dicen «Para dar luz inmortal siendo voz alba del día, sois concebida María sin pecado original».
El 9 de octubre de 1617,  el papa Paulo V aceptaba finalmente la proclamación de su Inmaculada Concepción defendida por los franciscanos. En Sevilla, este éxito alcanzado en Roma fue atribuido a las gestiones llevadas a cabo allí por el doctor Bernardo de Toro y el arcediano de la localidad de Carmona Mateo Vázquez de Leca.