Aún es noche cerrada cuando Ahmed renuncia al lecho. Si hoy fuera un día normal le bastaría con lavarse la cara. Pero hoy no es un día como otro cualquiera. Limpiar las alas es un trabajo arduo y minucioso. Exige tiempo. El frío, tan desagradable hasta ayer mismo, reconforta su espíritu esta madrugada.
Finalizado el ritual purificador, sale al patio, extiende su estera en el suelo, se arrodilla sobre ella y recita la oración del alba alzando e inclinando su cuerpo con los brazos extendidos y las alas plegadas. Ahmed yergue su metro noventa de estatura, respira hondo y emprende el vuelo hacia su destino.
A muchos kilómetros de allí, Aldara despierta; ha tenido una pesadilla. Un ángel de dolorosa belleza la señalaba con el dedo haciendo arder su corazón como una tea.
Ella, pequeña y delgada, con el cabello corto y alborotado, y llenándolo todo sus dos apéndices dorsales, de algodón blanco y purísimo, tan frágiles como vigorosos. Hoy ya no le resultan una pesada carga.
El sol empieza a asomar tímidamente, dejando tintes rojizos entre las nubes y más que nunca Aldara tiene el irrefrenable deseo de sentirse libre. Abre la ventana y sin pensarlo se lanza al vacío, sobrevolando majestuosa por encima de la ciudad.
-Ahmed que estas haciendo?. El anciano bonachón que parecía haber salido de la nada miraba a Ahmed con sus ojos azules como un mar lleno de infinita calma, bondad y paz, sentado sobre las arenas del desierto y fumando una pipa que parecía no agotarse. -Adonde vas?.
-Voy a cumplir mi destino-. Respondió Ahmed sin apenas mostrar el más leve rastro de sentimientos.
-No te das cuenta que caminas en dirección equivocada?.
-No pensabas igual cuando yo era un niño.
-Tu no sabes cómo yo pensaba….Cuando se giró para responder al anciano, éste ya no estaba allí.
El sol se elevaba y comenzaba a hacer calor al mismo tiempo que noto un extraño olor a agua dulce en medio del desierto. Dio unos pasos hacia delante y tras una duna y en medio del desierto apareció, un pequeño lago en el que jugaban unos niños. Los dos niños alados jugaban, felices.
-Aldara- Le decía el niño a la niña. -Te prometo que nunca me separaré de ti y que siempre defenderé a los niños alados, que serán mis hermanos. Y que solo usaré mi don para hacer el bien.
–De acuerdo Ahmed, pero te recuerdo que esta promesa es de por vida. Ya sabes que nosotros no podemos estar en el lado de las sombras.
Una luz dorada lo inundaba todo. El corazón de Ahmed se llenó de felicidad. De repente la niña alada dejó de hablar con el niño que tenia delante.
Y se dirigió a él. –Ahmed, ven a buscarme, te necesito. Ya.
-Ahmed entendió que lo que el viejo le había dicho era cierto. Tenía que ir al oeste a buscar a Aldara. Había llegado la hora de la verdad. Abrió sus alas y se alzó rumbo a la Alhambra de Granada. Aldara, hacia ti voy. Allí te espero. Sus alas se elevaron hacia la luz.
Una vez finalizada la conferencia del doctor en historia Miguel Santos en la Alhambra, se acercó a él una periodista para conversar. Al profesor no le gustaban los periodistas, pero Nawda, así se llamaba aquella mujer de ojos verdes, le hizo una pregunta .
-¿Cree usted que puede existir relación entre los niños alados y la Alhambra?.
-Perdone señorita pero no quiero ni puedo hablar aquí. Vámonos fuera. Ambos dejaron los salones del Palacio de Carlos V, lleno de gente importante de la ciudad granadina y salieron a los jardines, asegurándose de no ser vistos. Cuando estuvieron al resguardo de las miradas, continuaron la conversación.
– Se ha extendido el rumor de que usted tiene datos que señalan que los niños alados están directamente relacionados con la toma de Granada.
