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El color en los monumentos; del Rojo de la Giralda al oro de la Puerta de Marchena y Palacio Peñaflor

Los sevillanos del siglo XXI no ven la misma Giralda que sus antepasados. Los trabajos de restauración han confirmado lo que algunos ya sospechaban: la fachada de la catedral fue originalmente pintada de rojo.

La restauración ha sacado a la luz los policromados de la Giralda, que ahora pueden analizarse desde una perspectiva muy diferente: no solo tenía tonos rojos, sino también dorados o negros.

Desde el  16 de octubre, se podrá disfrutar en las naves de la Catedral de una exposición, en la que de modo pormenorizado y con el detalle que brindan las imágenes, se pueden apreciar las intervenciones efectuadas en la torre de La Giralda. La muestra contará con vídeos y 8 tótems ilustrativos con cuatro apartados. Esta exposición podrán verla como parte de la visita cultural en horario de lunes a sábado de 11:00 horas y domingos de 14:30 a 19:00 horas.

Con una inversión que podría ascender los 500 mil euros, ha sido recuperada la policromía que se encontraba en avanzado deterioro, gracias a una intervención sistemática, oportuna y debidamente programada, ejecutada bajo la supervisión de expertos en arquitectura, seguridad, gestión de actividades y mantenimiento.

El Cabildo Metropolitano de Sevilla anunció que a finales del mes de enero 2020 finalizarían las obras de restauración, consolidación, limpieza y protección de la cara este de la Giralda, acometido de gran envergadura que se ejecuta en la infraestructura de la Catedral desde de abril de este año.

Tras la realización de los correspondientes y respectivos proyectos de La Giralda, la planificación ha consistido en comenzar por la cara oeste (que se ejecutó en el año 2017), continuar posteriormente por la cara sur (que se ejecutó en el año 2018), posteriormente la cara este y finalmente la cara norte (que está programada para ser comenzada tras la Semana Santa del año próximo 2020).

La Puerta de Marchena estaba pintada de rojo, amarillo y oro

La puerta de Marchena es el resto mas importante del Palacio Ducal se conserva en el alcázar sevillano. Fue instalada allí en 1912 por orden del conservador de los Alcázares. El Ayuntamiento de Marchena pidió en dos ocasiones la devolución de la puerta, en 1970 y 1999, sin resultado positivo.

En 2013 se restauró invirtiendo 120.804 euros haciendo un completo análisis técnico de la pieza resultando que la Puerta de de Marchena estuvo policromada con los colores rojo, amarillo y oro.

El color rojo cubría los paramentos lisos del muro de sillería bajo la cornisa, los paramentos tras los escudos centrales inclinados y las columnas. El amarillo dorado principalmente se ha localizado en el entablamento y oro en la reja.

Estas finas capas de mortero de cal con acabado de color con pigmentos minerales estables protegían la piedra y además embellecían la superficie de la portada.

El análisis químico puntual realizado en partículas de color rojo mostró la presencia de Oxido de hierro y a la pequeña concentración de silicatos aplicados como pigmento para obtener el color rojo.

En la reja se localizaron pequeños restos de color dorado, pan de oro de baja calidad aleación de cobre y zinc, un dorado falso.

Las estratigrafías preparadas con muestras del revestimiento de color amarillo dorado presentaban dos capas, una primera de carbonato cálcico, y una segunda de color amarillento dorado, de óxido de hierro. Además se detectó un poco de sulfato cálcico.

ORO EN LA FACHADA DEL PALACIO PEÑAFLOR DE ECIJA

En 2017 se descubrió que la fachada del Palacio Peñaflor de Ecija estuvo pintada en oro según Beatriz Taboada, la restauradora del Museo Municipal de Écija.  Se hallaron  restos de pan de oro adheridos a la piedra en el XVIII.

Uno restos de oro asociados con el gusto por el lujo de la época, y con una muestra de ostentación de poder económico de los dueños del palacio detalles «hechos para presumir».

Los elementos dorados estaban en algunas partes del balcón, en zonas puntuales de la fachada y en elementos metálicos –algo más habitual– que habían sido cubiertos con finas láminas de pan de oro. También en las escaleras y en algunas rejas del palacio.