El Santísimo Cristo de la Expiración presidirá el rezo de un Vía Crucis extraordinario por las calles de Triana el próximo 26 de febrero en acción de gracias, tras recibir la oportuna autorización eclesiástica, dia en que se cumplirán 50 años del fatídico incendio de 1973 donde la imagen del Santísimo Cristo resultó seriamente dañada, y se perdió para siempre la antigua talla de la Virgen del Patrocinio.
Y es que remontándonos al 26 de febrero de 1973, tras los hechos acontecidos en la mañana de esa jornada, surge la idea espontánea por parte de los hermandad de rezar un Vía Crucis por las calles de Triana. En aquella ocasión y ante la imposibilidad de hacerlo con la imagen del Cachorro, fue presidido por la Cruz de Guía acompañada de dos ciriales en la tarde de aquel mismo día.
HACE 50 AÑOS
Rafael Blanco Guillén, salvó a la imagen del Cachorro de ser calcinado por las llamas de un incendio declarado en su iglesia el 26 de febrero de 1973.
El incendio se originó por una vela del altar de cultos colocado sobre el presbiterio que se quedó encendida, y cayó sobre el manto, prendiendo fuego toda la ropa de la Virgen del Patrocinio que quedó reducida rápidamente a cenizas. Incluso las piezas de oro y plata que llevaba se fundieron. Las llamadas llegaban hasta el techo. De la Virgen las llamas saltaron al Cristo que estaba justo al lado, empezando el fuego por los pies.
Era un albañil de Alcalá de Guadaira que estaba comiendo a las puertas de la iglesia cuando observó el humo, entró a la iglesia por un balcón lateral rompiendo cristales de una patada. Entre el humo y las llamas pudo abrirse paso hasta el presbiterio donde la Virgen del Patrocinio se había convertido en un montoncito de cenizas y «el fuego lamía los talones del Cachorro».
Rafael, cogió un jarrón de flores, lleno de agua y así apagó el fuego del Cristo de la Expiración. Después abrió de par en par las puertas del templo y entraron los bomberos y otras personas de la hermandad. El Cristo sufrió daños importantes pero pudo ser restaurado.
Rafael, cogió un jarrón de flores, lleno de agua y así apagó el fuego del Cristo de la Expiración. Después abrió de par en par las puertas del templo y entraron los bomberos y otras personas de la hermandad. El Cristo sufrió daños importantes pero pudo ser restaurado.
Semanas despues Álvarez Duarte con 25 años modeló la mascarilla en dos meses la nueva imagen fue bendecida. Su mascarilla se tiró al rio desde el Puente de Triana para que no hubiera otra igual.
