LUIS CRISTOBAL PONCE DE LEON
Luis Cristóbal Ponce de León fue nombrado corregidor y capitán general del Reino de Granada el 20 de enero de 1571, tras haberse destacado por su fuerza en la Serranía de Ronda durante la guerra de las Alpujarras. Este nombramiento se dio como parte de la reorganización de los mandos en Granada después de la sublevación morisca, donde se valoraba la experiencia militar en la región como un requisito indispensable para estos cargos.
Durante su periodo en Granada, Luis Cristóbal enfrentó una situación complicada debido a fracciones concejiles leales a su predecesor, Tendilla, lo cual complicaba su posición recién asignada. Además, no se había recibido con agrado su nombramiento, lo que acortó su duración al frente del municipio granadino. Eventualmente, el 11 de noviembre de 1571, tras la salida de Luis Cristóbal, el mando se encomendó a Pedro de Deza.
Desde 1558, Luis Cristóbal empezó a hacer carrera cerca de la persona real, sirviendo al rey Felipe II en varias empresas. Comandó una escuadra cargada de dinero y de soldados para Flandes y estuvo presente en la Paz de Cateau-Cambrésis, un notable tratado de paz entre España, Francia, e Inglaterra.
Embajador en Francia: Fue designado embajador en la corte francesa de Carlos IX, participando activamente en las políticas exteriores de España durante un período particularmente tenso en las relaciones europeas.
Conflictos internos: Más tarde, en la primavera de 1570, fue nombrado general para la pacificación total de la Serranía de Ronda durante el conflicto de la sublevación de los moriscos en Granada, sirviendo bajo las órdenes del capitán general don Juan de Austria.
EL ROMANCE DE MIGUEL PONCE DE LEON
Miguel Ponce de León, una figura de considerable controversia en la historia de Granada, sirve como nexo entre los entresijos del poder, la justicia y la traición en la España del siglo XVI. Su historia nos lleva a través de oscuros corredores de acusaciones y conspiraciones que culminaron en un espectacular y trágico final.
Los documentos históricos revelan que Miguel fue ejecutado en 1596, tras una serie de acusaciones que lo involucraban en la falsa imputación de intento de asesinato al rey, dirigida contra el Marqués de Mondéjar cuta familia eran alcaides de la Alhambra. Su confesión final, antes de ser ajusticiado, desveló la falsedad de sus palabras y trató de restaurar el honor de aquellos a quienes había difamado.
También Miguel Ponce de León acusó falsamente a Luis Hurtado de Mendoza de «Invertido» (homnosexual) además de querer asesinar al rey, y antes de su ejecución, confesó que sus acusaciones contra el marqués y otras figuras eran falsas. Esta confesión está documentada en su declaración final, donde pide perdón por las calumnias que había propagado.
Además, los registros mencionan que Miguel Ponce de León fue ajusticiado el 30 de mayo de 1596 en Madrid. Su ejecución fue el resultado de una serie de crímenes graves, incluyendo chantajes a figuras importantes y la manipulación de la justicia, lo que culminó en su condena pública y ejecución.
Este acto de redención, sin embargo, no fue suficiente para salvarlo de un destino ya sellado. Su cuerpo fue expuesto en la plaza pública como un recordatorio sombrío de las consecuencias de manipular la justicia.
La relación de Miguel con la Alhambra es también parte integral de su historia ya que fue nombrado Alcaide de la Alhambra ayudado por su sobrino Diego. Bajo su tenencia, la Alhambra no solo fue un símbolo de poder y cultura, sino también un escenario de administración conflictiva y acusaciones de corrupción.
Miguel Ponce de León tomó posesión como «teniente de alcaide» de la Alhambra en 1585, y su período en este cargo estuvo marcado por abusos y desórdenes documentados, que eventualmente llevaron a reprimendas por parte del rey. Los registros indican que mantuvo su posición hasta al menos 1594, cuando delegó el cargo a su sobrino Diego. Durante su gestión, se le acusó de numerosas irregularidades, incluyendo el abuso de su posición para beneficio personal.
El «Romance de Don Miguel de León» según el manuscrito de la Biblioteca Nacional de España, editado por Bonilla y San Martín en 1904 dice asi: