La leyenda del Arco de la Rosa es eso; leyenda, y como tal, falso. La auténtica razón del nombre de este monumento es que había una Hermandad de la Virgen de la Rosa que tenía en él una pintura del mismo nombre.
La Puerta de Sevilla es una de las principales puertas de la muralla de Marchena, que comunicaba el casco antiguo con el camino de Sevilla que era uno de los caminos más transitados de la provincia y el más usado de los de Marchena. Puerta de Sevilla es el nombre primitivo con el que se conocía a este monumento, pero el nombre que ha llegado a nuestros días es el de Arco de la Rosa.
Este nombre viene porque sobre el Arco estaba instalado un altar a la Virgen de la Rosa que se encargaba de mantener la hermandad del mismo nombre.
La pintura de la Virgen de La Rosa estaba ubicada en dicho arco y hoy existe una similar en el despacho de la Alcaldía del Ayuntamiento de Marchena.
La Hermandad de la Virgen de la Rosa pidió al Ayuntamiento realizar unas obras de consolidación del altar en 1760 debido a que el monumento en sí y la muralla estaban en mal estado. Por su céntrica ubicación y por la existencia de aguas subterráneas en la zona, el Arco de la Rosa necesitó constantes reparaciones y reformas.
En 1760 el Ayuntamiento realiza un reconocimiento en el arco de la Rosa y muralla que da a la calle San Juan «y que baja a la carnicería de la plaza de abajo y pescadería». Los alarifes municipales Nicolás Carretero y Nicolás Luna escriben un informe donde dicen que la muralla en aquella zona amenaza ruina si no se le hacen obras a tiempo. Las obras se terminaron el 17 de enero de 1761 gastando 2617 reales según la obra Arquitectura Civil del XVIII de Juan Antonio Arenillas.
Según el acta capitular del 17 del 7 de 1713 el retablo de la Virgen de La Rosa se encontraba ubicado encima del arco de la puerta de Sevilla.
«La villa acuerda conceder licencia a la Hermandad de Nuestra Señora de La Rosa cita en el retablo que está encima del arco de la puerta de Sevilla para que pueda meter dos vigas por por más abajo del arco en la clave abajo y para ello hacer los agujeros en las paredes sobre que cargar los pilares del arco para más decencia y veneración de la imagen y sin causar prejuicio alguno como consta del parecer dado el 30 de mayo de este año de Alonso Moreno maestro mayor de obras de la hacienda del Duque».