En 1803 el Ayuntamiento de Marchena realiza importantes inversiones para finalizar las obras del “Paseo público de la Alameda» gracias a las aportaciones económicas del Duque de Osuna en 1801 y 1802; vecinos que realizaron donaciones, y el Asistente, logrando así el municipio «un espacio público para su desahogo y armonía» según las actas municipales consultadas por José Alcaide Villalobos y publicadas en su obra Marchena Siglo XIX tomo I.
Tras la importante inversión se tomó conciencia de la necesidad de cuidar la zona verde y se nombró un responsable para la conservación del paseo al jurado Joaquín Sánchez del Toro, diputado municipal de obras y se destinaron 200 ducados anuales para el sueldo del guarda municipal y otros 100 ducados para mantener los mulos de de la noria necesaria para sacar agua regar los árboles sembrados. Incluso el Ayuntamiento llegó a pedir licencia para celebrar una corrida de toros para recaudar fondos para la zona verde, pero el Rey prohibió las corridas de toros de muerte ese mismo año en 1805.
El Ayuntamiento estableció que el agua para regar La Alameda se sacase del pozo San Ginés y al mismo tiempo se llega a un acuerdo con un hortelano arrendador de la huerta la Alameda Juan Baco para sacar agua de su pozo durante las horas que no la necesita, aunque había que llevarla con cántaros desde la noria hasta los plantones de árboles que estaban a 400 varas unos 330 metros. Una solución similar a la usada para transportar agua desde la finca El parque hasta el Palacio Ducal, por cuyas rampas de la muralla, subían agua las mulas.
Coetáneo a La Alameda de Marchena es la Alameda de Osuna en Madrid creado entre 1783, y 1815 por orden de la Duquesa de Osuna Maria Josefa Alonso Pimentel que también lo era de Arcos, dueña y señora de Marchena como una muestra de racionalismo ilustrado y luego fue donando al Ayuntamiento de Madrid a quien pertenece.
El Parque del Capricho es un hermoso y singular parque situado en Madrid, España, en el barrio de Alameda de Osuna, en el distrito de Barajas. Su nombre completo es «Parque de El Capricho» y es uno de los parques más bonitos y desconocidos de la ciudad.
Durante sus estancias en París, la Duquesa adquirió bibliotecas impresionantes que contenían una amplia selección de títulos franceses e ingleses en temas que le interesaban, como botánica, astrología, agricultura, literatura, novela y poesía.
La historia del parque se remonta al siglo XVIII, cuando la zona era una finca privada perteneciente a los Duques de Osuna. La construcción del parque comenzó en 1787, bajo la dirección de los arquitectos y paisajistas Juan de Villanueva y Jean-Baptiste Mulot, quienes trabajaron en otros famosos lugares de Madrid, como el Parque del Retiro.
El diseño del parque refleja la moda de la época, conocida como el «jardín paisajista inglés», que buscaba simular la naturaleza de manera más libre y romántica. El parque cuenta con un lago, numerosos estanques y cascadas, puentes de piedra, arcos, glorietas y diferentes rincones temáticos que lo hacen muy encantador.
Uno de los aspectos más destacados del Parque del Capricho es la Casa de la Vieja, una hermosa casa de campo que servía como lugar de descanso para los duques. También hay varios monumentos y esculturas repartidos por todo el parque, incluida la Fuente de los Delfines y la Fuente de la Alcachofa.
María Josefa Alonso-Pimentel y Téllez-Girón, Duquesa de Osuna fue una figura influyente y amante de las artes mecenas que apoyaba la construcción de parques y jardines en sus propiedades y otras áreas cercanas.
En Osuna, la duquesa creó una alameda conocida como la Alameda del Duque. En 1796, bajo el mandato de María Josefa Alonso Pimentel se construye el Arco de la Pastora, que acceso a la Alameda, actual recinto ferial de Osuna, Duquesa que también era dueña y señora de Marchena por donde pasó en 1809 huyendo del Madrid tomado por los franceses y camino de sus palacios en Sevilla y Cádiz siendo recibida oficialmente por el Alcalde marchenero Manuel Mejía y el síndico Andrés de Uruñuela, y conducida hasta su palacio Ducal de Marchena donde pasó una temporada antes de seguir su camino.
La intención de vestir el Palacio de Osuna , dentro del parque de El Capricho, con obras del Museo del Prado tiene su explicación en el mecenazgo de los duques hacia Francisco de Goya . El autor elaboró un cuadro de familia en 1788 y, años después, pintó una colección de seis pequeños lienzos sobre la brujería para la decoración de su casa de campo.
El colimpo como tema pictorico lo introdujo Fragonard y encontramos su eco clarísimo en un Goya pintado para la Alameda de Osuna que era un elemento que estaba en la propia Alameda. Otras seis pinturas de Goya se hicieron para La Alameda.
De hecho, se conserva una minuta de Goya al duque en la que dice: «Cuenta de seis cuadros de composición de asuntos de brujas , que están en Alameda, seis mil reales de vellón ».
En la Alameda de Osuna, la Duquesa contrató a dos talentosos jardineros de París, Jean Baptiste Mulot y Pierre Provost, para diseñar un jardín inglés y un jardín francés, respectivamente. Estos jardines se convirtieron en lugares destacados que mostraban elementos naturales y cultos en armonía, con colinas artificiales, un lago y un canal para paseos en bote.
Además, Ángel María Tadey Burghini, un pintor milanés, desempeñó un papel crucial en la Alameda, siendo el autor de obras como la Casa Rústica y otras decoraciones teatrales. Él era un artista versátil que también actuaba como asesor artístico y mayordomo de la Duquesa.