Antonio de San Agustín fraile limosnero del convento mercedario de Santa Ana de Osuna era conocido como «el judío más obstinado» ya que nunca ocultó su judaísmo y sus propios padres eran judíos portugueses, pero al final de su vida se hizo famoso por una serie de milagros que aparecen representados en estampas, cuadros y hasta en un palio de una virgen de Córdoba.
El cronista Pedro de San Cecilio cuenta que el día 26 de julio de 1620 fray Antonio sacó de un costal de cien panecillos, para repartir entre los pobres que habían ido la fiesta de Santa Ana, al convento mercedario de Osuna, pero el pan se acabó y pidió mas al hermano despensero que le respondió que no había mas pan. Pero fray Antonio respondió que Dios proveería y, cuando, el hermano despensero abrió el armario para mostrarle que nada más quedaba el pan de la comunidad, ante su asombro estaba casi repleto de pan reciente. Sacaron ocho canastos y, aún así, sobraron seis panecillos.
El fraile mercedario Antonio de San Agustin se llamó en realidad Antonio Tomaso Correa o Antonio Rodríguez Correa, era portugués de Celorico do Bedado (Byera, Portugal) nació en 1571, hijo de los portugueses judíos Manuel Tomás y Ana Correa, aunque en el propio testimonio de fray Antonio para la causa de beatificación de sor María de la Antigua, en Marchena dice que se llamaron Manuel de Saraiva y Ana de Almeida.
Eran una familia de judíos conversos que le instruyeron en las prácticas religiosas hebreas, a las que seguían perteneciendo de corazón. Como consecuencia, el padre fue castigado por la Inquisición española y la madre huyó a Italia.
Otro cronista mercedario Antonio de San Pedro, lo llamó “el judío más obstinado” ya que el propio fraile nunca lo ocultó y su condición de converso era sabida por superiores y hermanos de comunidad.
A los trece años Antonio Tomaso huye de la Inquisición y viaja a Lima donde fue comerciante e hizo fortuna y con 35 años, la Inqusición le apresa en 1604. En ese momento sus biógrafos afirman que se convierte al cristianismo sinceramente tras un terremoto y una visión de Cristo el 6 de junio de 1604 en que el propio Jesus le reprocha su doble vida judía y cristiana y se le compara con Saulo, es decir San Pablo.
La Inquisición le condena el 13 de marzo de 1605 a tres años de cárcel con sambenito y posterior regreso a Sevilla donde solicita ser recibido como donado en el convento dominico de san Pablo el Real donde tiene problemas por judeoconverso, y decide huir a Osuna, en cuyo convento ingresa en Julio de 1611 con el nombre de fray Antonio de San Pedro.
En junio de 1614, entra como hermano lego revelando a sus superirores su condición de cristiano nuevo, pero estos estimaron conveniente ocultarlo a la comunidad y así permitir la toma de hábito. Oculto quedó el secreto hasta 1676, cuando se inicia proceso de beatificación y la verdad sale a la luz.
Como fraile se dedicó a la caridad con los pobres y los encarcelados, convirtió a muchas mujeres perdidas, para las cuales fundó una casa. También creó en la iglesia de santa Ana, de la Merced, una Cofradía del Santísimo Sacramento.
Murió en Osuna el sábado 30 de julio de 1622. El proceso de beatificación se abrió en 1623, un año después de su muerte, en Osuna. En 1736 se paró y algunos autores creen que fue por ser judío converso.
Se pintaron entonces cuadros con el milagro de los panes que se conservan en conventos de Marchena y Osuna, Cádiz, Rota y Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), Herencia (Ciudad Real) y una imagen escultórica en Morón de la Frontera (Sevilla)
Es en la bambalina derecha de la Virgen de la Merced de Cordoba puede verse representado a fray Pedro de San Antonio.
FUENTE: Teresa Ruiz Barrera. ACTAS XI JORNADAS DE HISTORIA Y PATRIMONIO SOBRE LA PROVINCIA DE SEVILLA “La nobleza en el Reino de Sevilla durante el Antiguo Régimen” (Siglos XIII-XVIII)