Baruch Spinoza, ha dejado un legado filosófico que aún hoy en día tiene relevancia para comprender los dilemas y desafíos de las sociedades modernas, incluyendo la polarización y la falta de racionalidad en el discurso público.
En su obra maestra, «Ética demostrada según el orden geométrico», Spinoza abordó de forma exhaustiva la naturaleza de los sentimientos humanos y cómo estos afectan nuestra capacidad para actuar de manera racional y libre. Según Spinoza, los seres humanos son esencialmente seres pasionales, y nuestras acciones y pensamientos están fuertemente influenciados por nuestras emociones y deseos. No obstante, a través de la razón y el entendimiento, podemos llegar a un mayor grado de libertad y autonomía.
El padres de Spinoza, Miguel de Spinoza era judíos sefardí que habían emigrado a los Países Bajos desde Portugal y España. En aquella época, Ámsterdam era un refugio para los judíos que huían de la persecución en la Península Ibérica.
Educado en la tradición judíaa cuestiona las enseñanzas religiosas y fue excomulgado por la comunidad judía de Ámsterdam en 1656 y continuó desarrollando su filosofía y se convirtió en uno de los filósofos más influyentes de la modernidad temprana. Además el Vaticano prohibió sus libros.
La relevancia de esto en el contexto actual de polarización política es muy clara. La polarización, en muchos casos, surge de la excesiva identificación con determinadas ideas, grupos o ideologías, y de la reacción emocional ante aquellos que sostienen ideas opuestas. Estas actitudes extremas pueden ser fruto de la irracionalidad, el miedo, la ira, o el resentimiento. Spinoza, en su enfoque racionalista, nos anima a comprender y superar estos sentimientos, a examinar nuestras creencias y prejuicios y a buscar un diálogo más reflexivo y constructivo con los demás.
Así que Spinoza es justo lo contrario del populismo cuando abiertamente agita a las masas en base a emociones inmediatas, con mensajes simplificados, a veces incluso demagógicos, muy efectiva para movilizar a las masas y ganar apoyo político, pero de consecuencias negativas cuando lleva a la polarización, la división y el rechazo de perspectivas más matizadas y basadas en la evidencia. Y mas peligroso aún cuando la verdad no importa, importan los relatos politicos aunque sean falsos.
Spinoza fue un firme defensor de la tolerancia y el respeto hacia las diferencias, y sus ideas son especialmente relevantes en un momento en el que las sociedades están más polarizadas y divididas que nunca. Su trabajo nos invita a superar la tribalización y a buscar un entendimiento mutuo y una convivencia armoniosa a través del ejercicio de la razón y la empatía.
En su «Tratado teológico-político» (1670) y «Tratado político» plasmó sus principales ideas políticas ique ncluyen la Teoría del Contrato Social: Spinoza propuso que la sociedad se forma a través de un contrato social en el que los individuos ceden parte de su libertad a cambio de la seguridad y el orden que proporciona el Estado. Este contrato social es una especie de acuerdo mutuo.
Soberanía del Pueblo: Spinoza defendía la idea de que la autoridad política reside en el pueblo, y su poder se deriva del consentimiento del pueblo. Defensa de la Democracia: Spinoza consideraba que la democracia era la forma de gobierno más justa y racional.
Spinoza era un firme defensor de la libertad de pensamiento y de expresión. Sostenía que el Estado no debería interferir en las creencias religiosas de las personas y que debería permitir la libre expresión de ideas.
Spinoza argumentaba que la religión y la política deberían estar separadas. Creía que las autoridades religiosas no deberían tener poder político y que el Estado no debería intervenir en asuntos religiosos. Esta idea fue revolucionaria en su época.
Spinoza criticó la superstición y el fanatismo religioso que, en su opinión, eran obstáculos para la razón y la libertad. Abogaba por una interpretación racional de la religión y por la tolerancia hacia las diferentes creencias religiosas.
Spinoza sostenía que la Biblia no era la palabra literal de Dios, sino que había sido escrita por seres humanos con limitaciones y prejuicios. Argumentaba que la Biblia debería ser interpretada de manera crítica y racional. Creía que Dios y la naturaleza eran una única entidad. Esto contradecía las creencias judías tradicionales.