Una vez aceptado su cargo de comisario real, Cervantes se dispuso en 1587 a realizar su labor encaminando su itinerario por los pueblos de la campiña sevillana y cordobesa. Écija fue un lugar clave desde entonces en la vida del escritor, donde fijó su residencia y estableció su centro de operaciones, desde donde salía para las visitas en los otros puntos de Sevilla y Córdoba.
La Ruta Cervantina de Sevilla recorre once municipios, pasando por los lugares por los que desde septiembre de 1587, recorrió los pueblos de la campiña para requisar el trigo y el aceite que la Corona reclamaba a los propietarios de los cultivos.
La sucesión de deudas y otros asuntos complejos en los que se vio envuelto provocaron su ingreso en la Cárcel Real de Sevilla en 1597, momento en el que algunos sitúan el comienzo de la redacción de El Quijote.
Cervantes recreó lugares de Sevilla en sus Novelas Ejemplares, mencionó las blancas roscas de Utrera, ironizó sobre la Universidad de Osuna, referenció a Marchena en una fórmula de El Quijote, donde también exaltó las perdices de Morón.
La Puerta de la Carne, el entorno del Convento de Santa Paula, las gradas de la Catedral, el barrio del Arenal y de Triana o la Plaza del Pan serán recreados por el escritor en “El coloquio de los perros”, “La española inglesa” y sobre todo en “Rinconete y Cortadillo”, que tan bien retrata el submundo sevillano de pícaros y hampones.
A su llegada a Carmona, un Cervantes de 43 años se presentó en el Cabildo Municipal entregando una petición manuscrita y firmada por él mismo, donde anunciaba su oficio de requisar aceite “para el servicio de su Majestad” y solicitaba la identificación de los principales productores de aceite mediante un repartimiento justo que evitase las quejas.
Morón de la Frontera fue uno de los pueblos que visitó Cervantes en febrero de 1593 con el fin de recaudar trigo para el pan con el que se proveía a los barcos. Llegó al municipio según las consideraciones otorgadas a su oficio, es decir, custodiado, llevando vara alta de justicia y ayudado por su ayudante el maestro bizcochero que se encargaba de examinar la calidad del grano recogido.
Consta que la localidad de Arahal estuvo en el punto de mira de la ruta iniciada por Miguel de Cervantes en 1592 y 1593. Fue una de las localidades, donde el arriero Juan de Balbuena recogió fanegas de trigo y cebada para la provisión de los barcos, haciendo uso de los poderes que en Utrera le había otorgado el propio Cervantes.
En 1588 y 1593 Miguel de Cervantes recae en el municipio de Paradas. De la primera visita se conserva en el Archivo General de Simancas una carta autógrafa sobre la cantidad de dinero que recibió y gastó Miguel de Cervantes para conducir el aceite requisado desde Écija y Paradas en 1588. La segunda estancia ha sido certificada recientemente por el hallazgo de la orden que lo situaba en 1593 en este municipio portando vara alta de justicia y acompañado de su ayudante, Juan Sáenz de la Torre, bizcochero de Sevilla.
Hasta en cuatro ocasiones está documentada la presencia de Miguel de Cervantes en Marchena ejerciendo las labores de recaudador de trigo y aceite al servicio del Rey. Desde la orden dictada por el Proveedor General de las galeras de Su Majestad, Antonio de Guevara, en 1588, Marchena se señala como uno de los principales puntos desde donde ha de traerse aceite hasta Sevilla para la Armada Real.
El descubrimiento de cuatro documentos en el Archivo de Indias de Sevilla y en el Archivo Municipal de La Puebla de Cazalla ha dado a conocer la presencia de Cervantes en dicha localidad hacia 1593. El primer hallazgo, conservado en el Archivo Municipal, consiste en un convenio firmado entre el Cabildo y el propio Cervantes, que en calidad de Comisario Real de Abastos quedaba autorizado para requisar trigo y cebada para la armada y la flota de los galeones de Indias.
Osuna no quedó muy bien parada en la pluma de Cervantes, que la cita en varias ocasiones en El Quijote, cuestionando la validez académica de los títulos que se conseguían en su Universidad. Los graduados de Osuna son los desacreditados personajes del demente sevillano del Hospital de los Inocentes o el médico Pedro Recio, que tan poco generoso fue con Sancho cuando era gobernador de Bataria. Como reflejo de esta visión satírica, la tradición popular ha atribuido al escritor el refrán “En Osuna y Orihuela todo cuela”. Cervantes visitó Osuna en el momento en el que la villa vivía su época de magnificencia con la figura de Juan Téllez Girón, II duque de Osuna.
Miguel de Cervantes Saavedra llegó a Estepa el 15 de octubre de 1591, tal y como lo atestigua el acta de cabildo que se custodia en el Archivo Municipal, donde aparece su propia firma. El escritor se presentó para ejercer su oficio de proveedores de trigo y cebada para “el bastimiento de las galeras de Su Majestad”.
Fuente: Prodetur. Turismo de la Provincia.