El Giraldillo muestra una Minerva guerrera, aunque adaptándola a una manera religiosa, fruto de tiempo y es un “Coloso de la Fe victoriosa” que simboliza el triunfo de la doctrina católica sobre sus enemigos.
Bartolomé Morel su fundidor formaba parte de una familia de fundidores. Su padre, Juan Morel el Viejo, tenía su taller en la collación de San Vicente y fue nombrado en 1533 fundidor de artillería y campanas.
Se conoce por la documentación que los trabajos de la fundición se ejecutaron en la Catedral, de una sola pieza mediante la técnica de la cera perdida. Finalmente, dos años después de lo pactado, el 13 de agosto de 1568, coronando la Giralda y a 100 metros de altitud, se colocó la gran estatua de 1.500 kilos de peso y 4 metros de altura.
El contrato para los trabajos está fechado en Sevilla el 27 de agosto de 1556 entre Bartolomé Morel, fundidor de metales, y Antonio Corral, canónigo, en nombre del deán y cabildo de Santa Iglesia Catedral de Sevilla. En él, Morel se obliga a hacer una figura de bronce para el remate de la torre de la dicha Catedral conforme a las condiciones establecidas.
Morel se comprometía a tenerla acabada en ocho meses, recibiendo por su trabajo 600 ducados de oro. El cobro se dividía en 200 ducados al terminar la fundición y 400 ducados asentada la figura en la torre con su movimiento. También se establecía que recibiría hasta 400 ducados más por el metal que fuere necesario. Las fechas de pagos estaban condicionadas a unas cláusulas avaladas por sus fiadores, su padre Juan Morel y Juan García de los Olivos.
En el momento de su construcción se la denominó “figura del remate de la torre” y luego Coloso, Veleta, Giganta o Triunfo de la Fe Victoriosa, tal y como explican técnicos del Archivos Histórico Provincial.
El origen del Giraldillo se encuentra en 1557. Ese año el Cabildo Catedralicio convocó un concurso de ideas para el campanario de la Giralda, siendo elegido el proyecto de Hernán Ruiz, cuyo contrato profesional está fechado el 17 de diciembre de 1557. La figura fue diseñada por el pintor Luis de Vargas y Juan Bautista Vázquez fue quien hizo el molde para su vaciado en un modelo tridimensional.