LIBROS.- Pasionaria. Escritos y discursos, editado por la Universidad del País Vasco recoge y publica los discursos de la carismática líder comunista en un estudio firmado por Juan Avilés Farré especialista en historia política y social.
Pasionaria. Escritos y discursos de Dolores Ibárruri. Juan Avilés Farré (editor). Bilbao: Universidad del País Vasco, 2022. 344 pp. 25 €
“Naciste para dar dirección a los vientos”, expresó Miguel Hernández en su poema Pasionaria. Pasionaria fue un seudónimo usado desde 1918 en sus artículos en la prensa izquierdista se destacó ne los movimientos obreros de la cuenca minera de Vizcaya. Nacida en Gallarta, Bizkaia, 1895 murió en Madrid, en 1989 y fue un símbolo del partido Comunista y la primera mujer que dirigió un partido en España que lideró el PCE durante 15 años perdió cinco hijos y experimentó el exilio en Moscú.
Casada en 1916 esta vasca que quería ser maestra cambió el Apostolado de la Oración por la militancia en el PSOE, afiliándose en Diciembre de 1917. Tras la escisión en las Juventudes Socialistas, se unieron al Partido Comunista Español, que en noviembre de 1921 se fusionó con el Partido Comunista Obrero Español (fruto de otra división en el PSOE) para alumbrar el Partido Comunista de España alcanzado el Comité Central en 1930.
Llegó a Madrid para trabajar en el periódico del PCE, Mundo Obrero. Elegida diputada por Asturias del Frente Popular en 1936, en las primeras semanas de la guerra era capaz de levantar a los pueblos en armas para detener el avance del fascismo convirtiéndose en un símbolo gracias al aparato propagandístico de la Internacional Comunista leyendo ante los micrófonos de Unión Radio Madrid el 19 de julio de 1936 un discurso con la famosa frase “¡No pasarán!” protagonizando mítines en los cines Capitol o Monumental, en una ciudad bombardeada sin piedad por la aviación franquista.
Fue una oradora que sabía mover a las masas con la sola arma de su verbo encendido, pero nunca fue una pensadora original ya que se limitó a seguir las pautas que dictaba el movimiento comunista internacional. En los años cuarenta, era la una comunista ortodoxa, en sintonía con la Rusia de Stalin para ella, un padre.
Mientras cantaba la gloria de Rusia no dudaba en arremeter contra el trotskismo, la gran bestia negra de los comunistas ortodoxos pues creían que se convertirían en la gran bestia negra del proletariado, por encima, incluso, de los fascistas porque bajo un disfraz de izquierdas, que alimentaba las divisiones en el mundo obrero.
En diciembre de 1945, la mayoría de los dirigentes del PCE se reunieron en Toulouse con motivo del 50º cumpleaños de su secretaria general, la primera mujer en dirigir un partido español. Pablo Picasso asistió a aquella celebración y desde México Juan Rejano le dedicó un poema: “Madre nuestra, panal, vena de fuego, / amapola del héroe, guerrillera…”.
En los años cincuenta, su postura cambia, y apuesta por superar el trauma de la Guerra Civil a través de la reconciliación buscando un acercamiento a los católicos progresistas, en contraste con el anticlericalismo del PCE.
Aunque atacara la religión tradicional, su visión del comunismo se entendía cómo una ideología, en principio, laica puede transformarse en una especie de Iglesia. La confianza en el partido, como algo prácticamente sagrado, nunca la abandonaría. En los cincuenta cuando los maquis comunistas españoles eran asesinados invocaban su nombre como una bandera.