Decía Antonio Machado en su libro Juan de Mairena que «lo esencial carnavalesco no es ponerse careta, sino quitarse la cara. Y no hay nadie tan bien avenido con la suya que no aspire a estrenar otra alguna vez».
Ramón García Vega en el pregón de ayer se quitó la careta encima del escenario, porque fuera siempre la he tenido quitada. Sano ejercicio este de quitarse las caretas y reírnos de nosotros mismos como pueblo, siempre necesitados de un par de risas a tiempo y de tomarse menos en serio a sí mismo y darse cuenta que todo tiene arreglo en Carnaval.
Como el dios Momo, Ramón García encarna en el pregón y aún en la calle a un personaje tierno, mezcla de clown y de niño yuntero de postguerra que ha tenido tiempo de guardarse en los bolsillos de la memoria algunos versos de Machado,Alberti y Miguel Hernández, tal como hizo Machado el día de su muerte. Estos días azules y este sol de la infancia.
Como un niño caprichoso, e impredecible; es imposible definir, puntuar, entrecomillar, adjetivar a Ramón García Vega y su pregón, porque no fue lo que tenía que ser, lo que tenía escrito, sino lo que improvisó mientras trataba de leer lo que había escrito, que tenía más de agradecimiento a la vida, a amigos y conocidos, que de pregón carnavalesco. Lo que hizo carnavalesco su pregón fue la actitud con la que lo dijo: a corazón abierto, blanco de color, pleno de emoción y escaso de razón, que es lo que los grandes maestros hacen y lo que el carnaval propone.
Cerrar el juicio, cerrar los ojos, oir el clac con que se rompen los cerrojos. Bailar en la cueva.
Con la razón hizo un recorrido por los comercios de Marchena, por los pregones de sus comerciantes y vendedores callejeros antiguos, hizo un elogio a escuchar de verdad, a conversar entre vecinos, recitó a Machado y Alberti, recordó su filiación comunista de trasfondo humanista «sin distinción de color, piel, sexo ni extremidades. Por extremidades no me van a entender, osea derecha e izquierda. Alguna vez digo qué guapo eres muchacho y me dicen te gusto?, si pero tienes cinco extremidades, Y dicen si quieres me corto el brazo, y le respondo, no la otra»este fue el tono del pregón que como el resto del acto fue emitido en directo por TV y por redes sociales.
Con el corazón entregó premios y reconocimientos, se emocionó recordando a su padre, se atrevió a hacer una previsión electoral para mayo e hizo público un reconocimiento público a sus seres queridos.
En resumen un pregón como Lola Flores:, no canta, no baila, no recita, pero no se la pierdan.