El 25 de abril de 1912 se inauguró en Marchena el monumento al Padre Alvarado con motivo de las fiestas del Centenario del Filósofo Rancio, Francisco José Marcos Alvarado Téllez según publica «La lectura dominical» de Madrid el 20 de abril de 1912. la fiesta se convirtió en una protesta contra el centenario de las cortes de Cádiz.
La celebración estuvo promovida por el jefe regional en Andalucía del partido Juventud Tradicionalista el marchenero José Diez de la Cortina.
El dominico Padre Francisco Alvarado nació en Marchena el 25 de Abril de 1756 y se convirtió en el mayor azote de las cortes de Cádiz publicando célebres artículos de opinión en la prensa de 1808 que firmaba como Filósofo Rancio. Alvarado luchó contra los liberales especialmente contra el diputado LLorente. Alvarado nació en la calle Las Torres, hijo de labradores, fue educado por los jesuitas de Santa Isabel (Calle Compañía) y con quince años ingresó en los dominicos de Sevilla. Con la llegada de los franceses se exilia a Tavira, Portugal.
El diario Republicano El Pais de 28 de abril de 1812 definía al Filósofo Rancio como un mastín, que sobresalía en cultura del resto de los frailes destacando el diario republicano sus dotes como escritor y «periodista clerical» que se destacó en la defensa del tribunal de la Inquisición que tenía su sede en los conventos dominicos de la mayoría de las ciudades. El monumento al Padre Alvarado que estaba en la Plaza de San Juan fue atacado en varias ocasiones por sus rivales políticos y fue instalado en la plaza que lleva su nombre.
Las Cortes de Cádiz proponen que se aboliese el Tribunal del Santo Oficio, el 8 de Diciembre do 1812. El 5 de Febrero de 1813 terminó el debate, y con él la Inquisión, que fue restaurada en 1814 para ser surpimida definitivamente en 1820.
La definición como mastín viene de las palabras que el mismo Francisco Alvarado escribió donde decía que el era un mastín o guardián de los obispos.
«Ellos son los pastores, nosotros los mastines (porque entre los perros los hay buenos como los mastines, y dañinos como los de presa). Vela, pues, el pastor sobre el rebaño y sus mastines, y velan los mastines en auxilio de su pastor. Si el que viene es lobo, y en esto no hay duda, el buen mastín debe hacer presa de él y retenerlo hasta que el pastor venga á darle el chocazo. Pero si lo que viene no se sabe si es lobo ó buey, ladrón o amigo, al buen mastín corresponde ladrar y más ladrar hasta que lo mande callar el pastor.»
Retrato del Padre Fracisco de Alvarado