El arte asiático de los conventos de Marchena y la primera globalización
José Antonio Suárez López
«Aunque ahora hablamos mucho de globalización, la globalización empezó hace cuatro siglos y los protagonistas era España y Portugal» destaca la japonesa Yayoy Kawamura, profesora de arte de la Universidad de Oviedo que ha catalogado en España cerca de cien piezas de arte del periodo Nambán japonés. Entre ellas las que se conservan en Santa Isabel de Marchena, fruto de esa primera globalización traídas por los jesuitas.
Pero no solo hay en Marchena arte japonés. También hay arte de la Gujarat y Goa, India, ex colonias portuguesas. El 2 de Diciembre de 2022, los participantes en el seminario internacional sobre arte jesuítico entre Andalucía, América y Asia, de más de diez nacionalidades distintas, organizada por la Universidad de Sevilla, gracias a Juan Luis Ravé, pudieron ver in situ en Marchena estas obras de arte únicas conservadas en las clausuras de los conventos de Santa Isabel y San Andrés.
Lo interesante de las piezas namban que se encuentran en España es que usaban una té4cnicamilenaria japonesa llamada maki-e, pero adaptada al gusto de los europeos, ya que el gusto de los japoneses era más sencillo y sin tanto alarde de oro.
La doctora Kawamura destacó como muy interesantes las piezas japonesas conservadas en Marchena «que tiene cuatro siglos de historia y además están bien conservadas, que desde luego han estado en buenas manos y bien cuidados, yo recomendaría que no la expongan en sitios con mucha luz. Los japoneses cuando vienen a España de visita desconocen que hace cuatro siglos que hay piezas de Japón en España, porque están en sitios muy recónditos como éstas. En España hay cien piezas de tipo nambán japonés y son arcas, arquetas, sagrarios, atriles» siendo las primeras muestras de arte asiático que llegaron a Europa.
La profesora Kawamura valoró que fueron los comerciantes japoneses los que llevaron las piezas de Gujarat, India a Japón, y las mostraron a los lacadores japoneses para que hiciesen su trabajo. «Para los europeos en ese momento este tipo de piezas era Asia, el nácar, el brillo de las lacas» que se obtiene de la resina de un árbol con el fin de darles dureza, brillo y hacerlos inmunes a los ataques de xilófagos. La Unesco ha propuesto que la ruta del arte Namban sea considerado Patrimonio de la Humanidad como muestra del primer encuentro e influencia artística entre Europa y Asia.
La pieza más espectacular que pudieron ver los participantes fue el Buen Pastor del Convento de San Andrés, de marfil y encuadrado en el estilo de Goa, colonia india de Portugal en el siglo XVI y que acabó en Marchena como probable donación de la Duquesa Guadalupe Láncaster explicó Ravé.
Además de su procedencia asiática destaca por ser una de las primeras muestras del sincretismo religioso que se dio cuando el cristianismo contactó con el budismo y el hinduismo y se presentaba al niño Jesús como Buen Pastor pero también con una iconografía que se asemejaba a las estatuas de buda dormido.
Esta pieza fue contextualizada por Hugo Crespo lisboeta y profesor de la Universidad de Coimbra que participaba en este seminario, como propia del entorno de Goa, colonia portuguesa siendo exclusivamente surasiática.
Además el convento de San Andrés de Marchena conserva en la clausura la imagen del fundador de los mercedarios, San Pedro Nolasco, de la escuela de Montañés, procedente del convento casa grande de los mercedarios de Sevilla, que se sacaba en procesión cuando llegaban los barcos de cautivos al puerto de Servilla, desde el puerto al convento casa grande de la Merced pasando por la catedral, cautivos que los mercedarios se encargaban de liberar.
Además se conserva en este convento un crucificado de marfil y un San Antonio con el niño procedente de Filipinas. También tiene el convento de Santa María otro crucificado de margil de gran tamaño y cruz de ébano de origen asiático.