El mayor fracaso teatral de Pepe Marchena: «En el valle de la pena»
José Antonio Suárez López
Una de las constantes en la obra y vida de Pepe Marchena fue su éxito comercial y su visión para los negocios que le llevó a ser el principal empresario flamenco de su época que daba trabajo al resto. Pero no todo fueron éxitos: su primera incursión en el flamenco, «En el valle de la pena» fue un sonado fracaso.
Más de un dolor de cabeza le costó a José Tejada su osada incursión en el mundo del teatro con la obra «En el valle de la pena». La puesta en escena de esta obra con su propia compañía le trajo muchas críticas y bromas de todo tipo, rozando en ocasiones el ridículo.
El Liberal del 1 de Noviembre de 1929 da cuenta del descontento del público en el teatro Sanjuán de Ecija, hoy teatro municipal. La obra estaba escrita por el propio Pepe Marchena con la ayuda de Víctor de la Arriba con el propio Tejada y Pepita LLaser en los papeles protagonistas.
«Sin argumento ni hilación, la obra o lo que sea solo da margen para que luzcan sus habilidades los artistas flamencos, que eso sí estuvieron todos muy bien y fueron grandemente aplaudidos especialmente Pepe Marchena que cuenta en Ecija con gran número de admiradores y amigos» colgando el cartel de no hay billetes y teniendo que intervenir la autoridad para regular el tráfico por la multitud. Osea bien como cantaor, mal como dramaturgo.
En Agosto de 1929 Pepe Marchena había anunciado a la prensa que su primera obra teatral sería escrita por el mejor autor del momento, el gaditano Muñoz Seca, noticia desmentida inmediatamente por el propio Muñoz Seca a través de un telegrama al Heraldo de Madrid. «Para niños ya tengo bastantes con los míos» dijo el gaditano y explicó que no conocía de nada a Pepe Marchena.
Días antes en La Voz (20 de agosto de 1929), Pepe Marchena había engatusado a un periodista diciéndole que el amaba el teatro «desde que tenía uso de razón» y que dicha obra había sido escrita por él mismo y Muñoz Seca «la obra se me salía de la cabeza como me salen los fandanguillos. «La vida de un cantaor flamenco, su lucha, su ascenso y caída, una noche se la mostré a Muñoz Seca que la acogió con gran entusiasmo y al día siguiente me envió el primer acto rehecho». Esto era imposible, Pepe Marchena no sabía leer ni escribir y además no conocía a Muóz Seca.
Cuando Muñoz Seca lo negó todo, Pepe Marchena dijo por fin reconociendo su mentira «le escribí y ni me contestó, el hombre se hizo la ilusión pensando que con la carta era suficiente y se fue de la lengua en pleno agosto».
Tres semanas después se presenta en Madrid con el mismo además de Almadén, Niño Ricardo y Montoya precedido con la polémica y consecuente expectación en prensa. La crítica lo zahirió con comentarios de todo tipo: «pretencioso», «cantaor de fandanguillos», y sobreactuado «josú señora que pena, dende que vimo la obrita que estrenó el Niño Marchena».
Después de este fracaso tuvo muchos otros sonados éxitos en el cine y en el teatro como bien conocen sus segudiores.