Inician una novena en rogativas para pedir lluvias ante la grave sequía que atravesamos
José Antonio Suárez López
Los devotos del Cristo de San Agustin de Sevilla inician una novena en rogativas para pedir lluvias ante la grave sequía.
«Ante la falta de lluvia tan grave que estamos padeciendo, y de la que no se prevé su aparición, nos vemos obligados a realizar la novena del Santo Crucifijo de San Agustin en rogativa de modo virtual, para que todos nuestros seguidores la recéis desde esta plataforma con el mayor fervor y piedad posible».
«Ya hemos esperado bastante desde las últimas lluvias fuertes que se dieron en diciembre, y nadie se decide a hacer ningún acto en rogativa. Si no llueve en Abril y Mayo, nos vemos condenados a sufrir un verano mucho peor que el del año pasado» añaden.
«Necesitamos que se rieguen nuestros campos, y qué menos que volvamos nuestra mirada suplicante a Dios a través de su Hijo en la milagrosa imagen del Santo Crucifijo de San Agustín, nuestro Sagrado Protector, que tantas veces ha intercedido por nosotros a lo largo de los siglos. Por ello, la novena comenzará el VIERNES 14 DE ABRIL, día que pedimos que todos acudamos a la iglesia de San Roque para empezarla a sus plantas, y que adornemos su altar con flores. Si no es posible que vayáis el viernes, al menos visitadlo un día dentro de las nueve jornadas. Cada día iremos subiendo las oraciones y jaculatorias pertinentes para que las recéis».
HISTORIA DEL CRISTO DE LOS AGUSTINOS
La memoria de los Agustinos casi se ha perdido en Marchena tras su marcha en el XIX pese a su valiente actuación en la peste de 1649 que hizo que el Ayuntamiento de Marchena concediese el copatronazgo a San Agustín. Divulgaron devociones como el Cristo de Burgos, Santo Crucifijo o Cristo de San Agustín, Cristo de la Sangre, Virgen de la Correa, hoy de la Palma.
El Cristo de San Agustin es la gran devoción medieval sevillana auspiciada por los Ponce de León en su convento agustino sevillano, de donde vinieron los frailes agustinos a Marchena.
El próximo día 25 de marzo se celebrará la Encarnación de Cristo, jornada importantísima en la historia del Santo Crucifijo de San Agustín, ya que era la fiesta principal de su hermandad, y se descorrían las cortinas que antiguamente lo tapaban, exponiéndolo durante todo el día, y acudiendo toda Sevilla a contemplarlo para ganar el jubileo y la indulgencia plenaria que ese día estaba concedida a quien lo visitara.
Virgen de Gracia atribuida a Roque Balduque.
En 1616 los agustinos se mudan a las casas de las beatas de Antón Gil al final de la calle Sevilla, un año después piden limosna para la nueva iglesia y en 1638 San Agustín es nombrado “copatrono” por el Ayuntamiento. Pero en 1649 aún no se había iniciado la obra del nuevo templo de San Agustín por lo que el dinero de las fiestas de ese año por la boda del Duque con Victoria de Toledo van para la obra que empieza en 1649.
Antigua ermita de la Virgen de Gracia.
La memoria de los Agustinos casi se ha perdido en Marchena tras su marcha en el XIX pese a su valiente actuación en la peste de 1649 que hizo que el Ayuntamiento de Marchena concediese el copatronazgo a San Agustín. Divulgaron devociones como el Cristo de Burgos, Santo Crucifijo o Cristo de San Agustín, Cristo de la Sangre, Virgen de la Correa, hoy de la Palma o Virgen de Regla. Los Agustinos estuvieron en Marchena desde 1566 hasta 1835 y nos dejaron el templo de San Agustín, levantado por el patronazgo ducal.
Ermitaños agustinos se instalan en Marchena en 1566 al final de la calle Santa Clara, en la Ermita de Gracia (Hospital de la Misericordia), calle Milagrosa, fundada por el ermitaño Luis Pérez en un solar donado por los Duques de Arcos.
En 1558 se realiza la escultura de la Virgen de Gracia, atribuida a Roque Balduque quien ya habría hecho el cristo de la Vearacruz. En 1590, dicho ermitaño dona la capilla a los Agustinos de Sevilla para que fundasen un convento. En 1591, llegaron los agustinos de Sevilla a Marchena.
El 14 de Marzo se cumplen 95 años de la última salida procesional del Santo Crucifijo, que tuvo lugar un domingo 14 de marzo de 1926. Hacía diez años que la real congregación que le rendía culto no podía sufragar los gastos de una procesión. Salió a las cinco de la tarde con objeto de visitar la cruz que se levanta en la Casa de Pilatos.
El 11 de Marzo salía el Santo Crucifijo en procesión hacia la Cruz del Campo en 1894.
La comitiva estaba presidida por una delegación del Ayuntamiento hispalense. La infanta Maria Luisa admiradora de las tradiciones de la ciudad.
El convento de San Agustín de Sevilla fue el primer lugar de enterramiento de la familia Ponce de León en Sevilla hasta Don Rodrigo, finales del siglo XV. A partir de entonces los panteones ducales se trasladan a Marchena.
Cada 2 de Julio, se conmemora con la Función Votiva que el Ayuntamiento de Sevilla tributa al Santo Crucifijo de San Agustín, en San Roque, por el final de la epidemia de peste ocurrida en 1649. Con tal motivo la imagen salió dicho año en rogativa desde su Convento hacia la Catedral. La remisión de la enfermedad se atribuyó a un milagro de Cristo a través de la sagrada imagen y desde entonces en acción de gracias la Corporación Municipal acude a los pies del Crucificado a dar gracias.
