El ajedrez es un juego con raíces en la India que se expandió hacia Persia y posteriormente hacia el mundo islámico. A través de la expansión árabe, el juego llegó a la Península Ibérica durante la época de Al-Andalus, y desde allí se difundió al resto de Europa.
El ajedrez habia llegado a Andalucia antes del año 848, cuando murió en Córdoba Yahya ben Yahya, que en sus escritos menciona por primera vez el ajedrez en Al Andalus.
Durante la Edad Media, la Península Ibérica fue un puente cultural entre el mundo islámico y el cristiano. Fue en esta época que el ajedrez, conocido en árabe como «shatranj», fue introducido en la Europa cristiana a través de España. A pesar del proceso de la Reconquista, el ajedrez no desapareció; de hecho, era un pasatiempo frecuente entre la nobleza y el clero cristiano.
En la Edad Media, se redactaron diversas obras sobre el ajedrez, principalmente por autores judíos como el «Poema de ajedrez», atrivuido a rabi Abraham ibn Ezrah (1092-1167). El ajedrez era visto como un juego digno de la nobleza y prohibido al pueblo.
El rabino Abraham ibn Ezrah, conocido también como Abrahán ben Meir ibn Ezra, fue un destacado erudito judío nacido en Tudela, Navarra, alrededor del año 1089, y fallecido en 1167. Durante su vida, ibn Ezrah desempeñó múltiples roles como poeta, matemático, astrónomo, filósofo y comentarista bíblico.
Uno de los primeros tratados de ajedrez en Europa, «Libro de los juegos», fue encargado por el rey Alfonso X el Sabio en 1283. Esta obra no sólo detalla las reglas del ajedrez, sino que también incluye problemas y estudios del juego. . Alfonso X «el Sabio» era un hombre que apoyaba el conocimiento y que creía que jugar te hacía vivir más años.
También se habla del alquerque, diferentes juegos de dados y el conjunto de juegos de tablas, siendo el backgammon el más destacado de esta categoría. Es relevante mencionar que este libro proporciona las descripciones más antiguas de varios de estos juegos, y se señala que algunos fueron traídos a Europa desde territorios musulmanes.
Las piezas más antiguas de Europa se han encontrado en España y son los “bolos de San Genadio”, de Peñalba de Santiago (León) siglo IX, o en el monasterio de Celanova en Orense, siglo X, en San Millán de la Cogolla y Condado de Urgel.
Las piezas de Celanova, son de origien fatimita de Egipto, y eran joyas, no se usan para jugar, sino como decoraciones de las arcas de las reliquias de los santos.
La manera de jugar al ajedrez previa al año 1475 guardaba más similitudes con el juego practicado por los persas en el siglo V que con la modalidad moderna del ajedrez que practicamos hoy.
En España, nace el ajedrez de la dama», que se asemeja más al ajedrez moderno y donde la dama (reina) tiene más poder de movimiento.
La Apertura Española es una de las aperturas más antiguas y populares que se juega en todos los niveles, desde aficionados hasta campeonatos mundiales.
Juegos diversos de Axedrez, dados, y tablas con sus explicaciones, ordenados por mandado del Rey don Alfonso el sabio (1283), en buena parte traducción de los tratados árabes. El único original conocido se encuentra en la biblioteca del Monasterio de El Escorial.
Su nombre proviene del sacerdote español Ruy López de Segura, que escribió uno de los primeros libros sobre ajedrez en el siglo XVI.
La idea fundamental detrás de la Apertura Española es presionar rápidamente el centro y atacar el peón , al tiempo que se prepara para el enroque.
Es una apertura muy rica en términos de ideas y variantes, lo que ha llevado a que se explore profundamente en la teoría del ajedrez.
En las primeras versiones del juego en Europa, la dama tenía movimientos mucho más limitados que los de la dama moderna.
El «Libro de los juegos», cencargado por Alfonso X fue la primera norma en el juego de ajedrez que conocemos hoy. La Alferza (el firzan o visir, consejero que acompañaba al rey), se movía solamente una casilla en diagonal (hacia adelante o hacia atrás) y capturaba de ese mismo modo. En España se convirtió en la Dama o Reina que según Govert Westerveld se imspira en la propia Isabel la Católica.
El poema Schachs d’Amor (Ajedrez amoroso) menciona por vez primera a la dama, y está escrito en Valencia en el año de 1475 por los poetas valencianos Francisco de Castellví y Vic, Bernardo Fenollar y Narciso de Vinyoles.
La dama adquirió en España la capacidad de moverse tanto vertical, horizontal como diagonalmente por cualquier número de casillas. Esta transformación de la dama convirtió al ajedrez en un juego mucho más dinámico y le otorgó a la pieza una importancia y potencia que no tenía anteriormente.