1911: El año del primer aeroplano sobrevolando la feria de Marchena
José Antonio Suárez López
Al inicio del Siglo XX los aeroplanos eran un espectáculo que atraían a miles de personas. La mayor concentración humana de la historia reciente de Marchena se produjo en 1911, cuando 30.000 personas vinieron a ver volar el primer aeroplano en plena feria.
A principios de siglo la Revolución Industrial daba pasos de gigante y el hecho de que un hombre pudiera volar por si mismo con la ayuda de un motor de explosión, se veía como algo milagroso y un triunfo del ser humano. En 1905 los aeroplanos estaban a punto de inventarse.
En municipios como Marchena se organizaban espectáculos de aviación que se convertían en fiestas que atraían a miles de personas y quedaban en la memoria escrita, como las coplas de carnaval que se cantaron hasta los años 40.
En los primeros años del siglo XX se popularizaron en Andalucía las Fiestas de la Aviación con los primeros aviones que se veían volar, llamados aeroplanos, gobernados por los pilotos Le Forestier, (1910) Garnier (1920) y Gautier.
En la Feria de Marchena de 1911 se produjo el primer vuelo de un aeroplano en la historia de Marchena que trajo hasta nuestro pueblo a 30.000 personas, “la mayor multitud que se recuerda” según informa el diario madrileño La Mañana de 12 de septiembre de 1911 en tiempos del Alcalde Ricardo Calderón Gutiérrez.
Inicialmente estaba anunciado el famoso piloto Georges Le Forestier que murió un día antes en un espectáculo en Huelva. Tras la muerte de Le Forestier el Ayuntamiento de Marchena contrató a Serviés. El campo de aviación, era según el propio piloto Serviés, de los mejores de España. El piloto ofreció dos espectáculos de veinte minutos, “haciendo virajes y evoluciónes” que levantó ovaciones. En 1915 se ofrece en la Feria un espectáculo a cargo del piloto marchenero Antonio Sánchez Jurado en un aeroplano modelo Fourbe.
En 1920, otros francés Gautier llega a la provincia de Sevilla a bordo de un biplano sistema Goudron y acompañado de un mecánico catalán. Ofrece espectáculos de aviación en Sevilla y Huelva. Salió de Tarragona, llegó a Sevilla donde emprendió vuelo que terminó en Aznalcázar y de allí a Huelva.
Las fiestas de aviación quedaron en la memoria colectiva como un hecho extraordinario, de hecho Esperanza Romero aún recuerda una copla de Carnaval que dice así.
«Niña el aeroplano, ha aterrizado y era digno de ver. En La Haza del Descanso se diviertieron todos con su francés. Todas metiditas en barro, hasta el cascarrio se llenaba también, y una joven que allí había, y se ha llenado hasta el mismo francés, y el novio que estaba al lado, se aceleró con apuro, porque se le había mojado el callejón donde metía el puro». El haza del Descanso está en la Carretera de Paradas frente a la estación eléctrica.