Miguel levantó la ceja, mostró una expresión de sorpresa y manifestó – No creo que nadie, posea datos que puedan concluir lo que usted dice.
-Admed, hijo del Rey Boabdil de 2 años de edad, fue prisionero de los Reyes Católicos, y no le fue devuelto a sus padres. Educado como cristiano, con 9 años, muere su madre Morayma.
– Que interesante, continué Nawda – profirió Miguel.
– El cadáver de Morayma nunca fue encontrado, las fuentes históricas dicen que desapareció. Otros dicen que aunque se le dió por muerta siguió viviendo, pero no una vida normal, sino una vida eterna. Fue una maestra resurrecta, algo así como una Saint Germain islámica.
-Señorita Nadwa. Todo eso suena muy bien, si estuviéramos escribiendo una novela de esas tan de moda. ¿Como se llama ese escritor? El del Codigo Da Vinci…..
-Usted es un experto en la vida de Morayma, la última reina de Granada. Pero el misterio de los niños alados es un tema genético.
-Si usted piensa como todo el mundo que son un avance en la evolución humana, un nuevo eslabón si le gusta más la expresión, se equivoca.- Y ahora si me disculpa, debo marcharme, tengo trabajo que hacer.
-Ha sido un placer, Señor Santos. Si cambia de idea, aquí puede encontrarme.- dijo mientras le ofrecía una tarjeta de visita.
-Cuentos, señorita Nadwa, eso solo son cuentos. Se despidió el profesor.
Cuando iba a salir del establecimiento, la televisión llamó su atención: Ultima Hora: Dos miembros del grupo terrorista denominado “Los Angeles de Ala” se inmolan en un ataque a la embajada española en Irán causando un número de victimas aún sin confirmar. A la vez se ha hecho publico un comunicado mediante el cual el mencionado grupo terrorista reclama la devolución de Granada advirtiendo que la tomarán por la fuerza si fuera necesario. La autoridades se han reunido en gabinete de crisis para intentar solucionar el tema.
Además un extraño fenómeno se está produciendo en la ciudad de Granada. Han llegando hombres alados al barrio del Albaicín, y se están congregando en torno al Mirador de Moraima o de la Esperanza. De pronto sintió una mano asiéndole el brazo.
-Va a seguir insistiendo en que todo este asunto es solo cuestión de genética Señor Santos?.
-Vamos a mi despacho. Está aquí cerca.- Le dijo sin apenas mirarla emprendiendo el camino a paso ligero.
-Qué sabe usted exactamente del manuscrito?
-Que recoge una profecía. “Cuando la media luna y la cruz vuelvan a alzarse en armas, y la tierra de Granada vuelva a bañarse de sangre, la última reina de Granada volverá a la Alhambra invocada por dos ángeles venidos de oriente y de occidente y arropada por un ejercito de hombres ángeles acabará con el mal en el mundo y con todo tipo de guerras y enfermedades – resumió la periodista mientras seguía a duras penas al profesor-.
-Realmente ha estudiado el tema.- la felicitó sorprendido.
-Le contaré más. Durante unas obras en el Albaicín, en el Mirador de la Esperanza, desde donde Morayma observaba el que fuera su palacio encontraron una piedra grabada. Junto a él una carta donde se cuenta que Morayma, tras una vida desgraciada, marcada por las continuas guerras, que le arrebataron a sus hijos, se negó a que su alma descansara en paz mientras que sobre el que fuera su reino hubiera una guerra de religión.
Por eso no hubo una tumba, no hubo un cuerpo que enterrar. La leyenda dice que desapareció en el cielo trasformada en un hermoso Ibis o pájaro Sagrado.
Hace veinte años, cuando empezó a cobrar más fuerza la reclamación de Al-Andalus, Granada como su capital y la amenaza radical islamista, empezaron los nacimientos de niños alados.
-Casualidad? No lo creo.- Concluyó la explicación enseñándole una copia de los manuscritos encontrados.-
-Los niños alados son el ejercito de Morayma?- le preguntó El profesor asintió -Eso parece.
-Ahora podemos estar seguros de que el manuscrito es auténtico.