Después de la limpieza y los trabajos arqueológicos que han encontrado varias torres desmontadas y desconocidas, ahora los operarios están ejecutando labores de restauración y reconstrucción de los volúmenes perdidos de la muralla.
Las obras de restauración de la Muralla Almohade de Marchena en la zona del Portillo se adentran en su fase tres; las obras de restauración propiamente dichas. En las imágenes del proyecto audiovisual puesto en marcha para divulgar el proyecto por el Ayuntamiento de Marchena y Tragsa que puede seguirse en la web www.murallasdemarchena.es.
La intervención recupera un fragmento de 132 metros de muralla de la zona Barbacana El Portillo que sirve de talud sobre la Ctra. A-380 o carretera de Carmona. Tendrá un coste de 657.165 euros pagados por el Estado con cargo al 1% cultrural. La zona restaurada incluye cuatro lienzos de muralla del siglo XIII y cinco torres de la Barbacana.
En la presente excavación se ha encontrado una cerca que los arqueólogos definen prudentemente como pre almohade, lo cual indica un origen romano, a falta de confirmación oficial tras el pertinente estudio en profundiad de los restos encontrados y la confirmación científica de la datación del periodo romano. Paralelamente a la restauración se ha desarrollado una labor de expropiación de los terrenos aledaños a los muros.
La excavación que hizo el equipo de Tania Bellido y Miguel Angel Tabales en la zona de El Portillo donde apareció una estructura megalítica de entre 2000 o 3000 años según ha expuesto la propia Tania Bellido en las Jornadas de Patrimonio de Marchena 2016.
El artículo El Origen Calcolítico de la Alcazaba de Marchena de Daniel García Rivero y Juan Fournier Pulido analizan los hallazgos arqueológicos al pie de la muralla lo que “supone la evidencia de un poblamiento prehistórico del III Milenio a.C. en la zona donde actualmente se encuentra el casco urbano de dicha localidad”.
En la excavación de 2008 el estrato basal del Sondeo II, denominado UE 29, ha aportado básicamente material prehistórico, pero se ha encontrado un fragmento de cerámica común romana (Fournier Pulido 2008: 86- 87; Bellido Márquez 2010: 67).
En el Sondeo II, aparecen cerámicas campaniformes. Además de un fragmento de cuchillo de sección triangular en sílex con ambos lados retocados, un fragmento de cuchillo de sección trapezoidal en sílex y lasca en la misma materia prima.
La importancia de los restos calcolíticos
Los restos arqueológicos prehistóricos aparecen en los niveles inferiores de la excavación de 2008, justo bajo los muros de la puerta de El Portillo y bajo los restos del torreón circular cristiano. Se trata de dos estructuras megalíticas de cierta envergadura, conformadas por posibles bloques de piedra, ambas rectilíneas y paralelas acompañadas de industria lítica en sílex; al parecer también se insertaban en este mismo paquete restos de fuegos y una fina capa de cenizas (UE 68), restos humanos (cf. Bellido Márquez 2010: 77-80) y restos de cerámica campaniforme.
Tania Bellido, arqueóloga expuso que los hallazgos al pie de la muralla de El Portillo, eran estructuras megalíticas, acompañadas de cerámica campaniforme y restos humanos, que no pudieron seguir excavando por falta de presupuesto.