La serie documental «Testamento: La historia de Moisés» recién estrenada ha generado opiniones diversas desde su estreno en Netflix en marzo de 2024. A continuación, se presentan algunas críticas. La serie ha sido elogiada por presentar la vida de Moisés desde las tres principales religiones abrahámicas: judaísmo, cristianismo e islam. Esta aproximación ofrece una visión amplia y enriquecedora del personaje y su legado.
Esta serie documental dramatizada explora la vida de Moisés desde su crianza como príncipe en Egipto hasta su papel como profeta y líder del pueblo hebreo. A lo largo de tres episodios, la serie combina recreaciones dramáticas con entrevistas a teólogos e historiadores, ofreciendo una visión profunda y enriquecedora de su historia.
La serie se estrenó en marzo de 2024 y ha recibido críticas mixtas. En Rotten Tomatoes, cuenta con una aprobación del 38% por parte de la crítica y un 46% de la audiencia.
Críticos han destacado la calidad de producción, incluyendo imágenes impresionantes y dramatizaciones convincentes que enriquecen la narrativa. Los creadores buscaron retratar a Moisés como un ser humano con defectos y desafíos personales, alejándose de representaciones sobrehumanas anteriores. Esta perspectiva ha sido apreciada por ofrecer una conexión más cercana con el personaje.
Algunos críticos señalan que la serie se centra más en educar sobre el relato bíblico que en enganchar al espectador general, resultando en una narrativa lineal y rutinaria. Se ha observado que la serie ofrece una perspectiva sincrética de Moisés, pasando por alto diferencias significativas entre las religiones respecto a su figura, lo que podría diluir aspectos esenciales de cada tradición.
El encuentro de Moisés con Dios en la zarza ardiente es uno de los pasajes más simbólicos y poderosos del Antiguo Testamento. Aparece en el capítulo 3 del libro del Éxodo, y está cargado de un simbolismo profundo que ha sido interpretado de múltiples formas a lo largo de la historia por teólogos, místicos, filósofos y artistas.
La zarza representa la naturaleza humilde y común del mundo físico. Que arda sin consumirse expresa la presencia de lo eterno en lo efímero. La energía divina que no destruye: Es fuego que ilumina, transforma y revela, pero no destruye. Es símbolo del amor divino, del Espíritu Santo, de la presencia que purifica sin aniquilar.
La frase que dios le pide a Moises cuando lo ve Quítate las sandalias representa humildad ante lo sagrado: El gesto de descalzarse indica respeto, reconocimiento de que se está ante una presencia trascendente. Despojarse del ego: Las sandalias representan lo terreno, la rutina, las protecciones del yo. Quitarlas es abrirse al misterio, entrar en terreno santo con el alma desnuda.
El nombre de Dios: «Yo soy el que soy» (Ehyeh-Asher-Ehyeh)
Es la Identidad divina absoluta: Dios no se define por comparación. Su nombre es existencia pura, ser eterno, sin límites. El verbo «ser» en movimiento: Algunos estudiosos lo traducen como “Yo seré el que seré”, mostrando a Dios como una presencia activa, libre, que se manifiesta como quiere, cuando quiere.
En el acto de nombrarse, Dios también revela el poder del lenguaje como creación: decir es ser. Este es un eco directo del Génesis (“Y dijo Dios…”), reforzando la idea de la Palabra como principio creador.
El monte Horeb (o Sinaí) es Lugar de revelación: Espacio de transición entre el mundo humano y el divino, entre el desierto árido y la voz del Absoluto. Moisés está solo, fuera del campamento, en el desierto, en una geografía propicia al encuentro interior. El simbolismo del desierto es clave: despojo, prueba, búsqueda, espera. Moisés pasa de ser un fugitivo a convertirse en instrumento del plan divino. La zarza no es sólo revelación, es también una vocación.