¿Trabajó Duque Cornejo con Jerónimo de Balbás en la iglesia de San Juan de Marchena?
José Antonio Suárez López
Duque Cornejo realizó una docena de esculturas de bulto redondo de san José con el Niño, cuatro de las cuales se encuentran perfectamente fechadas: la de la capilla del Colegio de Mareantes de San Telmo, en 1725; la escultura de la Cartuja de El Paular, entre 1725 y 1727; el titular de la hermandad de los carpinteros de Marchena, entre 1731 y 1732 y el titular de la capilla de la Casa Cuna de Sevilla, entre 1733 y 1734.
Pedro Duque Cornejo (1678-1757) fue el escultor con más talento y éxito de los que trabajaron en Sevilla durante la primera mitad del siglo XVIII nombrado en 1733 como estatuario de cámara de la reina Isabel de Farnesio. Se le considera el imaginero y entallador más destacado del siglo XVIII en Andalucía.
Durante la estancia de la Corte de Felipe V en Sevilla, Duque Cornejo intenta entrar en la órbita de los artistas cortesanos, consiguiendo el nombramiento de escultor de la Reina Isabel de Farnesio, gran aficionada a las Bellas Artes. La intención del escultor es conseguir el nombramiento de escultor de cámara, que no logrará.
Sus padres fueron el escultor de origen granadino José Felipe Duque Cornejo y Francisca Roldán Villavicencio, pintora de oficio e hija a su vez del escultor Pedro Roldán. El taller de Pedro Roldán era el más activo de la Sevilla del último cuarto del siglo XVII, y estaba nutrido por toda la saga familiar dedicada a oficios artísticos, como su tía Luisa Roldán “la Roldana”.
Se formó con su abuelo y maestro, el escultor Pedro Roldán (1624-1699), en cuyo taller transcurriría la infancia y adolescencia de Duque Cornejo durante las últimas décadas del siglo.
Su dedicación a la arquitectura vendrá algo más tardía, por el trabajo conjunto con Jerónimo Balbás que hizo el coro de la iglesia de San Juan de Marchena e introdujo en Andalucía el uso de las estípites. La llegada de Balbás a México en 1717 permitió la llegada del barroco a aquellas tierras. El coro de San Juan de Marchena es una de las escasas obras de Balbás que quedan en España, tras la destrucción del retablo de la Iglesia del Sagrario de Sevilla
Entre 1706 y 1709 hizo el retablo mayor de la Iglesia del Sagrario de Sevilla (desaparecido en el siglo XIX), con Jerónimo Balbás, como arquitecto.
En 1715 Balbás manifestaría su voluntad de involucrar al Duque Cornejo en la obra de la sillería de coro de la parroquia de San Juan Bautista de Marchena, «por ser el mas ynteligentte que ai en esta ciudad», aunque finalmente el concurso lo ganaría el equipo formado por Juan de Valencia y Miguel de Perea. Valencia la construyó entre 1715-1717 y aceptó incluso como parte del pago las sillas ya realizadas por Balbás, que presiden el conjunto.
En 1731 recibe su encargo más ambicioso, la realización de la arquitectura y esculturas de los retablos de la iglesia de San Luis de los Franceses de Sevilla y de la capilla de los Novicios, para los jesuitas.
La obra que va a ocupar los últimos años en la vida del maestro es el encargo del coro de la catedral de Córdoba. Cuando el coro se inauguró el 17 de septiembre de 1757, Duque Cornejo había fallecido unos meses antes, siendo enterrado en la misma catedral cordobesa.
El 14 de abril de 1734, Duque Cornejo se obliga por contrato con el cantero ursaonense José Peredo se comprometía a suministrar a Duque Cornejo toda la piedra de las canteras de Osuna y Santa Olalla que el escultor necesitara para construir el sepulcro del arzobispo don Luis de Salcedo y Azcona. En el convento de San Agustín de Osuna cuya trabajó en 1712 Jerónimo Balbás. Duque Cornejo fue el escultor predilecto de Balbás durante su etapa sevillana.
Duque Cornejo tallaría otras dos esculturas para Osuna representando a san José con el Niño Jesús. La más conocida es la que se conserva la iglesia del antiguo convento de San Agustín, cuya atribución ya fue propuesta por Manuel Rodríguez-Buzón en su recordada Guía artística de Osuna.