Desde 2018 el tambor de Baena es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad declarado por la Unesco, un instrumento tocado por las turbas de judíos alrededor de tres mil, que llenan las calles en Semana Santa. El Toque de Tambor se constata en la segunda mitad del siglo XIX, y se generaliza a prinicpios del XX.
La primera referencia documental al tambor de Baena que se ha encontrado es de 1684, cuando la Cofradía del Dulce Nombre anota «dos cajas con sus palillos», tambores que acompañaban el Santo Entierro de Cristo forrados de tela negra. Al ser de luto era este un tambor «ronco» pero los judíos llevan tambor «chillón». En el XIX encontramos referencias documentales de la existencia del tambor actual en las Turbas de Judíos de Baena.
El Toque de tambor de Baena toma las calles de la localidad en la víspera de San José, en la conocida «Noche de los Tambores», en la que toda persona que tiene un tambor ocupa el casco urbano, siendo ya desde el Martes Santo hasta el Domingo de Resurrección formando parte de los desfiles procesionales, otorgando carácter a la Semana Santa de Baena.
La víspera de San José miles de baenenses sacan el tambor sin uniforme, grupos de amigos o familias recorren los bares hasta la madrugada, único día (además de Semana Santa) que se permite el toque hasta las seis de la mañana.
Ya no se tocan más tambores hasta el Miércoles Santo cuando los tambores salen a la calle, a las cinco de la mañana, se empieza asi a «echar las cajas», lo que representa el inicio de la Semana Santa. Los encargados de su ejecución son, principalmente, los Judíos de Cola Blanca de la Cola Negra, que tanto en procesión como fuera de ella llenan el espacio sonoro y físico de la ciudad hasta el Domingo de Resurrección.
Existen tres tipos de toque: el Toque de Procesión, propio de los desfiles procesionales, aunque también se toca en la visita a los Sagrario, el Toque de Calle, del judío solo o en grupo, cuando recorre las calles del pueblo, usado en la víspera de San José y en los momentos que los judíos andan por las calles. Por último el Redoble, acompañamiento de imágenes durante la procesión, así como en la recogida de Parroquias en la tarde del Viernes Santo que hace la turba de los coliblancos. El redoble es la ejecución más compleja de los toques de tambor de Baena, y hacerlo frente a una imagen es la aspiración de todo redoblante.
El judío protagoniza las procesiones y desfiles de Baena con su indumentaria formada por tambor, chaqueta roja bordada o con agremán, pantalón negro y casco de metal del que emana una cola de caballo rizada de color negro o blanco, colinegros y coliblancos. El tambor y la figura del judío, esta ligado a cuerpos o grupos de función o militar o de guardia.
El traje de judío es muy caro y pasa de padres a hijos, los «coliblancos» y «colinegros», hechos de costoas crines de caballos salen a la calle en grupos o cuadrillas, vestidos con pantalón negro y chaqueta roja bordada artesanalmente, lo que encarece aún más el precio. Además llevan tambores de 25 centimetros, pero lo que les identifica respecto a otros grupos son unos singulares cascos de latón de los que cuelgan largas crines de caballo.
El judío de Baena está documentado a finales del siglo XVIII como cofrade de túnica, careta y cabellera. Este tuvo que desparecer debido a las prohibiciones episcopales de 1819. De 1845 es la primera referencia del judío actual cuando ya cada cofradía poseía su propia Turba de Judíos.
La Semana Santa de Baena ha mantenido durante cuatro siglos los autos sacramentales y figuras como los apóstoles, evangelistas, profetas, virtudes, Judas, centurias de romanos o la turba de tres millares de Judíos.