En 1669 se cumplen 352 años de una procesión de rogativas protagonizada por el Santo Crucifijo:
«En 1668 hubo también falta de agua en toda Andalucía por cuya causa pereció mucho ganado, y por fines de enero del siguiente de 1669 aún no había nacido el trigo. En vista de ello, los dos cabildos hicieron procesiones a la Virgen de los Reyes y a la de las Aguas, y aunque llovió fue poco, por lo que acordaron sacar a este Santo Cristo en la tarde del 7 de marzo, por cuya intercesión recibió la tierra este beneficio a tan buen tiempo, que se pudieron remediar las sementeras, que se daban por perdidas, así como los pastos.
El Cristo de San Agustín era la gran devoción medival sevillana, y se veneraba en el convento de San Agustín, cuyo edificio está hoy en ruinas pero sabemos cómo era por José Manuel Montero de Espinosa cronista que escribió en 1817 un libro de antigüedades del convento San Agustín. El convento de San Agustin de Marchena fue construído a partir del sevillano, como gran panteón ducal de los Ponce.
Los agustinos llegaron a Sevilla con el Rey San Fernando en 1249 desde Córdoba y se instalaron en unas casas de la Puerta de Carmona. Una serie de señores entre ellos los Carranza beneficiaron al convento hasta que por fin los Ponce de León se convirtieron en sus patronos principales.
Llegó a tener 7.500 metros cuadrados -sin contar las huertas- y que estaba delimitado por los Caños de Carmona, la muralla paralela a la actual Recaredo, el emergente arrabal de San Roque y el arroyo Tagarete, cuyo cauce iba por la actual Amador de los Ríos. Hoy solo conservamos el claustro, la portada y el refectorio además de algunos restos puntuales del que fue el convento agustino más importante de Andalucía.
El total de la posesión, esto es, solar construido, patios incluidos, y espacio libre para huerta, superaba los quince mil metros cuadrados.
Tenía pinturas de Murillo, Herrera el viejo, Luis de Morales, Zurbarán Rubens y esculturas de Motañés, Juan de Mesa, Morales, La Roldana y Roelas. Destruido parcialmente por los franceses, lo que queda del convento, su refrectorio, es hoy usado por la Hermandad de San Esteban.
EL CRISTO DE SAN AGUSTIN
El Santo Crucifijo o Cristo de San Agustín era la devoción medieval más importante de Sevilla hasta que se talló el Gran Poder, una imagen procesionaba al humilladero de la Cruz del Campo. La imagen medieval fue quemada en la Guerra Civil y se conserva copia en San Roque, de Sevilla.
Ortiz de Zúñiga dice que la imagen del Cristo fue hallada en 1314, y tenía una hermandad desde 1380, que era la más antigua de Sevilla después de la Veracruz y hacía estación de penitencia al humilladero de la Cruz del Campo a las tres de la tarde del Viernes Santo y sus cofrades eran los principales caballeros. En la capilla de este Cristo estaba enterrado Enrique Ponce de León desde 1483. El cristo era sacado en procesión y rogativas cada vez que había sequía o epidemias.
Es una imagen de estilo gótico con cabellera natural, que en la desamortización pasó a la parroquia de San Roque, donde pereció el 16 de julio de 1936, junto a otras obras de arte procedentes del mismo convento, pasto del incendio provocado.
Su altar mayor era de Bernardo Simón de Pineda (1664) por valor de 7500 ducados, la bóveda tenía pinturas de Juan de Valdés, que cobró 9000 ducados. En el altar mayor había pinturas de Herrera el viejo y esculturas de Montañés.
En el panteón bajo el altar mayor estaban enterrados todos los Señores de Marchena hasta el Marqués de Cádiz, tumbas luego trasladadas a la cripta de La Anunciación, hoy Facultad de Bellas Artes tras la invasión francesa.
Aquí estaban enterrados Pedro Ponce de León cuarto señor de Marchena, su hijo, el quinto de este nombre y quinto señor de Marchena y el Duque de Cádiz entre otros. Con el dinero que dio Rodrigo se construyó un dormitorio refectorio y enfermería del convento. A partir de Luis Cristóbal Ponce de León empiezan a enterrarse en Marchena en el convento de San Pedro Mártir
En la capilla del Juicio Final, o de Animas había un lienzo de Martín de Vos, alumno de Tintoretto y Bruegel, lienzo elogiado por el mismo Francisco Pacheco. En la misma capilla había una escultura del Niño Jesús de Luisa Roldán.
La capilla de San Gregorio de dicho convento era enterramiento de Luis De Soto secretario de la duquesa Beatriz Pacheco y en 1516 entro en ella don fray Juan Lasso de la Vega Obispo de Filadelfia y visitador general del Arzobispo de Sevilla.
Dicha capilla guardaba una cabeza de las «Once mil vírgenes» que Bernardino Ponce de León hermano de don Rodrigo trajo de Colonia, Alemania, donde estuvo con el emperador Carlos Quinto. La capilla tenía una cinta o correa del propio santo fundador San Agustín según dice el abad Gordillo en 1632, con gracias concedidas por el Papa.
El 30 de septiembre de 1835, de hecho se lleva a cabo la exc1austración. Por decreto del 8 marzo de 1836, se realiza la desamortización, llamada legal.: La invasión napoleónica y la desamortización de Mendizabal acabaron con ocho siglos de riqueza cultural y religiosa.Todavía hace pocos años (1994) hubo un intento de reconstruir el claustro para dedicarlo a centro cultural.
Un segundo convento de Agustinos en Sevilla fue el San Acacio. La intención de abrir nueva casa religiosa de la Orden en pleno siglo,XVI fue dedicarla enteramente a centro de estudios. Se levantó fuera de la ciudad, junto a la llamada Cruz del Campo.