Una campaña en internet pide al Ayuntamiento la vuelta de las palmeras a la Plaza de Alvarado
José Antonio Suárez López
Una campaña en internet pide que el Ayuntamiento reponga las palmeras dañadas y taladas por la plaga del picudo rojo de hace unos años. Tras más de un siglo formando parte del paisaje local, la vida en Marchena no se entiende sin sus palmeras en las plazas públicas.
El grupo de Facebook Amigos de Marchena promueve una campaña a favor de que el Ayuntamiento reponga las palmeras dañadas y eliminadas por la plaga del picudo rojo en la Plaza Alvarado, donde había siete palmeras. Una plaga que también se llevó por delante las palmeras de la Plaza de san Juan.
Las postales de principios de siglo ya muestran las palmeras del Pololo recién sembradas.
Las Palmeras y el Bar Pololo
En 1967 se abre el actual Bar Pololo, a través de una concesión municipal.
Entonces la Plaza Alvarado era de tierra, pero cada año por el corpus Antonio Jiménez solía echar albero nuevo. El Ayuntamiento talaba todas las palmeras y Antonio El Pololo pagaba la tala más cercana al quiosco, y se quedaba con el fruto, para luego venderlo en su bar por ser la unica palmera con dátiles dulces.
Eran los años sesenta y Marchena, como todo el país salía de un largo y negro agujero. «La gente salía, comía y bebía. Había sueldo, la gente estaba en los albañiles, había mucho trabajo en Marchena». «Eramos con diferencia los que más cerveza vendían en Marchena. Se tiraban diez y doce barriles de cerveza en un día normalito».
Por la Plaza Alvarado a la sombra de las palmeras se celebraba la feria y pasaban los famosos que venían al pueblo como Erique de Melchor. Toreros, cantaores, celebridades pasaban por el pueblo y por el bar. José Mercé, Camarón, Pepe Marchena que vivía justo enfrente, Antonio Gala, o Paquirri. «El día que venía Camarón a cantar a la Plaza Arriba, Marchena era era una fiesta».
Abundantes aguas subterráneas
Es una zona con abundante agua como un manatial que pasa junto al arco de la Rosa. «El manantial baja desde la esquina de la calle Boteros y tras pleitear con el Ayuntamiento obtuvo su propiedad el dueño del Hostal Ponce Francisco Ponce Cobano, Frasquito el del Hotel, que además vendía pasto para el ganado en el antiguo matadero», explica Desamparados Jiménez.
«Para refrescar las botellas de vino o cerveza, mi padre las metía en el manantial que bajaba frente al quiosco Pololo. Habia una losa que se abría y el agua estaba contínuamente pasando y metíamos las botellas. Entonces se podían dejar las cosas en la calle y nadie se llevaba nada».
Antigios negocios de Plaza Alvarado
En el número uno de calle Mesones estaba la posada de la familia Baena también conocida como Posada de los Caballeros, frente a la posada estaba la casa de Luis Rodriguez León, conocido por Pusiné, comercial de cereales y aceite. En la casa de la familia Medina había un colegio. En el Arco de la Rosa hubo hasta los sesenta una galería comercial con pequeños puestos. Justo enfrente de La Cueva estaba la Bodega La Verdad donde la familia Gordillo vendía vino de Morón.
Tras más de un siglo formando parte del paisaje local, la vida en Marchena no se entiende sin sus palmeras en las plazas públicas.