Una obra recopila los resultados definitivos de 40 años de trabajos y excavaciones en Montemolín
José Antonio Suárez López
En el yacimiento de Montemolín se instalaron los fenicios buscando dar salida a los metales preciosos que encontraron en las sierras, a través de vías fluviales navegables, como eran entonces el Corbones, conectado con el Guadalquivir, Lago Ligustino y Cádiz. La cultura aquí asentada produjo bella artesanía y cerámica. Montemolín es una fundación fenicia algo posterior que Gades, Cádiz la cuna de occidente fundados por fenicias que venían buscando oro.
¿Porqué no se ha publicado hasta ahora?. «El material allí encontrado ha ido procesándose muy lentamente, nosotros nos hemos dedicado a otra cosa, es bastante complicado porque hay que analizar las toneladas de cerámica que aparecieron allí y hasta que no ha estado todo visto y analizado no se puede publicar. Cuando lo hemos terminado lo hemos publicado» explica García Vargas.
Se excavó una mínima parte de lo que hay: la parte central, pero posteriormente se hicieron sondeos geofísicos en 2006 y «en esos sondeos aparece la trama urbana o planta del poblado, calles templos edificios residenciales, artesanado, etc».
El libro definitivo sobre el tema se presentará en el futuro -aún sin fecha- en Marchena, recién publicado por la Editorial Universidad de Sevilla basado en las campañas estratigráficas de Montemolín de 1980-81, escrito por el equipo de arqueólogos responsables del proyecto Eduardo Ferrer, Francisca Chaves, María Luisa de La Bandera, Francisco José García, Mercedes Oria, Enrique García Vargas y Sara Contreras. Antes se han publicado artículos y obras divulgativas como la Carta arqueológica del término de Marchena y «Montemolin una página de la historia de Marchena».
Montemolín es uno de los cinco monumentos más importantes de Marchena. El yacimiento de Vico-Montemolín es uno de los cinco lugares histórico artísticos de Marchena inscrito en el catálogo general del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interes Cultural.
«Es el primer volumen que sale sobre la estratigrafía de Montemolín ya definitivo» expresa García Vargas. El libro reúne por vez primera toda la información que han obtenido los arqueólogos tras 40 años de análisis de los materiales obtenidos en el yacimiento y aunque se han ido publicando avances y resúmenes esta es la obra definitiva que recoge toda la información.
Se trata de un yacimiento de finales del siglo IX-VIII, ocupado en el bronce final y que luego se convierte en un asentamiento fenicio importante hasta el S. VI cuando es reocupado en época turdetana, y es testigo de excepción de la Guerra Púnica, cuando se detecta destrucción en la zona, se abandona y lo ocupa la cultura romana. La mayor parte del sustrato romano más superficial ha sido destruido por el arado, pero se conserva en Vico, que sería una aldea romana, junto al Corbones.
De todos los hallazgos de Montemolín García Vargas destaca que el de mayor carga simbólica son las tinajas o «pithos» que incluyen figuras vegetales y animales. que aparecieron entre el 83 y el 87 con esfinges, flores de loto y otra vasija con una procesión de grifos. Esto refleja las primeras oleadas colonizadoras fenicias que buscaban oro. «Los fenicios se establecen en Montemolín como colonias de comerciantes con conexiones con grupos establecidos en el interior. Se sabe eso por la cerámica que es muy fenicia aunque esté hecha aquí, por los edificios que tienen la misma planta que los templos del Líbano y tienen hueso de animales cortados con un patrón de sacrifico» al panteón fenicio.
La necrópolis de Montemolín no está localizada. Se cree que fue destruída por los tractores pero por cercanía se cree que fueron tumbas de hipogeo con cámaras subterráneras similares a las halladas recientemente en Osuna o túmulos como el de Carmona y Lora del Rio de la misma época. «Se cree que las tumbas de Montemolín fueron destruidas por los tractores, tenemos noticia de gente que lo vio, pero no está incluído en las excavaciones».
Se dejó de excavar en el 87 una vez que la Junta recuperó las competencias en la materia y decidió reordenar el panorama arqueológico y suspendió todas las excavaciones hasta que diez años después volvió a dar permisos. Para entonces ya el equipo de la Universidad de Sevilla se había dedicado a otros temas sin embargo en todo el equipo quedó la pasión por descubrir los secretos del cerro de los fenicios de Marchena, Montemolín que sigue siendo propiedad privada y de momento no se plantean nuevas excavaciones.
Tampoco se plantean exponer los resultados de las excavaciones ya que el Museo Arqueológico de Sevilla -ahora en reforma- incluirá una sección dedicada al mundo fenicio y Montemolin. Además el eterno problema que persigue a Montemolín que es el del expolio aún continúa aunque la vigilancia es mucho mayor y ya ha habido condenas ejemplarizantes la actividad expoliadora de los furtivos continúa a día de hoy. El acceso a Montemolín es prádcticamente imposible, los caminos están vigilados por seguridad privada, a menudo con armas que no dudan en encañonar a las personas que transitan por el camino Vico Montemolín.
