Un 8 de Diciembre Día de la Inmaculada entró el marchenero Luis Ponce de León en Roma llevado por una carroza de seis caballos cedida por el cardenal Colonna.
Tres galeras del Duque de Tursi condujeron a Luis Ponce de León hermano del IV Duque de Arcos, de Cartagena a Nápoles y de allí a Gaeta donde pasó el verano y a primeros de Diciembre entró en Roma donde iba a desempeñar el papel de embajador de España ante la Santa Sede.
Por el camino era alojado por amigos y familiares como los Colonna, la familia de su madre que lo acogieron en Marino donde tenían un Palacio y allí recibió la visita del cardenal Antonio Barberini. Le recibieron los cardenales, condestable y Arzobispo de dicha familia. La familia tuvo 22 cardenales 10 obispos y un Papa y un Palacio en Roma donde aún ejercen el papel de ayudar al Papa en labores representativas.
Luis Ponce de León, Conde de Villaverde, nació en Marchena el 11 de junio de 1605, siendo hijo menor del marqués de Zahara y nieto del III Duque de Arcos. En 1610, con tan solo cinco años, recibió el hábito de la Orden militar de Alcántara, ingresando formalmente en ella en 1621. Su vida se dividió en tres grandes etapas: una juventud como militar, una madurez en la corte española y una vejez marcada por su rol diplomático y de gobernador en Italia.
Carrera Militar
Luis Ponce de León inició su carrera militar en 1629, cuando reclutó un tercio de infantería en Andalucía que llevó a Italia. Participó en el segundo sitio de Casale en 1630 y estuvo presente en eventos destacados como el socorro de Brujas en 1631 y las tentativas de defender Maastricht en 1632. En 1634, fue nombrado gentilhombre de cámara, lo que le permitió un contacto cercano con la familia real y aumentó su prestigio entre sus tropas.
Durante los años siguientes, desempeñó un papel crucial en diversos frentes de la Guerra de los Treinta Años, como maestro de campo en Milán y general de la Caballería en Alsacia. Sin embargo, su independencia política y sus tensiones con figuras como el Conde-Duque de Olivares lo llevaron a un aislamiento dentro de la corte.
Vida en la Corte
En 1642, contrajo matrimonio con Mencía Pimentel de Guzmán, heredera del condado de Villaverde, adoptando el título de Conde de Villaverde. A pesar de su aristocrático linaje, Luis Ponce de León destacó por actuar con notable independencia política, dependiendo más de sus propios méritos que del favor de los validos. Durante la década de 1640, ocupó cargos como comisario general de la caballería y miembro de juntas clave para la administración militar, aunque su influencia en el gobierno fue limitada.
Tenía su casa en las Vistillas de San Francisco, que por aquel entonces estaba a las afueras de Madrid, y apartada de los barrios más frecuentados por la nobleza. Tuvieron una larga sucesión de hijos, todos los cuales fallecieron en infancia, salvo María de Atocha Guzmán Ponce de León, que llegaría a suceder a su padre
como V condesa de Villaverde.
En junio de 1649 Ponce fue retirado de Navarra con ocasión de la llegada de Mariana de Austria, segunda consorte de Felipe IV con mando y jurisdicción sobre un cuerpo de doscientos soldados de noble nacimiento encargados de la protección de la Familia Real. En enero de 1654, su hermana Elvira Ponce de León fue nombrada camarera mayor de la Reina, puesto de los más importantes de la Corte que, junto con la capitanía de una de las guardias de palacio, dotaría hermano y hermana con pleno acceso a la Familia Real.
Embajador en Roma
En 1659, Luis Ponce de León fue nombrado embajador en Roma, cargo que reflejó su importancia en el ámbito diplomático. Durante su embajada, trabajó en la promoción del dogma de la Inmaculada Concepción y organizó fastuosas celebraciones por el nacimiento de Carlos II en 1662, reafirmando la influencia española en la ciudad.
Uno de sus logros significativos en este contexto fue apoyar las negociaciones para que el Papa Alejandro VII emitiera la bula Sollecitudo Omnium Ecclesiarum, que reforzaba la defensa del dogma de la Inmaculada Concepción. Además, Luis Ponce organizó eventos y celebraciones en Roma que resaltaron la devoción de España a este dogma mariano, consolidando la imagen de la Monarquía Hispánica como defensora de la fe católica.
El ambiente político de la ciudad de Roma aún se inclinaba a favor de España, y el papa Alejandro VII fue considerado como partidario de Felipe IV. Luis Ponce fue acompañado durante su embajada por
el obispo de Plasencia, Luis Crespí, que había sido nombrado embajador extraordinario para el asunto de
la Inmaculada Concepción, en el cual se hicieron algunos importantes progresos. El problema era que, después de la paz con Francia de 1659, todos los recursos de la Monarquía se concentraban en los preparativos para una invasión del Reino rebelde de Portugal.
En el palacio de la Plaza de España de Roma donde se alojaban entonces los embajadores españoles rodeados del acostumbrado lujo y boato propio de las representaciones oficiales ante el papado, le recibieron tres cardenales y poco a poco fue recibiendo a todo el colegio cardenalicio. Por fin el 13 de Diciembre fue recibido por el Papa para besarle los piés, introducido por el cardenal Colonna y ese mismo día hizo su entrada oficial en la ciudad por la puerta de San Juan de Letrán acompañado de tres cardenales seguido de 150 carrozas de los principales nobles romanos, 30 palafreneros y 20 pajes con librea bordada en oro y plata, hasta el Palacio del Quirinal donde le recibió el Papa Alejandro VII, siguió hasta el Palacio Chigi y terminó en el Palacio de España, sede de los embajadores españoles y su vivienda oficial donde el maestro de cámara del Papa le llevó bebidas y viandas.
Pocos días después volvió al Quirinal para su primera audiencia pública con el Papa y luego visitó a todo el colegio cardenalicio empezando por el decano el cardenal Barberini que le correspondió con el regalo de dulces alegóricos llamados «trionfi» y diseñados por artistas alusivos a la paz de los Pirineos como centros de mesa con las armas de España y Francia.
En año nuevo las mujeres de la familia recibieron la visita de las princesas de la familia Borghese y el 16 e Enero recibieron al Cardenal Crespí enviado por el Rey Felipe IV para hacer avanzar la declaración oficial del dogma de la Inmaculada.
Gobernador de Milán
En 1662, fue nombrado gobernador de Milán, donde enfrentó retos como una grave crisis financiera y conflictos con el arzobispo Alfonso Litta. Aunque su salud se deterioró durante sus últimos años, Luis Ponce continuó gestionando asuntos militares y políticos, destacándose por su dedicación al servicio de la Corona.
Legado
Luis Ponce de León falleció en Milán el 29 de marzo de 1668. Su vida refleja la complejidad de una época marcada por guerras, intrigas cortesanas y cambios políticos. Para Marchena, su figura simboliza el papel de esta localidad como cuna de grandes personajes históricos que trascendieron las fronteras de Andalucía para dejar su huella en la historia de España y Europa.