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Rabino Haim Casas: «Para mí es una cosa natural. Yo soy muy andaluz, muy cordobés y muy judío»

Un andaluz judío en el 2020 suena inusual. Pero su llegada al judaísmo se produjo como algo progresivo y natural. «Uno tiene el derecho a decidir su identidad, yo heredé un amor por la cultura judía, y eso me hizo estudiar y leer. Y eso me llevó a identificarme con la cultura judía culturalmente hasta que yo ví, que esto es lo que yo quería para mi vida. Descubrí mis raíces judías, y luego decidí quién quería ser yo» expresa Casas.   Asegura que fue un proceso de recuperación de sus raíces como andaluz y español. «Finalmente decidí formar parte del pueblo judío».

Para él la cultura judía no entra en contradicción con la cultura andaluza. Al revés. «Para mí, mi judaísmo no se puede entender sin Andalucía. Parte de la raíz de Andalucía es el judaísmo sefardí. Para mí es una cosa natural. Yo soy muy andaluz, muy cordobés y muy judío» explica. En su familia no hay tradición judía y él fue el primero, y cuando tomó la decisión encontró el apoyo familiar.

 

Esta actividad es desarrollada cada año por el cordobés de 39 años Jaime o Haim Casas, «Rabí Haim» primer Rabino andaluz en Andalucía, en 500 años. «Haim significa vida y en la tradición judeo española se traduce como Vidal, es una palabra dual que significa las dos vidas, la espiritual y la terrenal» explica.

«Se trata de pasar un dia juntos, comiendo y paseando por la judería y la sinagoga de Sevilla, estudiando para crear lazos de unión e intercambio cultural entre judíos y no judíos, en torno al shabat» dice Casas.

 

Ordenado en Londres en 2017 ejerce el rabinato en la comunidad de Lyon y Toulouse y en Andalucía desarrolla el proyecto cultural Makom Sefarad, con actividades entre Córdoba y Sevilla para quien quiera conocer desde dentro la realidad sefardita. «Mi llegada al rabinato supuso sorpresa y alegría para muchos porque vieron que hay judíos aún en Andalucía, que es algo real, de carne y hueso».

 

Internet y el turismo han provocando que los propios andaluces re-descubran Sefarad, una parte importante de la cultura andaluza, hasta ahora silenciada.

La granada es el símbolo de Makom Sefarad, «un símbolo muy judío y muy andaluz». La granada en el judaísmo simboliza la torá y tiene 613 semillas, igual que los preceptos de la torá. «Se trata de retomar la tradición de encuentro del mundo sefardí con otras religiones y culturas, para reunirnos y aprender juntos y crear lazos en torno a la diversidad desde un punto de vista judío» explica Casas.

 

«Un rabino de sinagoga, es un maestro, líder, guía, gerente, gestiona cultos, actos culturales, cuestiones económicas y lúdicas» explica Casas. «La sinagoga tiene un consejo de administración que es votado, y elige y contrata a un rabino, que es un empleado de la comunidad judía» explica Casas.

 

«La cultura sefardí, es una cultura de diáspora, supervivencia, viaje y exilio. Tiene sus raíces en la cultura español pero no es solo eso, son todas las culturas de acogida, como los balcanes, Magreb, imperio Otomano. Así se crearon lazos internacionales entre primos, hermanos y eso favorece un intercambio comercial, tejiendo una red social de intercambios. Y eso lleva a ser una mentalidad abierta al mundo sin fronteras, como la andalusí o la sefardí» destaca Casas.