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Cómo la nobleza apoyó a los conversos sevillanos ante la llegada de la Inquisición

En 1480, se sospechó que los conversos sevillanos estaban conspirando contra el establecimiento de la Inquisición en Sevilla. Aunque algunos historiadores han encontrado indicios de armas en casa de Pedro Fernández Benadeva, no hay evidencia concluyente que confirme la existencia de la conspiración. La falta de documentos directos hace que el suceso continúe siendo un enigma.

La Susona era Sara, hija de Diego de Susán, quien fue procesado y quemado en la hoguera en el segundo auto de fe celebrado en Sevilla. La Susona es protagonista de una de las más conocidas leyendas sevillanas y, para algunos, fue la delatora de una conjura en la persona de su amante, un caballero sevillano de la familia de los Guzmanes.
La Inquisición tuvo un gran impacto en la comunidad conversa en España. Los conversos, es decir, los judíos y musulmanes que se habían convertido al cristianismo, eran considerados sospechosos de seguir practicando su antigua religión en secreto. La Inquisición se encargó de investigar y perseguir a aquellos que se sospechaba que seguían practicando su antigua fe. Esto llevó a la detención, el juicio y la ejecución de muchos conversos acusados de herejía.
Además, la Inquisición también tuvo un efecto disuasorio sobre aquellos que estaban considerando convertirse al cristianismo, ya que sabían que podrían ser objeto de sospecha y persecución por parte de las autoridades religiosas. En resumen, la Inquisición tuvo un impacto negativo significativo en la comunidad conversa en España.

Los conversos jugaron un papel importante en la sociedad sevillana del siglo XV. A pesar de que muchos de ellos habían sido forzados a convertirse al cristianismo, muchos lograron integrarse en la sociedad y alcanzar posiciones destacadas en la vida pública. Algunos conversos se convirtieron en comerciantes, banqueros y prestamistas, mientras que otros ocuparon cargos públicos y militares. Sin embargo, los conversos también enfrentaron discriminación y sospechas por parte de aquellos que no confiaban en su conversión al cristianismo.

Además, algunos historiadores sugieren que los conversos también participaron activamente en las luchas políticas y sociales de la época, incluyendo las sempiternas luchas de bandos entre los grandes linajes castellanos que tuvieron especial virulencia en Sevilla.

La aristocracia intentó prestar apoyo a sus criados, contadores y mayordomos en estos momentos de supremo apuro, ofreciéndoles acogida en sus señoríos, como si la Inquisición sólo valiera en las tierras realengas. Desgraciadamente, el brazo del Santo Oficio era demasiado largo.

APOYO DE LA NOBLEZA A LOS CONVERSOS

El primer Duque de Arcos y su tutora Beatriz Pachecho se niegan a entregar el heredamiento, fortaleza, dehesas y tierras que fueron de Pedro Fernández Cansino, veinticuatro de Sevilla condenado por herejía. Está por ver si protegían a la familia o se quedaban ellos con parte de los bienes o las dos cosas.

En un documento de 1501 el I Duque de Arcos Rodrigo Ponce de León, y la tutora Beatriz Pacheco se oponen al cobro de rentas de herejes en el estado de Arcos como una forma de proteger a los conversos de sus tierras. El cobro conlleva la identificación de losjudeo conversos y su fijación en los listados con lo cual se contribuye a que perdure su recuerdo.

Además los Reyes Católicos les piden a los responsables del Esrtado de Arcos que no obstaculice la labor de la Inquisición. Incluye un traslado de la carta de emplazamiento que lleva inserta la provisión real de los Reyes Católicos y dos copias simples.

El 2 de enero de 1481 se trató de atajar la desbandanda de judeo conversos de la ciudad de  Sevilla: los inquisidores, blandiendo la pena de excomunión mayor, apremiaron a los nobles, empezando por Rodrigo Ponce de León, señor de Marchena y marqués de Cádiz, a que en un plazo de 15 días prendieran a los conversos que se habían escapado de Sevilla y refugiado en sus tierras.

Los mandaran a la cárcel inquisitorial y embargaran sus bienes, so pena de incurrir en excomunión y en los castigos impuestos a los favorecedores de herejes.

Sin embargo, en ese mismo año huyeron más de 8.000 personas a las tierras del marqués de Cádiz, quien «los mandó acoger a facer mucha honra»; entre ellos figuraba Isabel Suárez, la mujer del quemado Benadeva.

Otros buscaron amparo cerca del duque de Medina Sidonia: Rodrigo de Segura se acogió a Trigueros. Los Susán se repartieron por diversos señoríos: Juan Gómez de Susán y Pedro de Susán se retiraron a Marchena, Alvaro de Susán fue a parar a Sanlúcar de Barrameda. Esta última villa recibió también a Iseoy Leonor, las hijas del doctor Alonso Rodríguez.

En su testamento, otorgado en Écija el 16 de marzo de 1483, declaró Fernando Puertocarrero: «que dé al rey catorze mili y CC mrs. que devía [Puertocarrero] algunos conversos»; sin duda se trataba de deudas que pertenecían al rey por haber sido confiscados los bienes de los acreedores. En la villa de Palma, con Puertocarrero, se refugió Luis Sánchez de Ribera.

En 1490 el bachiller Luis Sánchez y Mateo de la Cuadra, vecinos de Sevilla, determinen el destino de los bienes de los criados del duque de Cádiz, que fueron condenados por herejes, de los cuales se había hecho merced a dicho Duque, que dijo no podía gozar de algunos de ellos.

El criado y el contador del Duque, aparecen en el listado de convversos reconciliados por la Inquisición en 1496 además de dos alcaldes el de Marchena y Carmona además de un grupo de sastres y auxiliares, jubetero, (Fabricante de jubetes y jubones, especie de camisa medieval), borceguinero, que hacían borceguíes, botas de piel, tundidor, etc.

Ruí García era el reconciliado, criado del Marqués de Cádiz «que santa gloria haya» vecino de Marchena hijo de Juan García de Sevilla difunto, que pagó 5000 maravedíes para ser reconciliado. Los médicos, boticarios, cirujanos que trabajan para la nobleza señorial en ese tiempo eran en su mayoría conversos. Igualmente Pedro López de Pliego escribano reconciliado vecino de Marchena hijo de Diego López de Pliego difunto fue reconciliado Compareció por si y por su mujer Leonor López reconciliada hija de Juan Alonso de Loya difunto que pague 6000 maravedíes.

En 1553 se celebra el pleito fiscal de Diego de Torres, vecino de Sevilla, de María Gómez, Juana González y de Mari Gómez de la Barrera, vecinas de Marchena de Ana Díaz de Jerez, vecina de la villa de Morón, de Enrique de Guzmán, conde de Olivares, y de Beatriz Esquivel y Gaspar Antonio de Solís, vecinos de Sevilla, con la Cámara y Fisco del Tribunal de la Inquisición, sobre unas casas que pertenecieron a Alonso de Sanlúcar, condenado por hereje.

SABER MAS:  Juan Gil. Los judeoconversos en Sevilla. Tomo 1