Este próximo domingo 29 de octubre a las 11 de la mañana, La Hermandad de la Caridad colocará en la Capilla del Tanatorio local tras la bendición y entronización, dos cuadros, uno de la Virgen de los Desamparados y otro del Venerable Miguel Mañara. Este evento no solo es una muestra de devoción religiosa, sino también un reflejo de la rica historia y tradición que envuelve a la Hermandad de la Caridad.
Miguel de Mañara, nacido en una familia acomodada en la Sevilla del siglo XVII, es una figura emblemática que tras la muerte de su esposa en 1661, decidió dedicar su fortuna a los pobres a través de la Hermandad de la Caridad. Su vida, marcada por un cambio radical hacia la devoción y la caridad, es recordada a través de las Reglas de la Hermandad y su obra «Discurso de la Verdad». Su testamento, un llamado al arrepentimiento y a la vida piadosa, resuena hasta hoy: “Yo, don Miguel Mañara, ceniza y polvo, pecador desdichado…”.
La Hermandad de la Caridad de Marchena, fundada alrededor del año 1600 por Francisco López García y Pedro Benjumea Lebrón, ha sido un pilar en la atención a las familias necesitadas, y es parte intrínseca de la tradición social y religiosa de Marchena. Desde sus inicios, esta Hermandad ha tenido un fuerte vínculo con la asistencia hospitalaria, evidenciado en el traslado semanal de féretros cada Domingo de Ramos desde la Capilla del Hospital de La Milagrosa hasta San Sebastián, según las reglas del libro de la Caridad de Marchena.
Esta tradición hospitalaria se fortaleció en 1766, cuando Andrés Mariano Fernández de la Chica, administrador del Hospicio y Casa de la Caridad de Marchena, se comprometió a transportar a todos los pobres que necesitaban atención médica al Hospital General de Sevilla, reafirmando el compromiso de la Hermandad con los más necesitados.