La rehabilitación del Arco de los Blanco en Cádiz, vestigio del antiguo Castillo de la Villa, ha sido anunciada por la Junta de Andalucía como una oportunidad para recuperar parte del patrimonio medieval de la ciudad. El proyecto contempla la restauración del arco y la posible integración de la adyacente Torre de Armas, también conocida como Torre Vieja, del castillo de los Ponce de Leon cuya base aún subsiste.
La iniciativa busca dignificar el entorno del barrio del Pópulo y poner en valor la memoria histórica de la ciudad. Sin embargo, el estado actual del conjunto es preocupante, con desprendimientos en la muralla medieval y acumulación de basura en el patio interior del solar de Carpio, clausurado desde 2020.
El historiador Juan Antonio Fierro Cubiella ha propuesto la reconstrucción parcial de la Torre de Armas, elevándola hasta una altura cercana a la original y coronándola con almenas, diferenciando claramente las partes nuevas de los restos antiguos. Esta recreación permitiría visualizar de nuevo el perfil del castillo y señalizar in situ su emplazamiento, evitando que siga siendo un lugar ignorado o usado como simple aparcamiento.
El proyecto de rehabilitación, con una inversión prevista de 148.400 euros, se encuentra actualmente en fase de redacción del plan de conservación. Se espera que, una vez completado este proceso, se proceda a la licitación de las obras y su ejecución durante el año 2025.
Durante la guerra civil castellana (1474-1479), Cádiz vivió un capítulo de su historia marcado por las ambiciones atlánticas y las tensiones nobiliarias y renacimiento economico durante el mandato de los Ponce de Leon señores de Marchena.
Mientras los Reyes Católicos impulsaban expediciones para disputar el comercio africano a Portugal, Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz, mantenía sus propios intereses, alineado con el «partido portugués» que apoyaba a Juana la Beltraneja. En 1476, una flota enviada por los Reyes Católicos capturó dos carabelas del propio Rodrigo, cargadas con unos 500 esclavos africanos, lo que evidencia cómo el marqués jugaba un papel ambiguo en el tablero atlántico.
Casado con Beatriz Pacheco, hija de Juan Pacheco, Rodrigo Ponce de León fortaleció así sus lazos con las principales casas nobiliarias que desafiaban el proyecto de unidad dinástica de Isabel y Fernando. Al mismo tiempo, su gobierno sobre Cádiz imprimió un impulso transformador: en 1471, la instalación de las almadrabas de Hércules supuso un auge económico para la ciudad, al que pronto seguiría el fortalecimiento de sus defensas y la promoción del comercio.
El legado material de los Ponce de León en Cádiz pervive, aunque oculto entre los pliegues del tiempo. El Castillo de la Villa, centro de su poder, hoy yace enterrado bajo los edificios modernos del barrio del Pópulo. Sin embargo, el Arco de los Blanco, antigua Puerta de Tierra y vestigio de la muralla medieval, se alza como testigo silencioso de aquel esplendor. La Junta de Andalucía ha puesto en marcha un ambicioso proyecto para restaurarlo y, de ser posible, recuperar también la Torre de Armas adyacente, devolviendo al skyline gaditano parte de su silueta perdida.
El Castillo de la Villa, también conocido como Castillo Viejo o de los Ponce, fue el corazón del poder señorial en Cádiz. Esta fortaleza se asentaba en parte sobre las gradas del antiguo teatro romano de Gades, integrándolas ingeniosamente como defensa natural por el flanco sur. Construido tras la reconquista castellana, el castillo fue objeto de grandes obras de ampliación en el siglo XV bajo los Ponce de León. En esa reforma se añadieron torres redondas en las esquinas, típicas de la arquitectura militar de fines medievales,
Los vestigios de esa Cádiz medieval afloran también en el subsuelo: los sondeos arqueológicos han sacado a la luz fragmentos de la muralla, el revellín de la Puerta del Mar y el graderío del teatro romano que sirvió de defensa natural al castillo de los Ponce.
La vida religiosa también reflejó la impronta del marqués. La Catedral Vieja de Santa Cruz, aunque transformada en siglos posteriores, mantiene elementos de su fábrica medieval. En su seno florecieron cofradías de mercaderes extranjeros, especialmente genoveses y vizcaínos, apoyados por la política aperturista del señor de Cádiz y Marchena. Extramuros, arrabales como el de Santiago y el de Santa María nacieron en esa época, germen de posteriores conventos como el de Santa María del Arrabal.
El Archivo Catedralicio de Cádiz conserva documentos que atestiguan aquella etapa señorial: provisiones reales, actas de cabildo, bulas papales y referencias de cronistas como Andrés Bernáldez y Hernando del Pulgar, quienes ensalzaron la figura de Rodrigo Ponce de León como «magnánimo señor de Cádiz».
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